América latina

Entrevista

LABORDE: " Estamos en un momento de disputa en América Latina"

(Por Héctor Sosa-Estefanía Cendón) Motor Económico entrevistó a Oscar Laborde, presidente del Parlasur, tras el triunfo en los comicios de la fórmula Arce-Choquehuanca en Bolivia. El análisis exclusivo del impacto en la región, el rol estratégico de Argentina y la apertura de posibles articulaciones a nivel bilateral. ¿Advenimiento de una nueva marea de gobiernos populares? “Si bien son momentos agradables y de entusiasmo me parece que la característica va a ser una América Latina en disputa”, respondió Laborde.

Las recientes elecciones en el Estado Plurinacional de Bolivia y el histórico plebiscito chileno, que mostró un apoyo contundente al cambio de Constitución de 1980, reviven el aletargado sueño de la Patria Grande. Escenario impensado un año atrás, cuando ambos países mostraban la resistencia y el hartazgo popular ante la voracidad del avance neoliberal. Vivimos tiempos “agradables”, como describió Laborde, pero sobre todo son tiempos para mirar hacia adentro, hacia la América Latina profunda.

Ante la posible reestructuración del escenario regional, el análisis del titular del Parlasur arroja claridad frente el entusiasmo colectivo. Nos sitúa en el punto justo y nos recuerda el leitmotiv de un pueblo que lucha, sueña y no se resigna. “Lo principal es la resistencia de los pueblos votando, movilizando, resistiendo y reclamando, lo que caracteriza a la época por el rechazo a las políticas neoliberales. Efectivamente esa resistencia empieza a dar resultados, pero me parece que no se puede hablar de una marea de nuevos gobiernos populares”, expresó.

MOTOR ECONÓMICO: ¿Considera que están dadas las condiciones para que vuelva una marea nuevamente de gobiernos populares a la vista de comicios, consultas y elecciones en Chile, Ecuador, Venezuela y Brasil en 2020/2021?

Oscar Laborde: Creo que estamos en un momento de disputa en América Latina. De la misma forma que afirmamos, a veces en minoría, que no había un cambio de época cuando Macri ganó las elecciones, cuando destituyeron a Dilma, apresaron a Lula, traicionaron a Correa en Ecuador. Dijimos que no había un cambio de época, que no se iba a suplantar esa época de gobiernos populares articulando entre sí, que los pueblos resistían y luchaban. También creo que el triunfo de Bolivia, el impactante resultado que tendrá en Chile el cambio de Constitución (que no pudo ser cambiada en 40 años a pesar de que hubo gobiernos socialistas o de coalición), el muy posible triunfo en Ecuador de la fórmula Arauz-Rabascall y la confirmación del chavismo en las elecciones legislativas para la Asamblea Nacional en Venezuela, si bien son momentos agradables y de entusiasmo me parece que la característica va a ser una América Latina en disputa.

Lo principal es la resistencia de los pueblos votando, movilizando, resistiendo y reclamando que caracterizan la época por el rechazo a las políticas neoliberales. Efectivamente esa resistencia empieza a dar resultados, pero me parece que no se puede hablar de una marea de nuevos gobiernos populares. Sí se puede decir que se detuvo a la ofensiva neoconservadora y ahora empiezan a replegarse estas propuestas conservadoras y a avanzar propuestas populares.

ME: ¿Qué análisis hace de lo sucedido en Bolivia en lo que respecta a que todos los golpistas seguirán en el país, por empezar las Fuerzas Armadas y de seguridad?

OL: Creo que lo de Bolivia fue un hecho extraordinario, no se recuerda en América Latina que un año después de una derrota o perder unas elecciones, incluso ya ni hablar de un golpe de estado, se haya podido recomponer el movimiento del Socialismo de tal manera que ni un solo candidato del MAS estuvo en otra lista, no hubo ninguna fracción. Eso, más la movilización, significó un triunfo enorme e histórico. Además de este hartazgo de los pueblos con las medidas neoliberales, se comprobó que algunas personas podían estar molestos con el gobierno de Evo pero, cuando vieron lo que hacen los neoliberales en el gobierno, definitivamente revirtieron su voto y se obtuvo este histórico 55%.

En reuniones que he tenido con Luis Arce y David Choquehuanca entiendo que ellos van a ser muy duros con las violaciones a los Derechos Humanos que hubo y las matanzas. También van a destituir a las cúpulas de las Fuerzas Armadas, la Policía y van a hacer juicios. No lo harán con todas las fuerzas armadas y la policía, ya dijeron que la principal responsabilidad la tienen las conducciones de esas fuerzas y quienes violaron los DDHH. Esa inteligencia que tuvo el MAS para volver la va a aplicar también a cómo tratar a estos organismos de seguridad.

ME: ¿Qué rol le asigna a nuestro país para los tiempos que vienen en la región?

OL: El rol de Argentina es clave y es interesante ver el papel que jugó en el triunfo del MAS, porque el asilo de Evo Morales fue determinante. Si Evo se hubiera quedado en México o hubiese ido a Cuba o antes de las elecciones hubiese ido a Venezuela, y todo el asilo lo hubiese pasado en ese país, sería muy distinto el panorama. Acá con una comunidad boliviana muy fuerte, con un respaldo de un gobierno que pagó un costo grande por haberle dado asilo y no le importó. Esto creó la idea de que Evo estaba rodeado, protegido y que estaba cerca de Bolivia. El único gobierno popular en la región lo respaldaba, junto con Venezuela, pero creo que Argentina jugó un gran papel.

ME: ¿Cómo impacta en Argentina esta elección que ganó el MAS?

OL: Esto significa un aire muy fuerte para Argentina porque es un país limítrofe y se puede volver a soñar con el ingreso de Bolivia en el Mercosur, se puede recuperar la UNASUR, se puede reimpulsar la CELAC. También se pueden hacer, como se está haciendo en estas horas, votaciones diferentes en la OEA, de puede pedir juntos la renuncia de Almagro y se puede empezar, incluso, una articulación económica y comercial muy fuerte. Comercial porque Bolivia es un gran consumidor de productos terminados y nuestro país puede exportar fuerte ahí. Nosotros necesitamos su gas y en lo estratégico se puede hacer la explotación del litio en conjunto. Este triunfo del MAS en Bolivia no sólo nos da ánimo, sino que podemos hacer muchas cosas en común.

Es fundamental que le vaya bien al gobierno de Alberto Fernández, la Patria Grande y la posibilidad de que retornen gobiernos populares. Que los movimientos sociales y sindicales se entusiasmen con la lucha es la posibilidad de probar que hay que otra forma de gobernar, de gestionar y que pesar de todo el ataque brutal y cruel de la derecha nosotros podemos gobernar de otra manera. La Argentina se ve oxigenada, ha aportado mucho al triunfo de Bolivia y ya no está tan aislada. La posibilidad de transitar de vuelta los caminos de la Patria Grande hoy pasa por que al gobierno de Alberto Fernández le vaya bien.

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