
Por Patricia Chaina
Motor cine: París puede esperar "dos días en la vida nunca vienen nada mal"
Con el relato de un viaje encantador, Eleanor Coppola despliega su artes como directora y guionista, en un filme donde lo emocional se combina con las características más sabrosa de las rutas gastronómicas en los circuitos turísticos.
(Por Patricia Chaina) Bajo el paraguas protector de ‘una película de viajes’, más conocido como el formato de road movie, Eleanor Coppola, la octogenaria esposa de Francis Ford recrea en este filme, un viaje encantador. Es el primer largo de ficción de esta directora, cuyo trabajo anterior más conocido es El corazón de las tinieblas: Apocalipsis de un cineasta, documental sobre el complejo rodaje de Apocalypse Now en Filipinas. Aquí, lejos del rigor documental, se permite contar con elegancia y sin complejos, un etéreo viaje de dos días, de corte casi gastronómico y turístico, por la campiña francesa. Pero la historia no queda para la biblioteca de Nat Geo ni para Elgurmet. Avanza en la relación entre una mujer casada y muy norteamericana con un Don Juan bien francés y bon vivant. Y atraviesa el riesgo de caer en la nada, gracias a las buenas artes de una dirección que sabe hacia dónde enfocar sus luminarias y a las precisas interpretaciones del elenco.
En el filme la protagonista es Anne (la impecable Diane Lane –Infidelidad-) quien interpreta a la mujer de Michael (Alec Baldwin), un productor de cine adicto al trabajo. Y su compañero de viaje es Jaques (Arnaud Viard) amigo de su esposo y también productor cinematográfico. La historia comienza en Cannes, donde luego de diez días de festival, el matrimonio debe volar a Budapest para luego ir a Paris. Un intenso dolor de oídos propio del estrés o de la incomodidad del alma, de una mujer descuidada por su esposo, es el salvoconducto que le permite a Anne hacer el viaje por tierra. Jaques se ofrece a llevarla en su coche y así comienza la aventura por paisajes deliciosos que se combinan con restoranes gourmets, bodegas y museos textiles de diseños exóticos. La distancia y el recelo, tan norteamericanos van a engarzar cada kilómetro de un recorrido cada vez más extenso e intenso. Porque el cuidado y la dedicación de Jaques hacen efecto en el alma de Anne y mientras el vino francés embriaga sus emociones, París quedará cada vez más y más lejos.
La directora que también es guionista, abreva aquí en su propia historia. No solo porque los vinos y la familia Coppola, resultan un maridaje conocido – de hecho Eleanor vive en la finca de la bodega que los Coppola poseen en California-, sino porque el relato refiere a un pasaje de su propia vida. Según contó, ella misma realizó un viaje similar con un amigo de su esposo. La versión cinematográfica, en este caso, ofrece un tramo final donde el relato se consolida. La vida en colores cálidos, remite a las noches de vino y chocolate. La posibilidad de redescubrir el mundo a través del amor, pone en peligro el equilibrio del mundo conocido. Las notas al pie, no solo son una marca en el orillo.
FICHA:
Paris puede esperar / (Bonjour Anne, Estados Unidos/2016) / Guión y dirección: Eleanor Coppola / Fotografía: Crystel Fournier / Música: Laura Karpman / Edición: Glen Scantlebury / Elenco: Diane Lane, Arnaud Viard y Alec Baldwin / Distribuidora: CDI Films / Duración: 92 minutos
- Periodista. Colaboradora de Motor Económico
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