Por Ariel Aguilar
Hacer Política
(Por Ariel Aguilar (*) Especial para Motor de Ideas) El año que transcurre será el que defina, como ha sucedido en otras momentos de nuestra historia, que tipo de país queremos ser. Pasados cuatro años de la asunción de un gobierno de neto corte neoliberal, queda claro que el destino que buscan darle a nuestra patria es el de un país de servicios, exportación de productos agropecuarios y especulación financiera.
De esto se trata cuando manifiestan que Argentina debe tener una inserción inteligente en el mundo. La discusión sobre si nuestro país debe ser un país industrial o solo un país agrícola- ganadero es histórica, la novedad es que este proyecto que busca consolidarse llego a través de los votos. En otras épocas solo podían imponer un país de esta naturaleza por medio de la fuerza.
Debemos entender también que muchos compatriotas han sido víctimas de una gran estafa electoral que prometía consolidar lo hecho durante el gobierno anterior y mejorar lo que, en teoría, estaba mal. Los resultados están a la vista, la calidad de vida se ha deteriorado producto, entre otras cosas, de las políticas anti productivas tomadas hasta el momento.
No pretende esta columna hacer del diagnóstico el eje de la misma. Ya todos conocemos lo que ha sucedido y lo importante es lo que podemos hacer para cambiar este rumbo que excluye a miles de argentinos.
Quienes creemos en la industria como motor de crecimiento, desarrollo y redistribución del ingreso, sabemos que en estas elecciones se define si queremos ser una nación industrialista o resignarnos al lugar que el mundo siempre ha querido darle a la Argentina. Estamos frente a una discusión definitivamente política y es desde ese lugar desde donde debemos pensar que rol debe jugar el empresariado pyme argentino.
Es fundamental en esta etapa que el empresario pyme se transforme en un sujeto político capaz de incidir en la formación de un programa que tenga la producción y el trabajo como pilares en esta construcción de una Argentina productiva. Esta discusión va mucho más allá de los nombres, es necesario que los empresarios Pymes que invierten en la Argentina y generan el 80% del empleo participen activamente en la política nacional. En ese sentido, lo primero que hay que hacer es derrotar al actual gobierno en las próximas elecciones. No hay lugar para grises.
Si queremos ser una nación políticamente soberana, primero debemos tener soberanía económica y sobretodo productiva. Esto no se logra de manera gratuita, el empresario debe poner el cuerpo y ser parte de las estructuras partidarias que contengan el proyecto industrialista que queremos tener. Una buena noticia de los últimos tiempos ha sido justamente que hemos visto una gran cantidad de entidades Pymes, no solo reclamando por la actual situación, sino llevando ideas y propuestas al Congreso de la Nación y empezando a conformar una alianza estratégica junto a los trabajadores sabiendo que solo esa unión será capaz de transformar esta realidad.
Las Pymes tenemos el compromiso pendiente de conformar una gran entidad empresarial que contenga a todo el espectro de la burguesía nacional para hacer frente a ese otro modelo de país que no incluye a la industria. Si bien se han dado pasos importantes y la Confederación General Empresaria de la República Argentina es un ejemplo de ello, sabemos que todavía falta para lograr el objetivo.
En el contexto actual vemos que muchos argentinos no volverían a votar al actual gobierno, pero debemos tener cuidado con las alternativas intermedias o de transición que nos proponen, ya que hoy las Pymes están en boca de todos pero en manos de nadie, y ya no tenemos tiempo para experimentos. Sabemos que el actual gobierno deja una herencia con un endeudamiento de casi 200 mil millones de dólares y un entramado productivo destruido, pero también sabemos lo que hay que hacer.
En primer lugar, hay que reactivar el consumo con una suba de salarios que dinamice el mercado interno, administrar el comercio exterior, principalmente de bienes finales que se producen en el país, realizar una segmentación del universo empresario para generar un esquema de tarifas subsidiadas, establecer tasas de interés que incentiven la inversión de los sectores productivos y generar una nueva escala de derechos y reintegros para las exportaciones, entre otras medidas.
Estas primeras medidas van a reactivar el circuito productivo en una primera etapa, pero el desafío es superar los cuellos de botella que generan las etapas de crecimiento en nuestro país. Aquí va a ser muy importante una reestructuración tributaria que tenga en cuenta cuanto empleo generan y como redistribuyen las empresas. También es importante, como mencionamos anteriormente, armar una nueva estructura de derechos y reintegros que incentive el agregado de valor y derrame hacia el interior de las cadenas de valor para incentivar la industrialización de las mismas.
La nueva Argentina que soñamos debe sustituir exportaciones para generar crecimiento genuino. Quienes somos dirigentes industriales sabemos lo que hay que hacer, tenemos ideas, tenemos propuestas, y tenemos que tener el compromiso de no ser espectadores de la construcción de las nuevas políticas, sino parte activa de las mismas. La construcción de una nueva Argentina también depende del compromiso que adopte el empresariado nacional en esta nueva etapa que puede ser definitiva. ( *) Vice Pte . de CGERA (Confederación General Empresaria de la República Argentina) @arielferaguilar
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