Por Raúl Peñaranda U.
Excesos del ala dura del gobierno
En muy pocas semanas se ha demostrado la precaria situación de la justicia, que es hoy parece ser tan dependiente del poder político como lo fue en los asfixiantes 14 años de autoritarismo del MAS. Se está disipando, por ello, la esperanza de que la caída del expresidente Evo Morales generaría una situación de recuperación plena del Estado de Derecho. Por lo visto, habrá que esperar al futuro gobierno.
Un elemento fundamental es el respeto al debido proceso, que es la obligación que tiene el Estado de proteger los derechos de las personas. Todos son inocentes hasta que se compruebe lo contrario, no al revés. Las detenciones arbitrarias deben ser prohibidas y respetarse la dignidad y libertad de los individuos. No tuvimos eso durante 14 años. No caigamos en lo mismo.
El expresidente del BCB, Juan Antonio Morales, y el periodista Juan Cristóbal Soruco, entre otros, ya han mencionado estos asuntos, a lo que me sumo: el revanchismo y las visiones extremistas deberían ser desechadas por el oficialismo; éstas, por lo demás, le convienen al MAS.
En las últimas semanas han sido detenidas diferentes personas relacionadas al gobierno anterior, como abogados y otros, sin cumplirse los preceptos que ordena la ley en cuanto a la protección de sus derechos fundamentales. Muchas veces incluso no se conoce bien cuál es el delito que han cometido, como el caso de la abogada de Carlos Romero, detenida por ingresar a la casa de su cliente. También ha circulado un video que muestra a grupos de militantes contrarios a Morales agredir a mujeres en una plaza de Cochabamba.
Digo que el ala dura del gobierno le favorece al MAS. Morales mantiene el respaldo de los sectores campesinos e indígenas, pero ha perdido gran parte del apoyo de las clases medias y grupos moderados, debido sobre todo a la violencia que generó contra los vecinos en las terribles jornadas tras su renuncia y fuga. La quema de casas y negocios, las amenazas, los llamados a la guerra civil, etc., ahuyentaron a esos sectores medios que antes habían votado por Morales. Pero ahora, ante la arremetida tan desproporcionada del Ejecutivo, deben estar pensando que es mejor, al final, votar por el MAS. La polarización que el ala dura del gobierno promueve es la mejor noticia para el partido de Morales.
También está en juego el legado de la presidenta Jeanine Añez. Su imagen de tolerancia, moderación y sobriedad se contaminará cada vez más con las escenas de militares en las calles, arrestos indebidos y violaciones a la ley. Flaco favor que le hacen.
Una gran movilización ciudadana luchó contra los abusos de Morales y su séquito y lograron su caída. Estoy seguro que la mayoría de quienes estuvieron en ese combate, sin cansarse y sin rendirse, quieren construir una democracia plena, no cometer contra los adversarios las arbitrariedades que rechazaron antes.
Mientras numerosos periodistas, intelectuales y académicos tratan de convencer a sectores externos que en Bolivia se vive una etapa de plena recuperación democrática, las acciones del ala dura del gobierno ayudan a demostrar lo contrario.
Fuente: Brújula Digital
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