La comunicación no hegemónica tiene por delante una gran oportunidad
#Coronavirus: Territorio, contexto e información oficial
*(Por TavoCibreiro () La aldea global está en crisis. Tal vez, casi sin darnos cuenta, su configuración cambió para siempre. Por estos días, la utopía neoliberal de un mundo sin fronteras, híper conectado y homogéneo, ha sido suspendida por tiempo indeterminado. Paradójicamente, según la ciencia, el aislamiento social severo sería, en principio, la única herramienta probada para detener la pandemia global. Cuando el Coronavirus tronó en China, todo parecía lejano, imposible y anecdótico. Sin embargo, hoy tenemos más de 200 mil personas infectadas en todo el planeta y el número de víctimas fatales aumenta cada día.**
Sin dudas, el colapso es sanitario pero también económico. Un nuevo orden mundial está en disputa. La tensión escala y las potencias encuentran en la otra la responsabilidad del febril contexto. A partir del estallido viral, la economía se detuvo, literalmente. El petróleo tocó su mínimo histórico, el dólar perdió terreno y, para evitar una caída mayor, las bolsas de valores más importantes debieron suspender sus cotizaciones en varias oportunidades. Quizás, al fin de cuentas, la peste oriental deje, como saldo, más personas pobres que muertas.
Mientras tanto, los medios nacionales de comunicación sólo atienden su juego.
Casi de memoria, acarrean el pánico y, con titulares apocalípticos y observaciones superficiales, intentar someter a una audiencia asustada por la falta de información específica. Claro, al igual que los intereses superpuestos de la prensa masiva, el miedo paraliza.
Frente a esto, la comunicación no hegemónica tiene por delante una gran oportunidad. La honestidad intelectual y el reconocimiento de la propia construcción profesional, social y política deben guiar la investigación popular y fundar el relato contra viral. De esa base sólida y concreta, la argumentación debe sostenerse y potenciarse.
Por otro lado, dentro de esta forma de contar la pandemia, existen otros puntos a tener muy en cuenta. A saber:
1) Es total y absolutamente necesario, contextualizar la información brindada. No hacerlo es prejudicial en la búsqueda de la salida colectiva.
2) Citar fuentes confiables y oficiales. El desfile de supuestos especialistas en la materia aporta desconfianza y temor en la sociedad.
3) Mantener un dialogo constante con las instituciones locales dentro de nuestro territorio. Intercambiar datos con municipios, organizaciones sociales y universidades es prioritario. No hacerlo es negar una parte de la realidad.
4) Ser conscientes de la magnitud de la situación. Refrescar conceptos, como el lavado de manos y los grupos de riesgo, no es redundante. Es preciso.
En una sociedad fragmentada, resulta urgente recuperar la noción de conjunto. La meritocracia del pasado queda obsoleta frente al inminente futuro distópico propuesto por el virus. La comunicación alternativa, popular y comunitaria puede ser, otra vez, la opción necesaria para renovarse, volver a creer y configurar una sociedad justa, plural y solidaria.
*() Comunicador popular. Periodista. Integrante de Ucaya y colaborador de Motor Económico**.
···