La cruda realidad

Por Clara Razu

Nunca es triste la verdad ¿lo que no tiene es remedio?

(Por Clara Razu (Especial para Motor Económico) El 27 de diciembre Joan Manuel Serrat, el “Nano”, cumplió 74 años. Hoy como ayer, algunas de sus letras siguen iluminando, sin efecto Aranguren. Mientras la temperatura sube y el aire acondicionado se ha transformado en un objeto de deseo, los productores frutihorticolas regalan su producción en la Plaza Congreso.

Sí, la misma que fue escenario de una feroz represión sobre quienes trataban de hacer oír su voz para que se rechacen las reformas previsional y tributarias.

Muchos que llegan a la plaza bajo el sol quemante de diciembre son jubilados.

En un informe realizado por la Defensoría del Pueblo de la Provincia de Buenos Aires, 200 mil jubilados (del conurbano bonaerense) padecen inseguridad alimenticia, o sea, “una disminución involuntaria de la porción de comida”, o “hambre”.

En el Congreso se trata para su aprobación el presupuesto, y las reformas previsional y tributaria. El argumento a favor es que la reducción del déficit fiscal generara una disminución de la inflación y un aumento de la actividad económica. Paradójicamente para reducir el déficit fiscal y reducir la inflación se reducen impuestos a las ganancias para empresas, y aumentan los impuestos internos para bebidas alcohólicas, azucaradas, por ejemplo (los impuestos internos forman parte del precio).

La eliminación de retenciones para productores agropecuarios y mineras, así como la eliminación progresiva de las retenciones a la soja, le hubieran provisto al erario público de 60 mil millones de pesos que hubieran evitado el aumento del déficit generado a partir de la política económica de la Alianza Cambiemos.

¿Cuál fue el objetivo de esta política? potenciar las exportaciones. Pero, como una de las promesas de campaña consistía en “levantar el cepo cambiario”, lo que sucedió fue que:

a) Los ahorristas compraron un récord de 2500 millones de dólares al mes para atesoramiento.

b) Las importaciones netas (restadas las exportaciones) sacaron de la economía unos 1500 millones de dólares por mes.

c) Y los argentinos que compran divisas para viajar el exterior se llevaron unos 1000 millones mensuales.

Esto implica que mes a mes salen del mercado interno divisas equivalentes a casi 1 punto del PBI, recursos que podrían potenciar el consumo y la inversión local, o sea el mercado interno, pero por obra y gracia del programa de apertura y desregulación financiera salen de la economía. Para cubrir este desequilibrio el Gobierno incrementa el endeudamiento. En el Banco Central los únicos dólares que ingresan son los provenientes de los pasivos internacionales (endeudamiento). Pero es una estrategia que genera dependencia y volatilidad, “ingresamos al mundo” significa mayor debilidad ante las crisis financieras internacionales cada vez más frecuentes.

A partir del 2018, el boleto del transporte público aumentará 50 centavos todos los meses, castigando aún más a todos los trabajadores activos, jubilados y desempleados. A los que buscar trabajo les saldrá más caro hacerlo. Aumentará la tasa de los “desilusionados” que abandonan el mercado de trabajo y no aparecen en las estadísticas.

Este panorama abona las expectativas, que entre regulares y malas llegan al 80 por ciento, de los comerciantes de San Justo, en el Partido de La Matanza, que aun con promociones navideñas no lograron mejorar sus ingresos en términos reales (considerando la inflación acumulada en el año). Pero podemos ser felices, ahora conocemos la “verdad”. La pregunta es, ¿Lo que no tiene es remedio?

  • Lic. en Economía. Docente. Colaboradora de Motor Económico.

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