Por Mailén Sosa / Entrevista con Ailen Possamay
Eso que llaman amor…Los muros de la desobediencia feminista
Entrevista con Ailen Possamay, artista y creadora de los murales-stencil sobre desobediencia doméstica, que se viralizaron por todo el país.
(Por Mailén Sosa/ http://www.buenosairessos.com.ar) Ailen Possamay es la creadora de los famosos murales-esténcil feministas y de desobediencia doméstica que encontramos por toda la ciudad de Buenos Aires. . Encontrarse un Possamay invita a una reflexión incómoda y necesaria a todos los vecinos y vecinas que lo ven.
Se trata de una serie de murales inspirados al calor de las luchas feministas en relación a la desigualdad económica y laboral. La famosa frase de Silvina Federici “Eso que llaman amor es trabajo no pago” es la más viralizada en el trabajo de Possamay. Probablemente sea por la sencillez con la que se logra transmitir el mensaje: hay un trabajo que realizan las mujeres y femeneidades adentro del hogar que es invisibilizado y gracias a eso se sostiene y reproduce el sistema patriarcal y capitalista. La elección de hacerlo en la calle y como esténcil fue para revalorizar la idea de denuncia, de escrache y la condición del esténcil y el mural como herramienta comunicacional y política, particularmente característica de los feminismos.
– ¿Cómo se originó el proyecto y con quiénes?
Desde mediados del 2017 me encuentro llevando adelante un proyecto de murales-esténcil que trata sobre las tareas de cuidado y el trabajo doméstico que realizan las mujeres y las feminidades al interior del hogar, y que es histórica y sistemáticamente invisibilizado y naturalizado. Este trabajo surge como parte de un proyecto para la facultad, específicamente para el proyectual de grabado y arte impreso, por eso mismo es que la técnica elegida es el esténcil, que es una técnica de grabado.
En un principio el proyecto estaba pensado como afiches publicitarios -como contrapublicidad- pero por la estética que tenían era fácil llevarlos a esténcil, y como la idea era que esas imágenes pudieran replicarse muchas veces -e imprimir tantas imágenes implicaba mucha plata- lo ideal fue llevarlo al muro y, con la plantilla de esténcil, poder repetir la imagen la cantidad de veces que quisiera. Además la idea de hacer a las mujeres en esténcil me pareció tentadora porque el esténcil en sí mismo ya tiene una impronta política, de denuncia, de escrache, que su propia materialidad, hagas lo que hagas, te transmite. Por lo tanto también fue un objetivo revalorizar su condición de herramienta comunicacional y política, imprimiéndole un carácter feminista.
Si bien el trabajo surge a título personal, no deja de estar inscripto en un proceso colectivo, es más, nace al calor de los paros de mujeres, lesbianas, trans y travestis y sigue en diálogo con este proceso abierto y dinámico de la huelga feminista, porque el proyecto está pensado en clave militante. Y a su vez, nunca los hago sola, siempre me acompañan mis amigas y compañeras de militancia.
-Qué repercusiones tiene tu trabajo?
Las respuestas son variadas. Las pintadas interpelan e invitan a opinar. Son una irrupción/interrupción en la calle que por estar en la calle tienen una potencia particular, la potencia de lo que no se elige, el azar: el “público” de los murales es arbitrario, no se puede elegir. Y lo que pasa entre quienes caminan por la calle y el mural es de lo más variado, muchas veces un misterio, y algunas otras se materializa. Ha pasado que sobre un mural, alguien tachara la parte de “es trabajo no pago” y que después otro grupo de personas fuera a arreglarlo. Le han escrito diferentes frases encima, a favor y en contra de lo que ahí se expresa. Todas experiencias que suman a la idea de pensar el espacio público como un campo de batalla, donde se ponen en disputa los sentidos.
Por otro lado, hace un tiempo que las modelos de mis murales vienen siendo vecinas del lugar en el que lo realizo, con encuentros talleres previos con la comunidad que rodea ese mural, y eso lleva a otro tipo de respuestas, más afectivas y emotivas también.
Y después están las redes, y las dinámicas de las redes que tienen su particularidad. La verdad que fue una sorpresa para mi que se viralizaran tanto pero también me gusta, porque siento que funcionó y no sé si siempre es tan tangible cuando las cosas funcionan…
-Cómo se organizan y eligen las temáticas?
Por ahora la temática viene siempre girando sobre lo mismo: qué son los cuidados. Hay cuatro series de murales que vengo haciendo. Una es la serie de “Eso que llaman amor es trabajo no pago” que es una frase de Silvia Federici, esos son los más conocidos. Otra serie, que le continúa como una segunda parte, es la de “Desobediencia doméstica”, que son esténciles de mujeres dejando de hacer sus tareas domésticas (pateando un balde, rompiendo un palo de amasar…) a diferencia de los anteriores donde las figuras aparecen realizando esas tareas.
Otra serie es “Chismosas”, que trata de figuras de distintas mujeres “chusmeando”, pero buscando reivindicar el chisme como una práctica de cuidado, entendiendo que en nuestros chismes corren alertas sobre abusadores, recetas sobre cómo abortar seguras, entre otras cosas.
Por último, hay una cuarta serie se llama “Celebrarse” y tiene que ver con mujeres celebrándose y reconociéndose entre ellas, y por lo tanto también gira sobre la temática de los cuidados.
-Qué tienen pensado a futuro?
Es difícil pensar en el futuro con este apocalipsis zombi, pero como me pude escapar de CABA y me vine para Junín de los Andes -soy de acá-, estoy pensando en activar cosas acá. De hecho estoy por hacer un mural con unas amigas en unos días. La idea es meterle pilas a esto por fuera de Buenos Aires también, apostando a federalizar la cosa un poco.
Ailen Possamay sigue concientizando e invitando a la reflexión a miles de personas que tienen la oportunidad de ver su obra. Con mensajes claros, simples y muy visuales, logró instalar un debate sobre la división sexual del trabajo y la necesidad de remuneración a todas las mujeres que realizan tareas de cuidado y de sostenimiento del hogar.
Para encontrarla en las redes sociales: Instagram: Ailen Possamay y también como Possa_alp
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