Por Julia Montesoro
Alejandro Malowicki estrena «Terrible»: «Hacer una película infantil en la Argentina es muy difícil»
Alejandro Malowicki estrena en Cine.ar su nueva producción infantil, Terrible, que marca su regreso al cine después de nueve años (su última película es Las aventuras de Nahuel, de 2011).
Terrible es una alegoría sobre la eterna lucha entre el Bien y el Mal, encarnados por un titiritero (Juan) enfrentado con una de sus obras, que cobra vida y se transmuta en un tenebroso humanoide dispuesto a vengarse de su dueño por haber sido creado solo para representar a la maldad.
Los protagonistas de esta fábula son esencialmente niños, quienes de a poco le devolverán al titiritero su confianza para volver a la actividad y vencer la presencia fantasmal de su títere rebelde.
Alejandro Malowicki dialogó con GPS audiovisual acerca de Terrible.
-¿Por qué estuviste nueve años sin estrenar?
Hacer una película infantil en Argentina es muy difícil. Los primeros tres de esos nueve años estuve dedicado a investigar acerca del tema de la película, escribir varias versiones del guión, esperar que el Comité correspondiente del INCAA aprobara mi proyecto y encontrar una productora a la que le interesara producir una película infantil. Recién en 2013 la productora Orsay Troupe y Enrique Muzio (su productor titular) aceptaron el desafío y comenzaron la búsqueda de potenciales asociados. En 2014 se inicia la preproducción, que se interrumpe en el 2015 debidos a los cambios políticos nacionales. En marzo de 2016 se reinicia la preproducción y la filmamos en seis semanas, pero por las demoras del INCAA ―en esos años dirigido por Ralph Hayek― en cumplir con sus obligaciones se interrumpe el proceso de posproducción. Finalmente, en 2018 terminamos la película, pero por nuevas demoras del INCAA la empresa productora no puede estrenar. ¡Recién en julio de este año pudo obtener la fecha de estreno!
Durante esos años estuve también muy dedicado a la docencia de guion para películas infantiles (como Titular de una Cátedra en la Carrera de Diseño, Imagen y Sonido de la FADU/UBA, en la ENERC, en la Escuela de Cine de San Antonio de Los Baños de Cuba) y dictando clínicas, talleres y seminarios de la misma disciplina en diferentes instituciones educativas de cine y televisión en Latinoamérica.
-¿Cuál fue el inicio de la idea de Terrible?
Deseaba hacer una película que tratara sobre el acto creador y que fuera comprendida por niños y niñas que transitan la pubertad. ¿Cómo contarles las dificultades y los placeres que los autores debemos transitar para crear una película?
También quería ahondar en el mundo de los titiriteros, esos maravillosos artistas y artesanos que ejercen una inofensiva omnipotencia cuando por medio de los hilos manejan a sus marionetas y le prestan sus voces. Así surgió ―no me acuerdo cómo ni cuándo―, hace más de 15 años, la idea de que a un titiritero se le rebela un títere que desea destruirlo porque siempre hacía de “malo” en todos los espectáculos. Con esa iniciática idea escribí varias versiones de guiones que durante mucho tiempo guardé en mi “cajón de las ideas”.
-¿Qué aspectos de la niñez necesitabas expresar en Terrible?
Ejercitar la docencia para crear guiones para los públicos infantiles es un espacio de constante búsqueda y experimentación. Por supuesto, involucra el tener que recurrir a los investigadores e investigadoras que estudiaron el desarrollo de las etapas evolutivas de las infancias y tratar de estar actualizado, como así también conectarme en todas las formas posibles con los niños y niñas de todos los estratos sociales y en todos los espacios en que desarrollan sus vidas. También me es imprescindible ver y analizar las películas creadas por los grandes directores tales como Hayao Miyasaki, Tim Burton, Walt Disney y muchos otros creadores que entre sus trabajos también se encuentran importantes películas del cine infantil.
La pubertad es una etapa evolutiva muy importante en la vida de los niños, porque ya manifiestan conductas más contestatarias y se preparan para enfrentar la difícil etapa de la adolescencia. Todavía no han dejado de ser dependientes de sus padres y sin embargo comienzan a discutir y tratar de abandonar esa dependencia en aspectos de sus conductas y relaciones que tienen que ver con su vida sexual y con la necesidad de sentirse libres. Y el trabajo creador también se les presenta como una necesidad con sus consecuentes dificultades, deseos y represiones. Un poco de todo esto es lo que fui buscando de expresar en las diferentes versiones del guión hasta llegar a la que filmé.
