La cruda realidad

Informe especial de RT

¿Hacia donde va la frágil y vulnerable economía argentina?

Si se toman en cuenta distintos datos económicos, la situación en Argentina es preocupante. Durante 2018 la moneda nacional se devaluó casi un 100%, la inflación estuvo cerca del 50% y el país se convirtió en el principal deudor del Fondo Monterio Internacional (FMI) al adquirir un crédito de 57.000 millones de dólares.

Comenzado el 2019, y de cara a las elecciones presidenciales, la tendencia parece sostenerse. La última semana el dólar volvió a subir alcanzando un nuevo récord histórico al ubicarse por encima de los 43 pesos. En ese marco la revista Forbes, especializada en temas financieros, pronosticó que el país "está a un paso del colapso económico"

¿Qué tan real es esta afirmación? ¿El deterioro de las variables económicas lleva necesariamente a una crisis? ¿Qué indicadores pueden dar cuenta de si se está ante una situación catastrófica o no?

Para el economista Martín Kalos la posibilidad de un colapso inminente es un pronóstico "correcto desde hace rato, desde que el país se entregó a las políticas de estabilización del FMI".

Por su parte, el sociólogo y profesor de la Universidad de Buenos Aires, Rolando García, considera que "el titular de la revista Forbes obviamente está construido para llamar la atención de una forma sensacionalista pero la situación de la economía argentina es de suma fragilidad".

En el mismo sentido, la doctora en Economía de la Universidad Nacional de Quilmes, Julia Strada, remarca que "la situación argentina es sumamente dependiente del ingreso de dólares del FMI" y, en ese sentido, el posible colapso "dependerá de qué pase este año y qué se arregle con el organismo financiero".

La fragilidad del modelo Los tres especialistas consultados coinciden en que la receta económica que aplicó Mauricio Macri desde su llegada al Gobierno en diciembre de 2015 ha puesto al país en una situación de vulnerabilidad.

La necesidad constante de financiamiento vía deuda, la fuga de divisas y la aplicación de un modelo neoliberal que busca estabilizar ciertos indicadores, impide cualquier tipo de repunte de la actividad que genere capacidad de repago e inversiones productivas.

trada enfatizó que Argentina "no tiene formas de financiamiento alternativo a las del FMI". Es por eso que si no consigue renegociar ese acuerdo, lo que desde su perspectiva debería implicar "una forma de pago atada a la sustentabilidad y el crecimiento y con una reducción de los montos", resultará "muy difícil para el mercado ver el sentido de financiar al país".

Para García, "la decisión de en qué momento Argentina entra en cesación de pagos y blanquea su enorme fragilidad financiera" es algo que "hoy le corresponde al FMI". "Si el FMI quiere se puede estirar esta situación hasta después de las elecciones de octubre", opinó, pero si decide "no sostener al Gobierno", simplemente le alcanzará con "acelerar las exigencias de ajuste y aclarar que no va a seguir prestando dinero".

"El problema fundamental está en la fuga de capitales", remarca el sociólogo, y asegura que la cantidad de dinero fugado "alcanza prácticamente el mismo monto prestado" por el FMI.

De hecho, se queda corto. De acuerdo al portal Rosario Plus, citando datos oficiales del Banco Central, en 2018 se produjo la fuga más grande desde 2002 alcanzando 27.320 millones de dólares.

Si se toman en cuentra los tres años de Gobierno de Macri, ese número se eleva a 59.328 millones, superando los 57.000 del acuerdo alcanzado con el organismo internacional el año pasado. Con ese monto se podrían haber construido 1.900 hospitales de alta complejidad o 23.700 escuelas.

Esto resulta preocupante porque Argentina "depende de los flujos financieros y hasta ahora entraron por la deuda que tomó el Gobierno en los años previos y ahora por la que tomó con el FMI", explica Kalos.

Pero se pregunta qué pasará cuando eso acabe: "¿Habrá financiamiento privado? ¿por cuánto tiempo? ¿en qué magnitud?". Las respuestas a esas inquietudes van a definir "en qué momento la economía pase de estar al borde a estar colapsada".

¿Cómo saber si viene la crisis? La doctora en Economía señala que un indicador importante para medir el estado de salud económico es la relación deuda-PBI. Esto muestra "la sustentabilidad o no de la economía". Pero aclara que no se refiere a "la deuda total que es la que a veces se suele mencionar", sino a aquella que se encuentra en moneda extranjera. "Esa deuda, en Argentina, está en torno al 36% del PBI", apunta.

"Ese es un gran indicador de las posibilidades de sostén de la economía argentina sobre todo porque el temor tiene que ver con un posible default", completa. Al respecto, Kalos opina que la cotización del dólar "es un síntoma de las crisis de corto plazo" porque se volvió "en muchos sentidos un anticipo de los posibles descalabros inflacionarios y de poder adquisitivo".

"Pero lo que hay que mirar sobre todo son las variables socio-laborales", agrega. Entre estas destaca el empleo, el salario real, el salario nominal, la inflación, la distribución del ingreso y la pobreza. Y también las productivas y las inversiones.

Respecto a esto último, los datos son también negativos. Según informó a fines de febrero el medio especializado Ámbito Financiero, actualmente el país mantiene la relación más baja entre inversión externa y PBI en América Latina. Representa apenas el 3,4% del total regional, cuando en 2001 era el 17,2%.

¿Qué se puede hacer? Ante esta situación las alternativas no son muchas. Strada hace hincaipié en la falta de herramientas con las que cuenta el Ejecutivo para afrontar la inestabilidad financiera.

Por ejemplo las llamadas "bandas cambiarias" que se acordaron con el FMI y "le impiden al Banco Central intervenir en ese marco" (actualmente cuando la divisa estadounidense esté entre los 40 y 50 pesos). De esa forma, el único mecanismo que queda es la tasa de interés "que ya no alcanza para contener al dólar".

Al respecto, Kalos opina que la cotización del dólar "es un síntoma de las crisis de corto plazo" porque se volvió "en muchos sentidos un anticipo de los posibles descalabros inflacionarios y de poder adquisitivo".

"Pero lo que hay que mirar sobre todo son las variables socio-laborales", agrega. Entre estas destaca el empleo, el salario real, el salario nominal, la inflación, la distribución del ingreso y la pobreza. Y también las productivas y las inversiones.

Respecto a esto último, los datos son también negativos. Según informó a fines de febrero el medio especializado Ámbito Financiero, actualmente el país mantiene la relación más baja entre inversión externa y PBI en América Latina. Representa apenas el 3,4% del total regional, cuando en 2001 era el 17,2%.

¿Qué se puede hacer? Ante esta situación las alternativas no son muchas. Strada hace hincaipié en la falta de herramientas con las que cuenta el Ejecutivo para afrontar la inestabilidad financiera.

Por ejemplo las llamadas "bandas cambiarias" que se acordaron con el FMI y "le impiden al Banco Central intervenir en ese marco" (actualmente cuando la divisa estadounidense esté entre los 40 y 50 pesos). De esa forma, el único mecanismo que queda es la tasa de interés "que ya no alcanza para contener al dólar".

Fuente : RT

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