Aldea Global

Opinión

La era de la virtualidad absoluta

(Por Ariel Mulki) Un mirada sobre los vínculos sociales en medio del aislamiento obligatorio por la pandemia del Covid-19.

A lo largo de estos dos meses, la cuarentena se ha demostrado a sí misma como una medida exitosa ante la pandemia del coronavirus.

En medio del confinamiento, los seres humanos, en tanto seres sociales, nos hemos visto empujados a compensar la falta de contacto físico a través del contacto mediado tecnológicamente. Es decir, nuestra necesidad de sociabilidad esencialmente humana ha encontrado la única forma alternativa de expresarse: el mundo digital.

De esta forma, hemos logrado reemplazar los vínculos físicos tradicionales y satisfacerlos, al menos parcialmente, a través de los vínculos que nos ofrecen las Nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación. Por un lado, la cuarentena nos ha limitado hacia adentro en el espacio físico, y por otro lado nos ha expandido hacia afuera en el espacio digital.

En este estado de excepción resulta interesante repensar la idea del desplazamiento desde lo físico hacia lo digital. La idea del distanciamiento físico no es nada nueva. En los años setenta, Michel Foucault ya hablaba de la “biopolítica” como el poder que se ejerce de forma individual sobre nuestros cuerpos y de forma masiva sobre las poblaciones. Y si hacía falta explicarlo más poéticamente, aparece Eduardo Galeano en los ochenta para decir que “el sistema nos condena al hambre de abrazos”.

La idea de la digitalidad tampoco es nueva. Hace tiempo que nos hemos transformado en una “aldea global”, como decía Marshall McLuhan en los sesenta. Y en los noventa, Manuel Castells ya hablaba de la Era de la Información en medio una Sociedad Red.

Ahora, lo que sí resulta novedoso, es la idea de que el aislamiento obligatorio nos fuerza hacia una digitalización total. Nunca antes en la historia nos habíamos visto encerrados de esta manera. El país cerrado, la provincia cerrada, la ciudad cerrada, el barrio cerrado, la casa cerrada. Nos vemos encerrados en nosotros mismos. Así funciona el aislamiento preventivo, social y obligatorio.

Y aquí es donde aparece la idea de una sociabilidad digital absoluta. Nunca antes en la historia nos habíamos visto obligados a interactuar exclusivamente de forma digital.

Estábamos acostumbrados a cierta sociabilidad mixta, en la que coexistían simultáneamente los vínculos sociales tradicionales y las redes sociales digitales. Con la pandemia, el espacio físico se anula por completo, y emerge el espacio tecnológico como la única posibilidad de socialización.

Es aquí donde lo digital invade todas las esferas sociales. O, mejor dicho, todas las esferas sociales se someten al imperio de lo digital. El amor, el sexo, la familia, los amigos, la escuela, el trabajo, el comercio, la política, la religión. Todos los vínculos han llegado al punto máximo de mediación tecnológica.

No sabemos cómo será el mundo post-pandemia. Lo que sí sabemos es que hoy hemos llegado a la era de la virtualidad absoluta.

Fuente: Infonews

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