Por Félix Ángel Córdoba
Los bicicletófilos
(Por Félix Ángel Córdoba (Especial para Motor Económico) Pasamos por la vida con la certeza tácita de que el mero paso del tiempo finalmente nos colocará en el lugar del saber, en el lugar del conocimiento.
No obstante esta certidumbre, una enorme mayoría de nosotros apenas tiende a expresar un rol activo en la creación, digamos, de cultura en general. Actuamos más bien como recolectores o meramente cazadores de saberes, por no decir simplemente consumidores de distintos tipos de conocimientos y otras yerbas, pero siempre de otros.
No creo poder precisar con seguridad si esas proposiciones optimistas, en las que todos seremos sabios alguna vez, pertenecen tal vez a un pensamiento mágico o simplemente a un pensamiento automático; una fe un tanto exagerada en el poder de la experiencia.
Solemos conjeturar que en algún momento lo importante, lo esencial estará a disposición en nuestro repertorio, como si todos supiéramos captar en lo vivido el ser de las cosas o como si el aparato de aprender arribara por si solo a un cierto estado de comprensión, de cierta iluminación. Y si bien podemos pensar que el repertorio puede ser más o menos falible, muy pocas veces imaginamos que pueda estar totalmente errado. Como una rueda de bicicleta lo iremos emparchando tantas veces como sea necesario y aunque en algunas ocasiones ya no podamos distinguir la goma original de la rueda totalmente cubierta de parches, siempre nos parecerá necesario tratar de salvar lo que se pueda de ellas, porque es nuestra bici y seguramente pensamos que sin ella no podríamos ir a ningún lado.
Casi en el extremo, fuera de toda lógica incluso, se tratará aunque sea solo de salvar una de las ruedas, tratando de mantener un mínimo de la máquina. Aferrarse así a una extraña seguridad ilusoria, sin asumir seriamente que una bicicleta que no funciona deja de ser una ventaja para ser un lastre.
Como aquellos polizontes que se creen seguros viajando aferrados a un ancla, los cargadores de bicicletas inclusive olvidamos que deberíamos ir montados en ella y no las abandonamos a pesar de que ya no nos sirvan, pues siempre es más fácil mantenerse en lo viejo conocido que asumir el peligro de cambios radicales que terminen por cambiar nuestra bicicleta o cambiar lo que esta representa: nosotros mismos.
- Compositor. Poeta
Foto: Jonathan Ferrey via Getty Images
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