La ONU reclama a los gobiernos 2.000 millones de dólares para hacer frente al coronavirus en países pobres
El secretario general de Naciones Unidas ha presentado este miércoles un plan coordinado de respuesta para luchar contra la pandemia de coronavirus en países azotados por crisis humanitarias
El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, ha presentado este miércoles un plan coordinado de respuesta humanitaria para luchar contra la propagación del coronavirus en algunos de los países más empobrecidos del mundo. En total, la ONU ha calculado que necesitará 2.000 millones de dólares, casi 1.900 millones de euros, para llevarlo a cabo y establece un plazo de nueve meses, hasta el próximo diciembre, para recaudar este monto de financiación.
Según explican desde la organización internacional, el plan se ha elaborado en un intento de "proteger a millones de personas y evitar que el virus siga circulando alrededor del mundo entero".
En total, se han registrado más de 430.000 casos y cerca de 19.600 muertes asociadas al coronavirus SARS-CoV-2 que, recalcan, "se está afianzando en todo el mundo y ahora está llegando a países que ya se enfrentaban a crisis humanitarias debido a conflictos, desastres naturales y al cambio climático".
La respuesta se dirige a 54 países y territorios que se ven afectados por algún tipo de crisis humanitaria o que acogen a personas desplazadas, indican fuentes de la ONU, que precisan que la cobertura geográfica del plan se revisará cada mes. Se enfoca en las regiones de Sudamérica, África, Oriente Medio y Asia.
De acuerdo con estas mismas fuentes, en la lista de países receptores -que incluye también los que forman parte del plan de respuesta para los migrantes venezolanos- figuran Afganistán, Angola, Argentina, Aruba, Bangladesh, Bolivia, Brasil, Burkina Faso, Burundi, Camerún, República Centroafricana, Chad, Chile, Colombia, Costa Rica, Curazao, República Dominicana, Corea del Norte, República Democrática del Congo, Ecuador, Egipto, Etiopía, Guyana, Haití, Irán, Irak, Jordania, Kenia, Líbano, Libia, Malí, México, Myanmar, Níger, Nigeria, Panamá, Paraguay, Perú, República del Congo, Ruanda, Somalia, Sudán del Sur, Sudán, Siria, Tanzania, Trinidad y Tobago, Turquía, Uganda, Ucrania, Uruguay, Venezuela, Yemen, Zambia.
El plan lo pondrán en marcha agencias de la ONU, ONG internacionales y consorcios de ONG. Entre las intervenciones que se llevarán a cabo está el suministro de equipos esencial de laboratorio para diagnosticar el coronavirus, suministros médicos para su tratamiento.
También, se instalarán puntos de lavado de manos en campamentos y asentamientos o elaborar campañas informativas sobre cómo protegerse del virus. Asimismo que se establecerán puentes aéreos y centros en África, Asia y América Latina para llevar a los trabajadores humanitarios y suministros "a donde más se necesitan".
"Se trata de una cuestión de solidaridad humana básica. También es crucial para combatir el virus. Este es el momento de dar un paso adelante por los más vulnerables", ha dicho Guterres en una rueda de prensa telemática.
Por su parte, el secretario general adjunto de Asuntos Humanitarios, Mark Lowcock, ha afirmado que la enfermedad COVID-19 "ha trastocado la vida de algunos de los países más ricos del mundo" y ahora "está llegando a lugares donde la gente vive en zonas de guerra, tiene dificultades para acceder a agua limpia y jabón, y no tiene ni siquiera la esperanza de una cama de hospital si enferma gravemente".
"Abandonar a los países más pobres y vulnerables del mundo a su suerte sería cruel e imprudente. Si dejamos que el coronavirus se propague libremente en estos lugares, estaríamos poniendo a millones de personas en una situación de alto riesgo, regiones enteras se sumirían en el caos y el virus tendría la oportunidad de dar la vuelta al mundo", ha agregado.
A ellos se ha unido la directora ejecutiva de Unicef, Henrietta Fore, quien ha advertido del impacto del confinamiento y el cierre de escuelas en la educación, a la salud mental y al acceso a servicios básicos de salud de los niños. "Los riesgos de explotación y abuso son más altos que nunca, tanto para los niños como para las niñas. Para los niños desplazados o que viven en contextos de conflicto, las consecuencias no tendrán nada que ver con lo que hemos visto hasta ahora. No debemos defraudarles", ha alertado.
En la rueda de prensa también ha estado presente el director General de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus, quien ha señalado que el virus "se está propagando en países con sistemas de salud débiles, incluidos algunos que ya se enfrentan a crisis humanitarias". "Esos países necesitan nuestro apoyo, por solidaridad, pero también para protegernos a todos y ayudar a reprimir esta pandemia. Al mismo tiempo, no debemos luchar contra la pandemia a costa de otras emergencias humanitarias de salud", ha recalcado.
En este sentido, los diferentes representantes han pedido a los Estados miembros de la ONU que se comprometan a frenar el impacto del COVID-19 en estos países y a contener el virus a nivel mundial, pero sin dejar de aportar a los llamamientos humanitarios que ya existen y que permiten, detallan, brindar asistencia a más de 100 millones de personas que ya dependen de la asistencia humanitaria de la ONU para sobrevivir. En este sentido, sostienen que si se recortan fondos de las operaciones humanitarias que ya están en marcha, se corre el riesgo de que se propaguen otras enfermedades cóleras, el sarampión o la meningitis, o aumente la desnutrición.
El plan aglutina llamamientos previos e indicaciones de la OMS, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (UNDP), el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), UN-Habitat, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA).
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