Cultura, Arte y Eventos

Por Patricia Chaina

Cuatreros, mito y verdades sobre violencia en la Argentina

Un mosaico de imágenes compone un cuadro de época que atraviesa el tiempo, en la nueva película de Albertina Carri, con gauchos fuera de la ley por cortar un alambrado y padres empecinados en recordarlos. Sobre esa matriz, el dialogo del film es con el lenguaje y con la estética: Apuesta por una nueva manera de contar y ordena el caos, desde la pesadilla.

(Por Patricia Chaina (Especial para Motor Económico ()) Si una película llegó a las salas para otorgarle algo de piedad al calor agobiante del verano, esa es Cuatreros, la sexta película de la gran Albertina Carri (Los Rubios, Géminis*, La rabia). Su llegada esparce desconcierto, dolor, coraje, duelo, grandeza y rebeldías. Le da un corte a la historia porque apela a la memoria social y al sujeto político de nuestro tiempo para montar una propuesta por fuera de las clasificaciones conocidas. Será antes y después de Cuatreros, que de ahora en más se hable de cine político. Algo que ya es una marca distintiva en esta directora, desde que en 2003 con Los Rubios se animó a romper con las convenciones del lenguaje cinematográfico para recrear emblemáticamente su historia de familia y nuestra historia política. Y compuso un clásico.

En Los Rubios, Carri cuenta en primera persona la desaparición de sus padres, a causa de la violenta represión social ejecutada en los años ’70, por parte del Estado. Aquí, la trágica muerte de Isidro Velázquez “el último gaucho alzado” como lo llama, le permite generar una nueva gramática narrativa en la que pueden convivir dos, tres o cinco pantallas al mismo tiempo.

Sobre esa yuxtaposición de imágenes se escucha en off, su propio y vertiginoso relato. Porque también habla de sí misma, de su familia de origen y de su grupo familiar actual. Habla de infancias y de alumbramientos. Habla de Fanon y los condenados de la tierra. Pero por vertiginosa, su voz no deja de ser clara. Es precisa y florece, aunque regada con sangre.

Puede decirse que esta película es una road movie a través del tiempo. En la intención de redescubrir una leyenda; donde se enlaza la lucha social con su historia familiar; Carri tiene como referencia un libro: “Isidro Velázquez, formas prerevolucionarias de la violencia”. Fue escrito por su padre, el sociólogo Roberto Carri, en 1968. Velázquez es un bandido rural, asesinado en 1967, en Pampa Bandera, a pocos kilómetros de Machagay, en el desierto chaqueño. Ella avanza tras ese mito, en busca de una supuesta película rodada en los ’70, por el cineasta Pablo Szir, también desaparecido, y con guión del mismo Carri.

En el cine de Albertina Carri se hace evidente la intervención de los componentes políticos que atraviesan el tiempo. Con esa matriz y con maestría, ella realiza en Cuatreros una sorprendente y certera combinación de imágenes sin que haya sido necesario, como aclara, filmar una sola escena. Cuatreros es un mosaico de material de archivos. Tremendamente bien seleccionados. En honor a la memoria de Isidro Velázquez y a la de su compañero Vicente Gauna, asesinado junto a él, traicionados, en una emboscada, bajo el sol arrasador del Gran Chaco. En honor a la memoria de las luchan que los preceden y nos habitan, Albertina Carri realiza este ensayo cinematográfico producto de un riguroso análisis sobre la violencia en la Argentina.

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Ficha:

Cuatreros (Argentina/2016). Guión y Dirección: Albertina Carri/Cámara: Alejo Maglio, Federico Bracken, Tamara Ajzensztat, Bruno Constancio/ Investigación y recopilación de material de archivo: Leandro Listorti/ Edición: Lautaro Colace. Duración: 84 minutos.

*Periodista. Colaboradora de Motor Económico

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