Por Sebastián Ochoa/ El litio jugó su papel en el golpe de Estado contra Evo Morales en noviembre de 2019.
Bolivia sueña con que 2021 sea el año del despegue del litio
Desde hace una década Bolivia se encamina a darle valor agregado al carbonato de litio, fundamental para la construcción de baterías de teléfonos móviles. Actualmente explota en soledad sus reservas en el salar de Uyuni, las más grandes del mundo. Sputnik habló con Marcelo González, presidente de Yacimientos de Litio de Bolivia (YLB).
Desde 2008, durante el primer Gobierno de Evo Morales (2006-2019), se empezó a hablar del litio, de cómo lo explotaría el Estado y convertiría, así, a Bolivia en un país más próspero de lo que ya es. Si bien un relevamiento realizado en 2019 posicionó al país como dueño de las mayores reservas de litio del mundo gracias a sus 21 millones de toneladas en el salar de Uyuni, departamento de Potosí, la industria no llegó a despegar como se preveía. Esto podría cambiar en 2021, dijo a Sputnik Marcelo González, presidente de Yacimientos de Litio de Bolivia (YLB).
Para el presidente de YLB, la mala administración del Gobierno de de Jeanine Áñez (2019-2020) perjudicó al crecimiento del sector. "Después del Gobierno de facto la situación del litio en el país no es muy buena. Se han descuidado proyectos que deberían estar ya encaminados, como la Planta Industrial de Carbonato de Litio", la cual tendría que funcionar desde 2019, según González. "También se está postergando la inauguración de la Planta de Cloruro de Potasio, que se tenía que culminar en la anterior gestión. Las capacidades de producción han disminuido bastante, no se han cumplido los objetivos de la gestión pasada", informó el presidente de YLB, que calculó que llevará un año o más "reactivar las plantas industriales que tenemos en Uyuni".
"Los problemas sociales, la pandemia (de COVID-19) y la mala administración de Gobierno de facto nos han retrasado", reconoció González, doctor en Física de la Universidad de Rio de Janeiro, Brasil.
El Golpe del litio El litio jugó su papel en el golpe de Estado contra Evo Morales en noviembre de 2019. Un año antes, en octubre de 2018, el entonces presidente había firmado un convenio con la empresa alemana ACI Systems para la explotación del salar. Entonces entró en escena Marco Pumari, en ese tiempo presidente del Comité Cívico Potosinista, para denunciar que este acuerdo era "entreguista".
Las protestas de la población potosina continuaron hasta que se convirtieron en uno de los pilares de la revuelta civil que —con la participación de las Fuerzas Armadas y policiales—concluyó en el golpe de Estado más reciente de América Latina. Morales anuló el acuerdo con ACI Systems pero de todas maneras fue derrocado, una semana más tarde. No solamente Morales denunció que fue víctima de un "Golpe del litio", como lo definió él. Incluso el hombre más rico de Estados Unidos, Elon Musk, admitió con todo desparpajo que no le molesta derrocar a quien sea con tal de lograr sus objetivos empresariales.
Si bien el Gobierno de Jeanine Áñez apoyó la ruptura del convenio con la empresa alemana, no se atrevió a avanzar en la privatización del litio. Tampoco avaló el fortalecimiento de la explotación estatal, por ello durante 2019 se vendió "casi nada" de la producción de la Planta de Carbonato de Litio, comentó González.
Actualmente, Bolivia puede producir 12.000 toneladas de carbonato de litio al año. Por estos días, la tonelada de este metal se cotiza en 7.500 dólares. En 2018 llegó a pagarse hasta 22.000 dólares por esa medida.
"El año pasado no se ha vendido casi nada. Tenemos que comercializar nuestros productos lo antes posible para tener los ingresos económicos que la empresa necesita", comentó el presidente de YLB.
El carbonato de litio se utiliza para la elaboración de baterías de autos eléctricos y de teléfonos celulares, por ello se prevé que en los próximos años crezca la demanda, considerando que los mercados de estos productos están en constante expansión.
El presidente de YLB contó que en la planta de Uyuni se procesan entre 700 y 1.000 toneladas mensuales de carbonato de litio. En la Planta Piloto de Baterías se las construye de 5V, similares a las utilizadas por los teléfonos móviles. Aún el país no logra satisfacer la alta demanda externa. Por ello no descuenta asociarse con otra nación que colabore con la transferencia tecnológica. "YLB está dispuesta a recibir propuestas de compañías que tengan tecnología de punta, sobre todo para dar mayor valor agregado al litio", dijo González.
Para la periodista e investigadora María Lohman, es importante poner al litio en su justa dimensión. Aunque se lo pueda percibir como un tema lejano, la mayoría de la población mundial sostiene varias horas al día un aparato que contiene litio. "Para la batería de una movilidad se necesitan entre cinco y 10 kilos de carbonato de litio. Para una batería de celular, una cucharada. Estas dimensiones generalmente no pasan por la mente de la gente", consideró.
Experiencia acumulada Desde los primeros anuncios de Evo Morales en la presidencia, en el sentido de que el país se salvaría con la explotación del litio, ya pasó más de una década. ¿Por qué esta industria aún no despegó como se tenía previsto en esos años?
"Es verdad que hubo un retraso pero Bolivia no era un experto en el tema del litio ni de todos los recursos evaporíticos. Entonces se ha demorado un tiempo", explicó el presidente, quien anteriormente pasó por varios cargos dentro de la gerencia de YLB.
"Las primeras pruebas de laboratorio se han iniciado en 2010. Tenemos la Planta de Carbonato de Litio, que está funcionando desde 2013. A partir de esa fecha se ha incrementado su producción de forma gradual", agregó.
"Ahorita tenemos una capacidad de producción de 12.000 toneladas por año. Eso lo logramos con nuestro propio know how, con nuestra propia tecnología, nuestro propio método", dijo González con orgullo. "Respecto al tema de cátodos y baterías, Bolivia no tenía. A partir de la Planta Piloto de Baterías, establecida hace cinco años, se ha avanzado cualitativamente en la formación de recursos humanos, así como en la adquisición de desarrollo tecnológico", afirmó González.
Para él es importante que se complete la "cadena del litio" dentro de Bolivia. Eso implica que en el país se extraiga la materia prima y se la procese para darle valor agregado. Por ello la máxima aspiración del país en este rubro es vender baterías de litio a todo el mundo.
"Ha cerrado la cadena del litio a nivel de laboratorios, a nivel pilotaje: tenemos la Planta de Materiales Catódicos y la Planta de Baterías que también está produciendo a un ritmo constante para su venta en el mercado interno", dijo. Y comentó que están en tratativas con la empresa fabricante de autos eléctricos Quantum, con sede en Cochabamba, para proveerles baterías.
SPUTNIK
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