América latina

Por Francisco Lucotti

En el Museo Malvinas de Argentina se fabrican 7.000 máscaras protectoras por día

Una iniciativa de los Ministerios de Educación y de Cultura de Argentina puso a trabajar 1.000 impresoras 3D que producen diariamente 7.000 protectores faciales transparentes para trabajadores de salud, seguridad, educación y voluntarios de todo el país. Esperan llegar al millón de unidades.

Se cumplieron dos meses desde que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró como pandemia al coronavirus. Argentina comienza a flexibilizar con recaudos su cuarentena, con mayores restricciones en la capital y la provincia de Buenos Aires, donde se concentran 75 % de los nuevos casos detectados.

El 12 de mayo, el Gobierno de la ciudad de Buenos Aires autorizó la apertura de algunos comercios con protocolos estrictos de atención, para retomar de manera gradual algunas de las actividades más golpeadas económicamente en el contexto de emergencia sanitaria de COVID-19, que en el país suma más de 6.000 infectados (30 % recuperados) y más de 300 muertes. Sin embargo, se mantiene la preocupación de que el cambio de fase pueda producir un pico en la curva de contagios, que hasta el momento se ha mantenido bajo control gracias a las medidas de aislamiento obligatorio y el trabajo de los profesionales de la salud, primera línea de defensa contra la pandemia entre las actividades esenciales.

Con el objetivo de evitar la escasez de insumos destinados a protegerlos, el Gobierno puso en funcionamiento 1.000 impresoras 3D facilitadas por el Instituto Nacional de Educación Tecnológica (INET), con las que fabrican hasta 7.000 máscaras de protección por día, entre otros artículos.

"En un contexto tan especial como este, poder ser parte de este proceso que puede salvar vidas para nosotros es importante, por lo que significa la mística de la causa Malvinas, que tiene como pertenencia e identidad el pueblo argentino", dijo a Sputnik Edgardo Esteban, director del Museo Malvinas e Islas del Atlántico Sur, dependiente del Ministerio de Cultura.

Mitad de las impresoras están ubicadas en las instalaciones del museo y las otras, en el edificio de Educ.ar, sociedad estatal responsable del portal web educativo oficial homónimo, desde donde se articula la plataforma virtual Seguimos Educando, que cuenta con contenidos organizados para estudiantes según su nivel de escolaridad para sostener las políticas de enseñanza a distancia durante la cuarentena. Se trata de una iniciativa del Ministerio de Educación en conjunto con el de Cultura, que ofrece parte de la logística. Cada máquina tarda una hora en hacer las vinchas y después se les coloca el acetato transparente que cubre el rostro. Además, se producen mascarillas tipo N95, artefactos para abrir puertas, tocar botones y sujetar tarjetas. Busca proteger a personal de salud, seguridad y voluntarios y, en una etapa posterior, a docentes, explicó Esteban.

"Estos tiempos nos da todos, no solo a Argentina sino a la humanidad, la oportunidad de ver cómo construimos una nueva alternativa en lo que tiene que ver con lo social, lo cotidiano y lo afectivo, que esto esté en un lugar emblemático como el Museo Malvinas para nosotros no es menor", comentó el director de la institución, quien además es veterano de la guerra que en 1982 enfrentó al país con el Reino Unido por la soberanía del archipiélago.

Esfuerzo colectivo

Esta es una de las múltiples iniciativas que se han puesto en marcha desde diferentes instituciones, fábricas de la economía popular, pequeñas y medianas empresas y colectivos culturales en Argentina para darles una mano a quienes más se exponen al contagio.

La Universidad Nacional de La Matanza (UNLaM) está usando impresoras 3D para producir máscaras de protección y ya fabricó más de 700 que se entregaron en ocho centros de salud, aunque llegarán a 20 instituciones. También fabrican adminículos para puertas para abrirlas con el codo y válvulas venturi descartables que usan los respiradores artificiales, artefactos que también se encuentran en proceso de desarrollo por investigadores de la institución. El colectivo autodenominado Makers (Hacedores), que promueve la cultura del "hágalo usted mismo" asistida por la tecnología, lanzó una convocatoria nacional bautizada Coronathon, para imprimir más de 40.000 máscaras y donarlas a los hospitales y clínicas del país.

El llamado se extiende a las campañas que se realizan en todo el país en esta dirección, en la que se está trabajando arduamente para fabricar, por ejemplo, respiradores artificiales, alcohol en gel, barbijos sanitarios y todo tipo de insumos y herramientas.

Fuente: Sputnik

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