
Por Rodrigo Miró
La crisis de Brasil pone en alerta a la industria de Santa Fe
Los sectores de la industria que venían resentidos por la apertura de importaciones sumarán complicaciones por la situación brasileña.
(Por Rodrigo Miró) El crecimiento del agro a partir de diciembre de 2015 disimuló en la provincia de Santa Fe la mala performance industrial, sobre todo la de las pymes vinculadas al mercado interno. Esa fue la foto de 2016, que con alguna variante menor, se sostiene hasta el presente.
En los últimos meses, desde el gobierno nacional se insiste con poner la lupa sobre el mejor desempeño de los nichos más dinámicos, o "brotes verdes", para explicar lo que debería ser el fin de la recesión. Sin embargo, en muchos sectores económicos los niveles de actividad siguen sin repuntar. Por caso, aquellos más sensibles a la apertura importadora, como la fabricación de calzado, textiles, artículos de librería o línea blanca, entre otros.
En este marco, para que 2017 pueda ser un año de reactivación, era vital el desempeño de la economía brasilera, que para varios economistas iba camino a un rebote, tras dos años en caída. Pero el ajuste fiscal eterno que prometió Michel Temer hoy está severamente en duda, tras la publicación de audios que lo implican en casos de corrupción. Las calles de Brasil fueron ganadas por sectores trabajadores, el real se devaluó, el índice Bovespa cayó y el escenario económico del país vecino vuelve a repensarse. En la provincia de Santa Fe, varios analistas y funcionarios analizan el impacto sobre nuestra vida cotidiana.
Lo que Brasil nos compra
Carlos Braga, Secretario de Comercio Exterior de la provincia, indica: "Cualquier desbarajuste en Brasil impacta en Argentina, porque es nuestro primer mercado industrial. Claro que es un destino en el que, más que las Pymes, juegan con preponderancia las empresas grandes, sobre todo las multinacionales con pata en los dos países, como por ejemplo las automotrices. En Santa Fe, si bien no son las únicas, las dos más complicadas en primera instancia son General Motors o John Deere, cuyas plantas industriales fabrican para vender allá".
Según los datos del último informe de intercambio comercial argentino que elabora mensualmente el Indec, en marzo las exportaciones a Brasil alcanzaron 798 millones de dólares y las importaciones de ese país fueron por 1.557 millones de dólares. El saldo comercial fue deficitario en 759 millones de dólares.
Gabriel Frontons es licenciado en Economía. Integra el Ministerio de la Producción provincial y es responsable de los informes del Centro de Estudios de la Federación Industrial de Santa Fe (Fisfe). El funcionario señala: "Las mayores preocupaciones de lo que pasa por estas horas vienen por el lado del canal comercial. Brasil es el tercer mercado de destino de las exportaciones santafesinas pero adquiere especial importancia para las manufacturas de origen industrial, al representar el 30% del total de nuestras exportaciones.
El mercado brasilero representa el 90% de lo que vende en el exterior la industria automotriz santafesina, el 46% de lo que exporta nuestra importante y diversificada industria fabricante de bienes de capital, pero también para los sectores siderúrgico, caucho y plástico. En productos lácteos, lo que compra Brasil representa el 35 % de lo que se exporta desde Santa Fe y para la cadena de valor del trigo también es un mercado clave".
Lo que Brasil nos vende
Otra voz que analiza la situación es el Carlos Seggiaro. "Muchas veces para medir el impacto de la crisis se toma el precio del real y la competitividad que tenemos los argentinos respecto a nuestros vecinos. Pero además del tema cambiario, debemos ver si el ritmo de las otras variables económicas. Porque un Brasil en recesión nos compra menos, además de generar sobrestocks en su industria, que ponen en riesgo nuestra producción".
El titular de la consultora Seggiaro y Asociados agrega: "Brasil en recesión te compra menos, pero por sobre todas las cosas te coloca más productos. Esto significa acá un impacto inmediato en la fabricación de muebles, por ejemplo en Cañada de Gómez o en otros nichos industriales, como el calzado o la línea blanca".
En la provincia, el Ministerio de Producción a cargo de Luis Contigiani y la Fisfe lanzaron a mediados de 2016 un Observatorio de Importaciones, que registra datos a nivel nacional sobre el ingreso de mercaderías al país, con especial atención en aquellas elaboradas en territorio santafesino. Ante la consulta de La Capital, desde allí se detalló el ingreso de productos sensibles a la situación brasilera. En muebles, se pasó de 85.848 unidades que se habían importado en el primer cuatrimestre de 2015 a 166.460 en los primeros cuatro meses de este año, con una suba del 95%. Aunque también entran de Malasia, fabricantes del sector indicaron que "Brasil hoy está ofertando su producción".