Terrible es la representación metafórica, claro, de todas las dificultades a las que Juan el titiritero debe enfrentar y superar para poder expresarse con libertad a través de su arte.
-¿Cómo es el proceso de selección de los niños no actores, asumiendo el riesgo de que en el curso del rodaje puedan no cumplir con tus expectativas?
Todos los actores niños y la pareja de actores cuasi adolescentes fueron seleccionados a través de un casting que hicimos durante dos meses. Es importante aclarar que todos ellos ya habían tenido oportunidades de actuar tanto en las escuelas de teatro en las que estudiaban como por haber actuado en cortometrajes, en cortos publicitarios y en obras teatrales. Una vez que finalizó esta etapa comenzamos con los ensayos y durante los dos meses en que se extendieron les propuse ensayos individuales, entre diferentes parejas y ensayos con los actores y actrices adultos. Fueron dos meses de trabajos muy intensivos y sobre todo muy placenteros. Lo cierto es que durante los rodajes y gracias a los ensayos pude inclusive proponerles nuevas ideas que interpretaron con solvencia.
-Se advierte un cuidado extremo en las imágenes y el lenguaje: es un mundo sin mala intención, donde no hay estímulos visuales o tecnológicos inapropiados, o palabras agresivas o procaces. ¿Ese mundo pertenece a un registro fuera de época?
La infancia no existe; lo que sí existen son las infancias. Y en esa magnífica diversidad nos encontramos con el mundo que los adultos les construyen y les ofrecen a las infancias. Con el mundo que los adultos quieren que las niñas y los niños terminen creyendo que es el único. Con el mundo donde los adultos producen obras audiovisuales dirigidas a las infancias contaminadas de consumismo y valores donde los que priman son los derivados del dinero y donde les intentan convencer que la violencia, en cualquiera de sus manifestaciones, es la única forma de dialogar. Donde la palabra Paz se la desvaloriza escribiéndola con minúscula y mostrándola como una circunstancia de vida excepcional.
Pero también en ese mundo diverso de los adultos están aquellos que se ocupan de las infancias ejercitando el ejemplo. Así, ellas conocen el valor del trabajo cuando ven a sus mayores trabajar, saben del valor de las palabras cuando tienen acceso a obras literarias que sus padres y maestros les acercan o a señales como PAKAPAKA donde todos los aspectos comunicacionales son muy cuidados. Las infancias no son ingenuas y todas mis películas anteriores -afortunadamente muy bien recibidas-, estaban protagonizadas por personajes que debían luchar contra una realidad que los agobiaba y que como en los verdaderos cuentos de hadas se demuestra, los personajes luego de luchar contra las adversidades al final surgen más fortalecidos.
Terrible es un cuento de hadas y como tal, el espectador transita junto a los protagonistas el desafío de vencer las dificultades. Las niñas y los niños se sienten identificados con esa lucha porque en la vida real son los que más sufren y no siempre surgen indemnes y con vida.
-¿Qué vigencia creés que tienen los juegos callejeros, los títeres y las murgas frente al uso de la tecnología como medio de entretenimiento de la niñez?
En más de una oportunidad comprobé que el hacer volar un barrilete, jugar a las carreras de autitos sobre una pista dibujada en el piso o divertirse ante un espectáculo de títeres, siguen siendo juegos que están muy presentes y que conviven con los juegos digitales. No hay prueba más irrebatible de lo que afirmo que ver cómo se divierten cuando tienen la posibilidad de acceder a esas actividades lúdicas. Jugar al futbol, a las muñecas, a la mancha, jugar con muñecos que representan a personajes de películas, juntar y coleccionar figuritas y otros “históricos” juegos continúan tan presentes hoy como antes.
-¿Sos el último exponente del cine infantil que rescata la inocencia?
No, claro que no. Acepto que soy unos de los que intenta resguardar y rescatar su inocencia como el más valioso anticuerpo que tenemos los seres humanos para luchar contra las más oscuras calamidades que los propios seres humanos sembramos y las infancias sufren.
-¿Hay futuro para el cine infantil?
El cine infantil -como las series y otras expresiones audiovisuales dirigidas a las audiencias infantiles- es cada vez más solicitado por las plataformas y todas las pantallas que componen el universo streaming. Por ello es imprescindible, tanto para nuestras infancias como para incrementar la producción y la comercialización de las producciones, que se incentive a los estudiantes de cine y televisión a estudiar las particularidades de este género. Y a la vez, que el INCAA asuma con firmeza la protección de un mercado cuyos dueños en la actualidad y desde hace muchos años son las empresas norteamericanas. Un cuasi monopolio que ha puesto en cautiverio al público infantil.
Fuente: GPS audiovisual
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