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Caso por caso, las fábricas que el macrismo quiso transformar en importadoras y hoy aumentan fuerte la producción

Industrias que habían sido invitadas a reconvertirse durante el gobierno de Cambiemos registran fuertes aumentos en la producción. Destacan tres elementos clave: el fin de los tarifazos, el control de las importaciones y la baja de la tasa de interés.

( Por David Cufré ) A la fábrica de jeans Imporbamas, de La Matanza, que en la actualidad produce más de cuatro mil pantalones por día, el gobierno de Cambiemos la había invitado a reconvertirse en importadora. “El problema de la Argentina es que cada cuatro años nos reseteamos, pegamos un volantazo y empezamos todo de nuevo”, se quejó en la semana María Eugenia Vidal, candidata a diputada porteña de Juntos por el Cambio, ex Cambiemos, ex gobernadora bonaerense y ex vicejefa de la Ciudad de Buenos Aires. Pero la reseteada dirigente se refería a la política económica. En lo que atañe al sector fabril, es exactamente lo que ocurrió.

Imporbamas es un ejemplo de las industrias que fueron consideradas no prioritarias por el gobierno de Mauricio Macri y que obtuvo, como única respuesta ante la crisis que eso suponía para su actividad, la sugerencia de volcarse a la importación de indumentaria. Para eso, aquella administración levantó las restricciones que regían hasta 2015 para el ingreso de productos desde el exterior, ocasionando un grave perjuicio a los fabricantes locales.

Con la llegada del Frente de Todos se produjo un nuevo giro. Se volvieron a limitar las importaciones, en particular de artículos terminados, y aparecieron nuevos estímulos para la manufactura local. Uno crucial es la baja del costo del dinero. La tasa de interés para el descuento de cheques pasó del 80 por ciento en bancos en 2019 al 25 o 30 por ciento actual. En el circuito informal de las financieras llegó a cobrarse hasta 120 por ciento, mientras que en este momento se pide menos de la mitad. Los niveles actuales, de todos modos, siguen siendo muy elevados.

Otro cambio sustancial es lo que ocurre con las tarifas de servicios públicos. Los incrementos por arriba del 3000 por ciento en gas y del 4500 por ciento en electricidad entre 2016 y 2019 desestabilizaron las estructuras de costos de las industrias. “No había previsibilidad. No sabíamos a cuánto podía llegar la próxima factura”, describe un fabricante metalúrgico. Esa variable empezó a acomodarse con el congelamiento de tarifas de 2020 y los aumentos de un dígito de este año.

La mejora en las condiciones económicas volvió a poner en la cancha de la producción a empresas como Imporbamas. La fábrica recontrató operarios, hasta llegar a los 60, y proyecta la importación de una nueva máquina valuada en 300 mil dólares para mejorar la calidad de sus productos, con participación del Fogaba.

El Fondo de Garantías de Buenos Aires (Fogaba) ofrece una línea al 24 por ciento, a 24 meses con seis de gracia, junto al Banco de Inversión y Comercio Exterior (BICE).

Textiles, indumentaria, calzado, maquinaria agrícola, heladeras, lavarropas, autos, bicicletas, juguetes, computadoras, entre otros rubros fabriles, atraviesan el mismo proceso de recuperación productiva, con alzas que en la mayoría de los casos superan los niveles de 2019. A pesar de los dieciséis meses de pandemia, la industria encuentra una mejor perspectiva que la que tenía con el modelo de valorización financiera de Cambiemos.

Lo ejemplifican los siguientes casos:

  • La empresa de electrodomésticos Neba, del grupo Libson, anunció a principios de mes una inversión de 300 millones de pesos para el lanzamiento de una nueva línea de hornos eléctricos en su planta en La tablada, en la Matanza. “La empresa estaba literalmente destruida, debía seis quincenas y el medio aguinaldo de 2019. En 2020 nos hicimos cargo y, a pesar de los trastornos por la pandemia, estamos con esta nueva inversión”, explicó Pablo Libson, director ejecutivo de la firma.

  • Goldmund, que comercializa los productos Peabody, aumentó 78 por ciento su plantilla de trabajadores, nacionalizando pequeños electrodomésticos que antes se importaban.

  • Desde su planta en Cañuelas, la firma Visuar lanzó nuevas líneas de heladeras y otros electrodomésticos, con una suba del 30 por ciento en el personal ocupado.

