La canasta de pobreza trepó 4,1 y la de indigencia, 4,7 por ciento
A menos ingresos, más inflación
Una familia porteña con dos hijes menores necesitó en febrero 26.858,38 pesos para no caer en la pobreza, lo que representó un alza del 4,1 por ciento respecto de enero, según informó ayer el ente estadístico de la Ciudad de Buenos Aires.
El aumento fue incluso superior al promedio de inflación que comunicó el mismo organismo para igual mes, de 3,4 por ciento, lo que revela que alimentos y servicios básicos son los que más subieron y que la clase baja es la más afectada por la inflación. En el caso de esa familia de cuatro integrantes, el ingreso debió ser 1064,11 pesos superior a enero, sin contar el costo del alquiler, ya que en la muestra se los toma como propietarios.
En doce meses dicha canasta básica se encareció en 9317,94 pesos, 53,1 por ciento, frente a una inflación promedio de 49,7 por ciento, según la Dirección de Estadística y Censos de la Ciudad de Buenos Aires. Sin embargo, en el caso de la línea de indigencia, para la cual se toma en cuenta la canasta básica alimentaria, los ingresos necesarios para adquirirla reflejó un aumento todavía más marcado que la total. En febrero la familia de cuatro integrantes requirió 13.319,26 pesos para alimentarse, un 4,7 por ciento más que en enero y 55,6 por ciento más que en igual mes del año pasado.
Por su parte, alguien de 25 años necesitó en febrero un mínimo de 9943 pesos para no ser pobre, 4,9 por ciento más que el mes previo y 55,9 por ciento por encima de igual período de 2018. Sólo para alimentarse esa misma persona requirió 4366,97 pesos, 1561,03 pesos más que un año atrás. En el caso de una pareja propietaria de un inmueble, el ingreso para cubrir la canasta básica llegó a 15.858,77 pesos, mientras que si tiene que alquilar ese costo trepó a 19.543,83 pesos, es decir que el ente estadístico estima que un alquiler promedio para dos personas debería promediar 3684,06 pesos mensuales.
Otra subestimación del informe es el aumento exponencial de los medicamentos, que son utilizados en mayor medida por este segmento de mayor edad. Entre mayo de 2015 y febrero último los medicamentos aumentaron un 257 por ciento, según un relevamiento del Centro de Economía Política Argentina (CEPA). Es así que una pareja de adultos mayores requiere menos que una de jóvenes para no ser pobre, pese a la suba de los medicamentos y las suspensiones y trabas en los servicios del PAMI. Dos mayores jubilados necesitan 13.559,03 pesos para adquirir una canasta básica total, que incluye medicamentos, y 6725,13 pesos para poder alimentarse.
El cuadro de estrato teórico del organismo deja detallado que el ingreso de un “pobre vulnerable” va de 26.858,38 a 33.638,72 pesos; la del “medio frágil”, de 33.638,73 a 42.048,40 pesos, y del sector “medio”, de 42.048,41 a 134.554,91 pesos.
La última medición oficial porteña, referida al tercer trimestre del año pasado, reflejó que había 639.000 pobres en la Ciudad. De ese total, los indigentes sumaban 198.000. Con relación a un año antes, hubo un incremento de 120.000 pobres, de los cuales 58.000 se sumaron a la indigencia. En los últimos tres años la cantidad de indigentes en la Ciudad de Buenos Aires casi se duplicó, ya que, según cifras oficiales del ente porteño, aumento 98 por ciento.
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