El Eternauta es un ejemplo que nos permite entender cuál es el rol de América Latina en general
Mariano Turzi: El Eternauta nos permite entender cuál es el rol de América Latina
En su libro "Cómo los superhéroes explican el mundo", el investigador Mariano Turzi recupera en clave geopolítica las figuras más emblemáticas de la narrativa superheroica como Superman, Batman, el Hombre Araña, la Mujer Maravilla o el Capitán América para explicar cómo se reactualizan las nociones de liberalismo, hegemonía o globalización en el mapa de interacciones que definen hoy Estados Unidos y China, así como su impacto en América Latina.
Fanático de las historietas y de sus traspolaciones cinematográficas, Turzi analiza las relaciones de poder, las variaciones del orden mundial y las inequidades que multiplica el capitalismo globalizado a la luz del imaginario aportado por sus lecturas de infancia, que resignifica ahora en clave política para detectar filiaciones elocuentes, como la simpatía de la Mujer Maravilla con el ideario republicano, la coincidencia de Batman con la tradición demócrata y la prescindencia política de Superman, "que lleva el sueño americano a escala planetaria del mismo modo que Estados Unidos construye orden internacional proyectando su polis".
Desde una escritura fluida y precisa en la contextualización de datos, este profesor de Relaciones Internacionales escogió un abordaje no tradicional para analizar el escenario geopolítico mundial con la expectativa de llegar a otros lectores por fuera del mundo académico -su habitat natural- pero también porque intuyó que el rico campo semántico y metafórico delimitado por los comics de superhéroes habilitaba la posibilidad de articular diálogos impensados entre campos disociados para iluminar tensiones que no hubieran aparecido de otra manera.
En su texto, publicado por Capital Intelectual, Turzi desmenuza las distintas identidades que conviven en La Liga de la Justicia -la alianza integrada por Batman, Superman, Flash, la Mujer Maravilla, Linterna Verde y Aquaman, entre otros superhéroes- para ofrecer una caracterización sagaz del liberalismo que traslada algunos de sus rasgos, como el rol menos preponderante del Estado y modelos más laxos a la hora de ejercer el poder, al accionar de los personajes del comic.
-Télam: Si uno lee la política de Trump hay una utilización maniquea del concepto amigo enemigo que parece encajar en la lógica polarizada o binaria del mundo superhéroe. ¿La aparición del ahora ex presidente estadounidense en la genealogía de mandatarios que arranca en la posguerra marca una fase disruptiva o de alguna manera pese a su retórica inflamable también tendió puentes hacia la narrativa superhéroe?
- Mariano Turzi: El maniqueismo de la política exterior norteamericana no empieza con Trump y de hecho continua con el ahora presidente Joe Biden. Esta cuestión está inscripta en el ADN de los Estados Unidos y es una tradición que viene incluso desde los primeros migrantes porque se deriva y se desprende de una convicción profunda, religiosa, cristiana, de que existe un mundo dividido entre el bien y el mal. Esta concepción está presente en toda la estructura política norteamericana: está en la propia génesis de los Estados Unidos y obviamente está en la narrativa superheroica.
En ese sentido, no es una disrupción ni un cambio sino una continuidad. A lo sumo cambia en grado con la personalidad de Trump, que con su volatilidad intelectual y emocional la exacerbó porque encarnó una parodia de una realidad norteamericana: el bien y el mal, esta visión del mundo que se divide en "Us vs.Them" (Nosotros contra ellos"), los buenos y los malos, los que se salvan y los que no se salvan.
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T.: ¿Qué indicios permiten identificar a Batman con el demócrata y a Superman por encima de las filiaciones partidarias?
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M.T.: Aunque los comics van cambiando, se podría decir que en cambio Batman no es un superhéroe sino un vengador. Batman ilustra el realismo más que el liberalismo y la norma por la que se rige no es el principio sino el poder. Al ver Bruce Wayne a sus padres asesinados se transforma en su miedo y toma la primera lección del realismo: solo los fuertes pueden sobrevivir en un mundo donde nadie lo protege. No lo protege la riqueza de los Wayne ni el prestigio del apellido. Entonces Batman busca en cada encuentro con un delincuente redimir esa marca primigenia de debilidad que internaliza para de algún modo hacer lo que la sociedad no hizo con él. Rápidamente comprende que sin poder no hay nada.
