Por Camila Huaranca
Retroceso en Bolivia: Cuando pensar diferente es sinónimo de “sedición y terrorismo”
El autonombrado Gobierno de “transición” con apenas 2 meses en el poder, desató una persecución sañosa no solamente contra dirigentes políticos y sindicales, sino también contra periodistas y comunicadores que han osado mostrar el rostro sanguinario de la represión, especialmente en Senkata y Huayllani, con el lamentable saldo de 36 muertos, más de 1000 heridos y número similar de detenidos.
El 13 de noviembre asumió como "Ministra de Comunicación” Roxana Lizárraga, quien inmediatamente amenazó a los periodistas declarando que “lo que hacen algunos periodistas bolivianos o extranjeros que están causando sedición en nuestro país, tienen que responder a la ley boliviana.... ya se tiene identificados a estos comunicadores y el ministro de Gobierno va a tomar las acciones pertinentes”.
El ataque a los comunicadores y comunicadoras, ha sido un factor central de la política golpista, que busca desinformar, amedrentar, amenazar, e incluso matar, para generar un clima de terror en el que nadie quiera denunciar lo que sucede, y de este modo legitimar a la dictadura. Resumiendo: Opinar diferente es sinónimo de “sedición y terrorismo”, por lo tanto, sujeto a represalias “legales y penales”, el argumento perfecto para amedrentar y acallar medios de comunicación así como perseguir a periodistas y comunicadores del campo popular.
Los casos son muchísimos y ameritarán una investigación imparcial cuando vuelva el Estado de Derecho. Los atentados a medios de comunicación comunitarios y/o alternativos así como agresión a sus periodistas se remontan a los días de convulsión social, donde grupos de choque de jóvenes encapuchados de ideología fascista, ligados a las “plataformas”, “resistencia civil” y grupos delincuenciales organizados en motoqueros, no solamente hostigaron sino llegaron a tomas físicas y quemas de radios comunitarios, en una verdadera cacería, aprovechando el “motín policial” pero bajo total complicidad de éstos.
a) Días previos al golpe de Estado
Radio Kawsachun Coca y Radio Soberanía: víctimas de la intolerancia y quema de equipos
En la ciudad de Cochabamba, dos emisoras comunitarias, ambas del sector cocalero, sufrieron la quema total de sus equipos ubicados en la Sede de las 6 Federaciones del Trópico. Dicha Sede ya fue objeto de atentados e incendios a dos días de las elecciones, 22 de octubre. En fecha 6 de noviembre, nuevamente fue incendiada en la parte baja del edificio, hasta que la noche del 8 y madrugada del 9 de noviembre, los vándalos criminales lograron su cometido dejando en cenizas los ambientes de los 5 pisos del edificio, donde funcionaban las repetidoras de ambas emisoras, Radio Kawsachun Coca y Radio Soberanía.
Hay total impunidad para estos atentados, donde estaban involucrados grupos de choque de corte fascista, bajo el manto de “ciudadanos en vigilia” dizque por la recuperación de las libertades y la democracia.
Atropello a Radio Comunidad (emisora de la CSUTCB) y su Director José Aramayo
El 9 de noviembre 2019, un día antes de la renuncia forzada de Evo Morales, esta vez en la ciudad de La Paz, nuevamente hordas de encapuchados, tomaron las instalaciones de la CSUTCB, golpeando, tomando por rehén y amarrando a un árbol al Director de Radio Comunidad, el periodista José Aramayo. Radio Comunidad es la emisora comunitaria de la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB). Lejos de protegerla del abuso, la víctima de agresión posteriormente fue detenida por la FELCC acusado sin pruebas de “portar dinamita” y “elaborar bombas molotov”.
Otras emisoras comunitarias de organizaciones sociales amedrentadas, bajo amenaza de intervención y que tuvieron que dejar de emitir o cambiar su programación para precautelar los equipos y su vida, fueron Radio Bartolina Sisa, de la CNMCIOB-BS, y Radio Unión de los Interculturales.
Semejante panorama se dio en muchos departamentos del país, donde tanto medios comunitarios como del sector estatal sufrieron persecución, agresiones y tomas.
Medios estatales bajo acecho
Los medios estatales consisten en el canal Bolivia TV, la cadena de Radios Patria Nueva (en las ciudades) y las Radios de Pueblos Originarios RPO’s en provincias. Además de la Agencia Boliviana de Información ABI y el Periódico “CAMBIO” (que fue rebautizado como “Bolivia” con la toma del gobierno).
Fuente: Comunicación para la Integración
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