Cultura, Arte y Eventos

Por Alejandro Frigerio

Caso raro el de Ariel Prat

(Por Alejandro Frigerio) Caso raro el de Ariel Prat. Un artista poderoso que no ceja en su empeño militante. Quizás hasta incómodo para nuestras acostumbradas y confortables separaciones de virtuosismos en compartimientos estancos. Prat es, entre otras cosas, cantante, músico, poeta, militante, bailarín, escritor ... y hasta etnógrafo: la realidad argentina no sólo le sirve de inspiración, sino que a través de sus letras y música se empeña en visibilizar, explorar y comprender el inmenso y oculto lado B de nuestra realidad social.

Repito la palabra "empeño" a sabiendas: la tozudez de la voluntad y la pasión no son en este caso un dato menor. Prat va a contrapelo de modas, de caminos fáciles o incluso de nepotismos cuando el clima político y cultural era favorable. Intuyo la "prepotencia de trabajo" de Arlt, o el "endurecerse sin perder jamás la ternura" de Ernesto Guevara, como guías inspiradoras para abrirse camino a pura capacidad creadora, virtuosismo musical, lucidez intelectual y tozuda autogestión, sin ceder un ápice de compromiso y de honestidad.

Como histórica y culturalmente Buenos Aires no es Montevideo, aquí la reivindicación e incorporación musical de la murga y el candombe (locales, y esto no es un dato menor) no gana fácilmente el status de canto "popular" políticamente correcto y mediáticamente apreciado. El empeño (de nuevo esa palabrita) de Prat en seguir el camino que le indica su corazón y su inspiración le ha ganado la admiración de muchísimos seguidores que lo siguen (lo seguimos) con una fidelidad envidiable, y que se empeñan en vivenciar, una y otra vez, el carnaval de murgas, milongas, candombe porteño, tango que sus presentaciones desatan -frecuentemente con la presencia de murgas o de bailarines murgueros de sapiencia y virtuosidad sorprendentes a ojos de los no iniciados.

La música, las letras y las presentaciones de Prat (repito, un gran artista en escena) invocan y desatan la potencialidad del amplio espectro de la negritud argentina: desde la racial evocada y conjurada por ritmos murgueros, candomberos y tangueros, hasta la popular y política. Prat sabe, nos cuenta y nos muestra mejor que cualquier sociólogo o novelista, que la negrada argentina está viva y palpitante, latiendo y bailando detrás de esa máscara blanca con que nos empecinamos en tratar de cubrirla.

Juglar, le dicen (le decimos), con afecto, respeto y admiración. Griot tampoco le quedaría mal.

  • Ilustrador de la tapa de Herencia Negrada. Antropólogo y fan de Ariel Prat

···