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T..¿El hombre araña es una metáfora superadora de la globalización?
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M.T.: El hombre araña no es en realidad una metáfora de la globalización sino de las instituciones internacionales. La telaraña que es el poder del hombre araña funciona de la misma manera que las instituciones internacionales: moderan la conducta de los Estados. No es una visión de rayos láser o una superfuerza que pueden destruir sino moderar o contener.
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T.: ¿Se podría pensar que de toda la constelación de superhéroes quienes representan los mayores focos de discusión son los X Men con la introducción de la cuestión de los inmigrantes y los refugiados, y por otro lado Aquaman, que instala el tema ambiental que es visto hoy como unos de los desencadenantes silenciosos de un serie de cataclismos?
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M.T.: Los X Men surgen en un momento de mucho cambio y convulsión en los Estados Unidos. De hecho están asociados explícitamente por Stan Lee al movimiento por los derechos civiles. Yo lo utilizo para mostrar este costado oculto porque los X Men no son un grupo de superhéroes sino que chicos que no saben qué hacer con sus poderes y que están muy afuera de la sociedad: en los márgenes, rechazados, incluso odiados y malentendidos. Que es exactamente el caso de los refugiados en este mundo porque tanto los X Men como los refugiados muestran la sombra de un proceso globalizador y de capitalismo global. Lo mismo Aquaman, que es el superhéroe ambiental y me sirve para marcar la tensión sobre una era del mundo donde justamente la presencia del ser humano sobre el planeta, obviamente guiada por el imperativo productivo, está causando por primera vez en la historia cambios en la estructura del planeta, de allí el nombre de antropoceno como una era geológica particular vinculada a la actividad humana y su impacto en el planeta.
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T.: Un análisis de los superhéroes no debería dejar afuera a sus grandes antagonistas, los villanos ¿Qué rasgos o construcciones orbitan en torno a los villanos más emblemáticos?
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M.T.: En el libro los villanos vienen a simbolizar dos cuestiones: está Fu Manchú como el villano por excelencia para representar China y para representar el tema de la desigualdad global. Con respecto a Fu Manchú más que nada está en el libro para mostrar la reacción de Occidente ante una potencia emergente/emergida como China. La competencia entre China y los Estados Unidos es un hecho geopolítico pero la competencia cultural o este reduccionismo esencialista a una conspiración mundial por parte de los chinos constituye una construcción cultural que debería ser desarmada. Con respecto a los villanos de la desigualdad, como Lex Luthor o Victor von Doom, esto se repite una y otra vez: son villanos ricos que a partir de la riqueza buscan la dominación. Y esto se asocia mucho a una cuestión que es la desigualdad global que está en el foco de los problemas internacionales actuales.
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T.:¿Por qué incluiste un héroe, El Eternauta, entre tantos superhéroes?
- M.T.: El Eternauta es un ejemplo que nos permite entender cuál es el rol de América Latina en general y la prescripción para la Argentina en particular porque no es un superhéroe sino un héroe, y no nace sino que se construye y además lo hace a través de generar amistades con sus pares. En este mundo, el rol de America Latina no es apuntar a la dominación como podría ser la narrativa para países como Estados Unidos, China o Rusia sino sobre cómo sobrevivir en un mundo cuyas reglas no fija y no controla. En ese marco, me pareció interesante recuperar la figura de El Eternauta porque no nos toca justamente tener aspiraciones ni capacidades de superhéroe, es decir, no podemos aspirar al poder pero sí a la autonomía. Los objetivos de Juan Salvo son distintos, ya que no busca redimir a sus padres asesinados como el caso de Batman ni salvar a su familia como Superman sino que busca hallar a su familia, encontrar el camino a casa nuevamente. Lo mismo que América Latina, donde buscamos ampliar nuestros grados de autonomía en un mundo más restrictivo, más conflictivo, más turbulento y del que cada vez tenemos menos control. (Télam)
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