La cruda realidad

Periodistas y comunicadores desaparecidos: no olvidamos, no perdonamos

( Motor/ Equipo Editorial ) Ningún compañero/a desaparecidos, ningún asesinado, nadie que haya tenido que sufrir el exilio ( interno o externo) formará parte de olvidos con el paso de eso que llaman tiempo. En el caso de los trabajadores de la comunicación, nuestros compañeres, siempre presentes porque la memoria no tiene olvidos. Están, estarán en cada momento de nuestro trabajo como comunicadores que no creemos ni en la "neutralidad", la "independencia" u "objetividad en la labor periodística. Es simple: no olvidamos, no perdonamos.

Cuando la Conadep publicó el primer listado de desaparecidos durante la dictadura cívico-militar registró que el 1,6% eran periodistas. Eran 84, un porcentaje elevado del que tomaron nota en el Nunca Más. Pero con el transcurrir de la democracia ese número fue creciendo: en 1986 la Asociación de Periodistas de Buenos Aires (APBA) anotó 90; en 1998 UTPBA llegó a 100; en 2005 el listado alcanzó 131 casos, y este 2016, una investigación presentada en las jornadas de Historia y Periodismo en la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) estableció que fueron 172 los trabajadores de prensa y reporteros gráficos víctimas de desaparición forzada y asesinato por el accionar represivo del Estado entre 1976 y 1983.

El trabajo titulado “Periodistas, trabajadores de prensa y gráficos desaparecidos: Una lista en construcción” da cuenta de la investigación realizada en el Registro Único de Víctimas del Terrorismo de Estado (RUVTE) de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación. El informe fue elaborado por María Rosa Gómez y Matías Scheinig, trabajadores de esa dependencia estatal e investigadores de la UBA, UNLP y UNICEN. Los autores ponen de relieve que se trata de una información “en proceso de ampliación, corrección y actualización permanente”.

“En la presentación del Informe Nunca Más, del año 1985, se consignaron 84 periodistas detenidos desaparecidos. Este número fue creciendo con el correr de los años de acuerdo a diferentes investigaciones publicadas. Para la conmemoración del 24 de marzo de 2016 hemos realizado una nueva actualización de los datos del RUVTE que nos permitió informar la cantidad de 171 periodistas desaparecidos”, explican Gómez y Scheinig.

Pero además, aclaran que, en el transcurso del año, el RUVTE avanzó en la investigación de nuevos casos de periodistas desaparecidos y logró incorporar el nombre de Alicia López, profesora de Letras, militante de las Ligas Agrarias y periodista, quien publicó en el Chaco el periódico El campesino. “Con esta nueva información incorporada al RUVTE llegamos al número 172”, detalla la investigación presentada a principios de noviembre en las jornadas “La comunicación está de historia” realizada por el Centro de Estudios en Historia, Comunicación, Periodismo y Medios (CEHICOPEME) en la Facultad de Periodismo de La Plata.

Entre los casos más recientes incorporados están los de corresponsales de la Agencia de Noticias Clandestina (ANCLA), como Norma Leticia Batsche y Carlos Enrique Bayón, desaparecidos en diciembre de 1976. La fuente de esas desapariciones consta en el libro ANCLA, Rodolfo Walsh y la Agencia de Noticias Clandestina, de Sergio Bufano e Israel Lotersztain publicado en 2012 y en el tercer tramo del juicio sobre crímenes de lesa humanidad cometidos en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) en el que declaró la hija de ambos, Leticia Eva.

La nómina actualizada incluye casos de obreros gráficos que trabajaban en diarios u otras publicaciones periódicas y a los trabajadores de prensa.

El trabajo permitió a los investigadores agrupar a una porción de víctimas de la dictadura por su rama profesional. Y retomando lo que advirtió la Conadep, señalaron que “no fue a causa de la casualidad o por error que es tan alta la cantidad de víctimas en proporción a los profesionales que integran el sector”.

Allí, los investigadores insisten en que “las condiciones en que se perpetró el Terrorismo de Estado obligan a aclarar que este listado está en permanente construcción”. Y explicaron que “quienes ejecutaron los crímenes mantienen un pacto de silencio respecto del destino final de los cuerpos, como así también las respuestas a las preguntas de quién, cuándo, dónde y por qué”.

···