Lucía Blasco BBC News Mundo
"La degradación humana causada por la tecnología ha sobrepasado algunos límites importantes"
De tanto discutir sobre cuándo la tecnología iba a sobrepasar nuestras capacidades, perdimos de vista que las máquinas se estaban enfocando en conocer nuestras debilidades. Es la base que sustenta un concepto que está resonando en Silicon Valley y que se conoce como human downgrading, "degradación humana" en español. Fue acuñado por el científico informático Tristan Harris y su socio Randima (Randy) Fernando, cofundadores del Center for Humane Technology (CHT, Centro para la Tecnología Humana), una organización sin ánimo de lucro cuya misión es "revertir la degradación humana" y "realinear la tecnología con nuestra humanidad".
En el reciente documental de Netflix The Social Dilemma ("El dilema de las redes sociales") Harris y Fernando exponen esta cuestión, estrechamente ligada a la llamada "economía de la atención", o cómo las empresas monetizan nuestra atención a través de las redes sociales y otras tecnologías digitales.
Fernando, director ejecutivo del CHT, cree que la tecnología debería ser "más humana". En esta entrevista con BBC Mundo explica por qué.
Fernando, director ejecutivo del CHT, cree que la tecnología debería ser "más humana". En esta entrevista con BBC Mundo explica por qué.
Decidimos que lo mejor era crear una organización para gestionar el interés creciente en el tema (sobre todo desde que en 2017 Harris habló sobre ello en un programa de la televisión nacional) y tratar de abordar el problema.
Tres años más tarde, seguimos en ello.
Para abordar el problema ustedes proponen "revertir la degradación humana". ¿Qué significa eso?
Gran parte del trabajo que hacemos tiene que ver con la mente, con las adicciones y con cómo combatirlas; con la meditación y con el bienestar emocional. También con la democracia y la polarización, con la tergiversación de la verdad. Todos esos temas están interrelacionados y vinculados a la "degradación humana" (human downgrading).
Nosotros la describimos como algo cíclico: a medida que hemos ido mejorando y actualizando nuestras máquinas, hemos degradado a los seres humanos. Y debería haber sido al revés. Eso es algo que se repite constantemente.
Durante mucho tiempo, nos entusiasmamos mucho ante todas las mejoras tecnológicas, pero invertimos tanto esfuerzo y energía en el avance de la tecnología —que tanto nos ha beneficiado por décadas— que no prestamos suficiente atención a los cambios que se estaban produciendo en nuestro cerebro.
"Los 'nativos digitales' son los primeros niños con un coeficiente intelectual más bajo que sus padres" En un momento dado nos hicimos vulnerables a ella porque la tecnología puede usarse para aprovecharse de nuestras debilidades.
¿Qué ha cambiado en los últimos años para que este tema se haya puesto sobre la mesa dentro y fuera de Silicon Valley?
La "degradación humana" ha sobrepasado algunos límites importantes, por eso ahora está empezando a preocuparnos.
Vamos siendo conscientes de cómo las notificaciones tratan de "secuestrar" nuestra atención. Si los diseñadores lo usan a su favor pueden hacer que pasemos más tiempo en su producto, atraer nuestra atención para que nos fijemos en ciertos elementos a través de aspectos como el brillo de la pantalla y otros pequeños "trucos".
Y ya no sabemos qué es real y qué no. Los deepfakes (videos con personas aparentemente reales modificados con inteligencia artificial) son un buen ejemplo de ello.
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