Economía mundial

Por DANIEL LARA

Las restricciones en Europa agudizan la divergencia entre la industria y los servicios

La primavera ha traído a la eurozona los primeros brotes verdes del año, que desde el pasado verano se resistían a llegar al conjunto de la Unión y apenas eran visibles en algunos países, como Alemania. Este mes ha dejado máximos de actividad tanto en el sector manufacturero como en los servicios, aunque este último no termina de entrar en la senda del crecimiento por las limitaciones a la movilidad. La consultora británica IHS Markit, que elabora mensualmente un indicador ecónomico adelantado —el PMI—, asegura que las potencias de la europeas “superaron las expectativas” de mejora este mes, pero pone en duda que el crecimiento vaya a perdurar: las medidas restrictivas anunciadas los últimos días en Europa, dice, “han deteriorado las perspectivas”.

El índice flash (adelantado) de IHS Markit para la zona Euro sitúa la actividad industrial de marzo en los 62,4 puntos (57,9 en febrero), su mayor cota desde 1997, mientras que el comercial se sitúa en los 48,8 puntos (45,7 en febrero), récord en siete meses. El índice compuesto, que aúna los dos sectores, registró su máxima en ocho meses: 52,5 puntos (frente a 48.8 en febrero). Este indicador se elabora a partir de un panel de 5.000 empresas de la eurozona, que valoran de 0 a 100 la evolución de su negocio en marzo frente al mes anterior. Una cifra por encima de 50 indica un crecimiento de la actividad; por debajo, una contracción.

Los datos de este miércoles también han sorprendido a los analistas del banco ING, que afirman que la mejora de la actividad “es claramente una señal de que la desaceleración se ha suavizado”, aunque mantienen en contracción su previsión del PIB para el primer trimestre. “Seguimos apuntando al segundo trimestre como el inicio de la recuperación, pero esperamos que el auténtico repunte del PIB llegue la segunda mitad del año”.

La intensa diferencia en la evolución de la actividad industrial y la comercial es motivo de preocupación entre los expertos de IHS, que hablan de una “tendencia divergente” entre los dos sectores. “La naturaleza de dos velocidades de la economía probablemente persistirá algún tiempo más, mientras los fabricantes se benefician de una recuperación en la demanda global, pero las empresas de servicios de cara al público continúan limitadas por las restricciones”, apunta Chris Williamson, jefe económico de IHS.

La cifra más destacada del mes, según la financiera, es el crecimiento de la producción manufacturera, que se situó en los 63 puntos (máximo desde 1997), fruto del aumento del consumo internacional. Esta altísima tasa de fabricación la absorbió principalmente Alemania y Francia, según IHS.

El crecimiento de la demanda mundial se ve reflejado en el elevado número de pedidos para exportaciones que deja marzo, “pocas veces fue superado en la historia del estudio”. A este fuerte consumo hay que añadirle las dificultades del transporte de mercancías por las restricciones de la pandemia —que ha provocado demoras “récord” en las entregas de productos—, lo que ha derivado también en un aumento de precios.

Williamson advierte: “El repunte de la demanda de productos elaborados impulsa los costes al alza al ritmo más rápido de la última década. Estas presiones de los costes probablemente se traducirán en una mayor inflación del precio al consumidor en los próximos meses”.

El sector servicios, por su parte, ha avanzado ligeramente este mes hacia el terreno de la expansión, pero lo ganado en marzo probablemente se perderá en las próximas semanas debido a las restricciones. Alemania, el único país que mostró una expansión del sector terciario este mes, ha pedido este martes a sus ciudadanos que se queden en casa esta Semana Santa, revirtiendo la apertura económica que inició a comienzos de marzo.

“Dado que Francia y Alemania han vuelto a imponer medidas de bloqueo en los últimos días, y que otros países han ampliado las medidas de contención en todo el bloque, la actividad económica no se recuperará con fuerza hasta la segunda mitad de este año”, afirman en una nota los analistas de Oxford Economics.

No obstante, entre las 5.000 empresas consultadas, aún perdura el optimismo a largo plazo. Las expectativas a un año en la actividad se sitúan en los 66 puntos sobre 100, al igual que en febrero, la cifra más alta en dos años.

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