  • Newsan también incrementó en 172 por ciento el número de operarios en su fábrica de Avellaneda para la producción de nuevas líneas de heladeras. La empresa dejará de traer equipos de bajo litraje y bajo costo para empezar a producirlos localmente. En 2015, la importación total de heladeras con freezer fue de 30.654 unidades. En 2016 se multiplicó por más de tres, al llegar a 111.861. Y en 2017 escaló a un máximo de 169.576. En 2020 bajó a 100.077 y para 2021 se estima que las compras al exterior rondarán los niveles de 2015.

  • La automotriz Toyota alcanzó un máximo histórico de producción en su planta en Zárate, con 160 mil unidades.

  • La fábrica de Peugeot en el partido bonaerense de Tres de Febrero producirá este año 50 mil unidades, contra las 8 mil de 2019.

  • Pirelli anunció una inversión de 10 millones de dólares en su planta en Merlo para la producción de neumáticos de motos.

  • Industrias Maro, autopartista, realiza una inversión de 9,5 millones de dólares en su fábrica en Baradero, junto a Volkswagen, para fabricar las líneas de soldadura robotizada para la nueva VW Taos. Incorporó 90 trabajadores y llevó el plantel de operarios a 302.

  • Textil Amesud, en San Martín, recuperó el nivel de empleo de principios de 2019 y está produciendo telas para la fabricación local de Adidas y Nike.

  • Agloselan Flandria, empresa textil recuperada en 2003 bajo el gobierno de Néstor Kirchner, perdió 120 trabajadores entre 2016 y 2019. En 2020 y 2021 contrató a 80 operarios.

  • La fábrica de calzados Paquetá, en Chivilcoy, cerró durante el macrismo. La firma Bicontinentar la rescató este año y ya incorporó cerca de 400 empleados.

  • Dass, en Coronel Suárez, reactivó su producción para la marca Adidas, que había dejado de elaborarse en el país. También invirtió 25 millones de dólares en Eldorado, Misiones, para ampliar su capacidad y volver a fabricar artículos de la marca Nike.

  • La textil Tex Fabric, en Luján, reincorporó 40 empleados y se acerca a los niveles de empleo de 2015.

  • La fábrica de medias Der Will alcanzó su máximo nivel histórico de empleo y realiza exportaciones por 3 millones de dólares.

  • Rizobacter, productora de agroquímicos de Pergamino, anunció una inversión de medio millón de dólares para montar un laboratorio único en la región.

  • El grupo Simpa, de Campana, contrató a 100 operarios para empezar a producir la línea de motos Royal Enfield.

  • El grupo Agco invirtió 64 millones de pesos para empezar a producir tractores de alta potencia y motores electrónicos. La producción de maquinaria agrícola en general subió 230 por ciento en 2020 respecto de 2019 y, en el acumulado de enero a mayo de 2021, trepó otro 97 por ciento respecto de igual período del año anterior.

“En el sector calzado vemos muy buena predisposición y voluntad por parte del Gobierno para hacer crecer la producción. En nuestro caso todavía faltan recuperar las ventas de mostrador, que se vieron muy afectadas por la pandemia. Nadie compra zapatos para ir a una fiesta o a la oficina. También notamos que a la gente se le va la plata en el supermercado, pero confiamos en que volverá el Ahora 12 para los productos más caros”, analiza Horacio Moschetto, secretario de la Cámara del Calzado, que fue uno de los rubros más golpeados por la apertura importadora de Cambiemos. “En 2015 se importaban 22 millones de pares de zapatos terminados. En 2018 se llegó a un máximo de 36 millones. El año pasado fueron 21 millones y para este año proyectamos 18 millones o menos. Con la administración del comercio exterior, se limitó mucho la entrada de productos terminados”, completa.

La orientación de la política económica a favor de la producción se traduce en la recuperación del empleo fabril. Según el último informe de la Unión Industrial Argentina, hasta abril se contabilizaron once meses consecutivos de creación de puestos de trabajo.

Durante el macrismo, en cambio, hubo caída en la ocupación manufacturera en 46 de los 48 meses de gobierno. El nivel actual todavía es 12,5 por ciento inferior al máximo histórico, de octubre de 2013. Para alcanzar aquella marca, será esencial evitar un nuevo volantazo.

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