Los fabricantes de calzado experimentan un presente similar. En Alcorta, se conoció esta semana la reducción de la jornada horaria para los 108 empleados de la firma Wyler's. Su principal cliente era Grimoldi, que en los últimos meses aceleró el ritmo importador. Brasil es uno de países de origen del calzado que hoy se vende en las zapaterías locales. Hasta el 21 de mayo de 2015 habían entrado al país 6 millones y medio de pares. Este año, en igual período, entraron 11.644.863 pares, un 76 por ciento más.
"Cada par de zapatos que se deja de elaborar acá es una hora y media menos de laburo. La diferencia a nivel nacional implica que en 2017 hubo en el sector ocho millones de horas menos trabajadas que en 2015", calcula Gerardo Cucco, titular de Wyler's, que en 2016 ya había despedido a 40 de sus empleados.
La industria carrocera, con foco en Rosario y Villa Gobernador Gálvez, también padece el ajuste que municipios y empresas de transporte de Brasil hacen en sus presupuestos. Si allá baja el transporte, firmas líderes a nivel mundial como Comil y Marco Polo, tienen colectivos de sobra para venderle a la Argentina. En 2015, hasta el 21 de mayo, habían entrado 75 unidades de media y larga distancia fabricadas en el país vecino. Este año, fueron 201. Una suba del 168%. "Esto complica a la mano de obra local. Por eso desde la provincia estamos ultimando los detalles de un Plan de Renovación de Flota, con préstamos a tasa cero para financiar la compra de unidades fabricadas por empresas de la región", señala el Secretario de Industria de la provincia, Emiliano Pietropaolo.
Respecto a las heladeras, aunque ingresan muchas desde Turquía, Polonia o China, también es Brasil un fabricante que tiene hoy protagonismo en las góndolas nacionales. De las 34.771 unidades que se importaron en lo que va del año –con una suba de 260% respecto a 2015- 10.300 llegaron desde tierras brasileras. En Rosario están tres de las principales industrias del sector a nivel nacional.
En producción porcina, de los 3 millones y medio de kilos de carne de cerdo que entraron al país en el primer cuatrimestre de 2015, se pasó 11.641.071 kilos del 1 de enero al 30 de abril de este año. Una suba del 237%. Carlos Seggiaro advierte: "Brasil es el principal operador del mercado mundial del rubro, que tiene hoy varios mercados cerrados por el escándalo de 'carne podrida'. Esto puede acelerar las importaciones de pollos y de porcinos, que ya experimentaron un fuerte crecimiento el último año y medio".
Frontons explica el impacto que pueden tener estos datos en la producción local: "Brasil es el primer país de origen de las importaciones con ingreso por las aduanas de la provincia de Santa Fe. Representan el 36% del valor total y la persistencia de un real depreciado puede alentar mayores importaciones. Se recuerda lo ocurrido a fines de la década del '90".
El escenario que viene
Con imágenes que llegan desde Brasilia que recuerdan a la Argentina de 2001, es difícil tener certezas a la hora de plantear lo que viene. Carlos Seggiaro dice: "En las metas que se trazó el Banco Central en la Argentina para este año, hablaba de un 0,5 de crecimiento de nuestros vecinos. Pero hoy nadie considera seriamente ese escenario. Ahora bien, pongamos en contexto que Brasil –si utilizamos la metáfora de una escalera para analizar su PBI- en dos años y medio había bajado ocho escalones, y en el mejor de los casos se esperaba que subiera medio escalón. Es decir, sus problemas económicos no empiezan ahora con las denuncias contra Temer. Su economía empezó a desacelerar en 2011 y experimentó una caída que no había tenido en décadas. Esto significa que no es una crisis más. Los bajones de 2015 y 2016 no tenían antecedentes desde la crisis del '30. Más allá de lo que pase con el gobierno en estas horas, la tendencia es esa y preocupa".
Carlos Braga, desde el Ministerio de la Producción, opinó: "Las denuncias de corrupción no pusieron a Brasil 'barranca abajo' de un día para el otro, sino que es un proceso más de las complicaciones que ya viene teniendo, con elementos que hoy no terminan de ser del todo cuantificables. Y a nivel global, si caen ellos siempre es mala noticia para la Argentina, porque hay productos nuestros que son parecidos, como país nos podría arrastrar la perspectiva en cuanto a región".
(*) Fuente: La Capital de Rosario
···