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NUESTRO COMPROMISO, LA PATRIA GRANDE LATINOAMERICANA, ATE Legislatura (Radio Germán Abdala
NUESTRO COMPROMISO, LA PATRIA GRANDE LATINOAMERICANA, ATE Legislatura (Radio Germán Abdala), en una entrevista a Ismael Jalil, abogado de derechos humanos, militante de la coordinadora contra la represión policial e institucional (CORREPI), miembro de la delegación argentina de observadores de DDHH en Colombia, dejó este análisis sobre el reconocimiento in situ de la violación de los derechos humanos en el marco del paro y movilización colombianas.
( Ismael Jalil, abogado de derechos humano ) Las denuncias de violación a los derechos humanos es lo que nos llevó a Colombia. Un conjunto de personalidades y organizaciones convocados por la sociedad civil colombiana nos invitaron para ser testigos y documentar “in situ” lo que estaba ocurriendo. La violación a los derechos humanosno es ajena a las políticas económicas que se vienendesplegando hace mucho tiempo y es un elemento clave para entender todo el proceso colombiano.
En los últimos tiempos el hecho fundamental es el incumplimiento del acuerdo de paz, que ha llevado literalmente a la imposibilidad de reinserción de muchísima gente a la vida cotidianaporla aplicación de políticas neoliberales,que terminan saturando la paciencia del pueblo, y que se diferencia de los episodios constitutivos de violencia que tiene Colombia en dos procesos claramente diferenciados. Uno,que comenzó en 1948 con el asesinato de Eliécer Gaitán, dando origen al Bogotazo, lo que ellos llaman “la violencia”, que duró 12 años, hasta la década del 60, cuando liberales y conservadores dirimían todo a bala.Después hubo una segunda etapa, vinculadaa la guerra insurgente y contrainsurgente, desde el 65 hasta el 2016, cuando se firman los acuerdos paz. Estamos hablando de 300 mil muertos, más de 80 mil desaparecidos y 8 millones de desplazados.
La explosión actual tiene otra connotación: es el resultado de la aplicación sistemática de las políticas neoliberales, conducida por uno de los mayores criminales que tenga América Latina, disfrazado de demócrata, que es Álvaro Uribe, responsable de una política de destrucción, de eliminación del otro, que lo llevó a asociar al Estado Colombiano con los paramilitares, el narco estado, como dicen los propios colombianos, y establece como enemigo a combatir al propio pueblo.
El proceso de concentración de la riqueza es muy fuerte, muy grande. Estuvimos con compañeros en la zona del Cauca, zona clave, muy rica, y allí el nivel de concentración de la tierra con los parámetros que se mide universalmente llega al 0,93%, prácticamente está en el índice más alto en el mundo de la concentración de la tierra en tan pocas manos. Estuvimos en Popayán, una ciudad histórica hasta donde llegó el Imperio Inca, con un casco histórico encantador, pero con 350 mil habitantes de los cuales 35 mil familias tienen problemas de vivienda.Multipliquen los componentes de una familia, y se darán cuenta que, en una de las zonas más ricas de Colombia, el 50 % de una ciudad importantísima, la segunda en el Cauca, tiene graves problemas de trabajo y vivienda. Es una pauta de lo que es el panorama allí.
Luego hay una multiplicidad de actores sociales que comienzan a reclamar por lo suyo: cualquiera que levante las banderas de la justicia social sabe que son elementales los derechos de segunda y tercera generación como derecho al trabajo, a la educación, a la salud, pero también el derecho de las minorías étnicas, de las disidencias sexuales, que sólo se consiguen si se sale a pedir y exigir en las calles.
De hecho, hay, y debe haber, una jerarquía en los derechos que llevó al pueblo a las calles como consecuencia de una violencia constitutiva por una política neoliberal que los destruyó, y empeoró con la irrupción de la pandemia. Ese combo termina con la gente manifestando, saturada de vivir mal.
Han tenido un aumento de la pobreza del 8% en un solo año. Esto implica que los primeros días de pago de los asalariados, que siempre son menos, ya que los trabajadores informales llegan al 60 %,el trabajador compra dólares para poder cambiarlos el día 15 y así ir tirando hasta el próximo cobro del salario. Estos son los temas que generan tanta efervescencia y llevan al gran paro nacional.
La gran diversidad de actores sociales han llevado al gobierno títere de Iván Duque a desplegar a uno de los escuadrones represivos más feroces, el ESMAD (Escuadrón Móvil Antidisturbios), una verdadera fuerza de aniquilación, para que se lleve todo por delante, con hechos aberrantes desde la desaparición forzada de personas, pasando por el homicidio y el abuso sexual de mujeres y disidencias sexuales , detenciones arbitrarias, alojamientos en lugares no habilitados para ello, los tratos crueles, la aplicación de torturas, como un combo de violación de derechos humanos, que transforman a Colombia en una de las democracias más violentas, más procedimentales, más endebles y demasiado precarias que pretenden los que gobiernan el país, que son una minoría, identificada con las “camisas blancas” utilizadas por los opositores al paro, con las camionetas 4x4 que están en la misma línea de la policía y de los paramilitares que disparan a mansalva, sobre todo a aquel que salga a protestar.
Esa es la realidad que nosotros como misión pudimos advertir en todas las barriadas de Bogotá, ya que no nos quedamos en el centro, no nos quedamos en La Candelaria: fuimos a Usme, al Barrio Kennedy, a Monte Blanco, a Ciudad Bolívar, a Cundinamarca, en los alrededores de Bogotá, en Popayán, en Santander de Quilichao, en Cali, en Pereira, en Medellín. Trajimos una idea bastante cabal acerca de lo que está pasando en Colombia.
Asimismo, quiero rescatar el trabajo de les compañeres que integraron esta misión, más de veinte en Colombia y otros tantos en Argentina sosteniendo esta tarea, que a pesar de la fuerte oposición de la institucionalidad colombiana que no querían que se documentara esa realidad logramos hacerlo, y pudimos torcer ese “amago” de Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH)que,pidiendo permiso para hacer una observación in situ, en medio de dilaciones y pretextos, tardó mucho en llegar.
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