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En el día del Paro General, la historia de la Algodonera Flandria

Rerum Novarum: La Banda que sigue tocando

Cuando cierran las fábricas, se pierde el trabajo y se deshacen los lazos de comunidad producto de recesivas políticas económicas, la cultura del trabajo sobrevive en los símbolos, hasta que aclare. Entrevista a Fernando Molnar, director del ya mitico documental sobre la banda de músicos de la Algodonera Flandria, en el partido de Lujan, donde hoy el sector textil se encuentra en estado de emergencia.

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(Por Patricia Chaina (Especial para Motor Económico)) “Nosotros queríamos hacer un documental sobre el club de fútbol que tenían los trabajadores de una vieja fábrica textil y nos encontramos con la banda, ahí decidimos hacer esta película con la historia de la banda de músicos, unida a la historia de la textil Flandria”, recuerda Fernando Molnar al hablar de “Remun Novarum”, su primer largo –codirigido con Sebastián Schindel y Nicolás Batlle-, y ganador, entre otros premios, del Condor de Plata al mejor documental en 2001.

La película cuenta la historia de la banda de los trabajadores de la legendaria algodonera, instalada en Jauregui, partido de Lujan, en 1929. Su dueño, el belga Julio Steverlynck promovía la cooperación con los obreros. Respondía a los primeros mandatos de la doctrina social de la iglesia definidos en la encíclica Rerum Novarum emitida en 1891 por el papa León XIII. Era un modo de acercar a la creciente masa de trabajadores alejados del cristianismo tras la reconfiguración social impuesta por la Revolución Industrial. Allí la iglesia habla por primera vez de los derechos de los trabajadores, por ejemplo el de unirse en sindicatos. Y aunque defiende la propiedad privada establece criterios que luego la social democracia a nivel internacional y el peronismo en nuestro país, instalarán como parámetros de justicia social.

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De eso habla la película, de una cultura del trabajo sostenida por una patronal que valida el bienestar de sus empleados, al punto de concebir una aldea alrededor de la fábrica. La que no tardó en convertirse en Villa Flandria, y ser casi el prototipo de una verdadera “comunidad organizada”. De ahí que la banda fundada en 1937, fuera bautizada como Rerum Novarum. Cuando la película se presentó, en 2001, el índice de desocupación en el país trepaba el 30% y las políticas neoliberales habían obligado a la fábrica a cerrar sus puertas seis años atrás. Sin embargo la banda siguió tocando y sus integrantes decidieron aceptar el desafío de mantenerla, porque la consideran “un símbolo de identidad”. Y el documental lo confirma.

En estos días donde el sector textil en el partido de Lujan que ya suma más de 500 despidos, declaró la emergencia industrial, la película vuelve al ruedo. Sin embargo su director no se define por el cine político, dice, “pero me interesa la cuestión social” advierte. “La película, como muchos símbolos, expresa distintos puntos de vista. Es atemporal y en cada momento significa algo distinto, cada vez se ve de manera diferente, eso nos gratifica. Es un orgullo para uno que el primer documental siga vivo, por sus personajes, porque ellos son el espíritu de la película”, sostiene Molnar. Los testimonios lo demuestran.

Ser parte de la banda es un honor, explica el filme. “Ser empleado de la Flandria era un orgullo”, dicen sus empleados, ya jubilados, a cámara, mientras caminan por las instalaciones abandonadas. “No soy un especialista en el rubro textil –afirma Molnar-, y quiero ser serio en ese sentido. Puedo, pero no debo, dar un diagnóstico sobre la industria, no me corresponde. Pero si considero que en nuestro país, tan cíclico, tenemos capacidad para recuperarnos, por ahí esa fábrica vuelve a producir, ojala suceda, porque la gente necesita trabajar, no es lo mismo un trabajo que ponerse un maxi-kiosko. El bienestar que da el trabajo permite tener estabilidad en muchos sentidos por fuera de lo laboral, es la certeza o la confirmación de que uno es capaz de hacer algo”, define.

Molnar: un director multifacético

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Fernando Molnar, dirigió junto a sus socios en la productora Magoya Films, Sebastian Schindel y Nicolás Batlle, dos prestigiosos largos documentales: Rerum Novarum y Mundo Alas, éste último sobre la gira que León Gieco realizó durante dos años, con un grupo de jóvenes artistas de capacidades diferentes. En 2014 llego su primer largo de ficción: “Showroom”, protagonizado por Diego Peretti, y escrito por Molnar su junto a Lucía Puenzo (“Wakolda”) y Sergio Bizzio. Allí Peretti interpreta a Diego, un hombre que se queda sin trabajo y sin casa, pero decide volver a su vida anterior cueste lo que cueste, se transforma en un obsesivo vendedor dentro del “showroom” de un edificio donde vive situaciones disparatadas y absurdas. Promocionada como una comedia, la propuesta en rigor atraviesa lo social y confirma a Molnar como un director con talento y sensibilidad.

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