
Motor Económico dialogó con Pablo Chena (*) , director Nacional de Economía Social y Desarrollo local
“El RENATEP articula saberes populares y estatales para construir nuevas políticas públicas”
*(Por Estefanía Cendón) A un mes del lanzamiento del Registro Nacional de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular (RENATEP) ya son 220.000 los inscriptos. Motor Económico dialogó con Pablo Chena () , director Nacional de Economía Social y Desarrollo local, para conocer la génesis, los alcances y las proyecciones de esta herramienta que busca reconocer y formalizar a los trabajadores de la Economía Popular de todo el país.
El RENATEP es definido como una política que pretende ser masiva, proyecta incluir al total de los trabajadores del sector, y con abordaje nacional. Siguiendo estos lineamientos es que se conformó un registro inspirado en la composición del sector: lo integran ocho ramas que, a su vez, incluyen diversas ocupaciones y reúnen un total de 75 actividades.
Las ramas que estructuran el RENATEP son: Comercio Popular y Trabajos en Espacios Públicos; Industria Manufacturera; Recuperación, Reciclado y Servicios Ambientales; Servicios Socio Comunitarios; Construcción e Infraestructura Social y Mejoramiento Ambiental; Agricultura Familiar y Campesina; Transporte y Almacenamiento; Servicios Personales y otros oficios. Chena asegura que este registro será “una puerta de ingreso a las políticas públicas del Ministerio de Desarrollo Social”. En la entrevista desarrolla los beneficios que obtienen los trabajadores a partir de su inclusión en el RENATEP y cuáles son las áreas en las que hay que avanzar para lograr la formalización del sector.
MOTOR ECONÓMICO: La inscripción al RENATEP se inició el 7 de julio ¿Cuántos inscriptos hay hasta el momento y a cuántos trabajadores se proyecta incluir?
PC: Hasta ahora tenemos 220.000 inscriptos vía web, lo que constituye la primera etapa. En una segunda etapa desarrollaremos una aplicación móvil (App). Nuestro objetivo es que sea una política masiva, deseamos llegar a la totalidad de los trabajadores de la Economía Popular que rondan los 6.000.000 de personas.
ME: ¿Cómo van a abordar a aquellos trabajadores que no tienen acceso a la tecnología necesaria para inscribirse vía web o a través de una aplicación?
PC: Hoy hay un trabajo muy importante de las organizaciones sociales y el desarrollo de promotores desde el Ministerio de Desarrollo Social que van a ir recorriendo los barrios para inscribir a los trabajadores de la Economía Popular. En una tercera etapa se realizarán operativos de registración para aprovechar lo que es la territorialidad que tiene el ministerio, junto a la ayuda de las organizaciones sociales que cumplen un rol muy importante para llegar al barrio profundo. No nos olvidemos que a raíz de la COVID-19 los barrios atraviesan una situación muy complicada y por eso se resolvió la aplicación a través de la web, ya que es una manera de inscribirse evitando salir del hogar. El acceso al territorio para la inscripción se hará Post pandemia, cuando estén las condiciones sanitarias para poder hacerlo.
ME: ¿De qué manera actúa este registro a nivel país?
PC: El RENATEP tiene dos improntas a destacar. Una es que pretende ser una política masiva, porque queremos registrar a toda la economía popular y segundo que es una política nacional. Nosotros tenemos como tarea federalizar, por eso lo estamos llevando a cada provincia y municipio y hacemos el esfuerzo de lanzarlo en cada lugar de manera conjunta entre el Estado y las organizaciones sociales. Nuestro desafío es llegar a la trama compleja de la capilaridad que tiene la Economía Popular. Son trabajadores que trabajan a muy pequeña escala, en trabajos no convencionales, generalmente lo hacen en los barrios periféricos de la ciudad por lo que si no ponemos un gran esfuerzo para poder llegar no vamos a tener el éxito en visibilizar al sector. La idea es que este sector no se visibilice sólo por las marchas que realizan en función de ciertas reivindicaciones, sino que sea visibilizado en el trabajo diario, como lo hace.
ME: El IFE posibilitó la bancarización de quienes recibieron este beneficio. ¿Cómo se dinamiza este proceso a partir del RENATEP?
PC: El RENATEP otorga fundamentalmente dos beneficios. En primer lugar el reconocimiento del trabajador de la Economía Popular: vía web se realiza una pre-inscripción, luego esos datos pasan por un análisis y si cumple con los requisitos de ser un trabajador de la Economía Popular se le da la inscripción definitiva y se emite un certificado avalado por el ministerio de Desarrollo Social. Por otro lado, aún estamos trabajando junto al Banco Nación en un convenio para que los inscriptos al RENATEP tengan la posibilidad de acceder a una cuenta bancaria. Serían cuentas para aquellos que no tienen una, quienes por algún motivo no accedieron al IFE y tampoco están incluidos en un programa social o inscriptos en alguna banca institucional que les haya permitido acceder a una cuenta bancaria. En estos casos RENATEP se lo va a permitir.
ME: ¿Qué otros beneficios contempla la inscripción a este registro?
PC: Es una forma de acceso a las políticas de la Secretaría y también constituye una puerta de entrada en el caso del ministerio de Desarrollo Social. Por ejemplo, uno de los requisitos en el programa Potenciar Trabajo es estar en el RENATEP. El programa de subsidios para kits de máquinas y herramientas también tiene este requisito. De a poco RENATEP va a ser una puerta de ingreso a las políticas públicas del Ministerio de Desarrollo Social. Potenciar Trabajo es el gran programa con el que contamos, que unifica lo que antes eran los programas Hacemos Futuro y Salario Social Complementario en una única iniciativa. Este nuevo programa requiere estar inscripto en el RENATEP e iremos incorporando nuevos programas con esta condición.
ME: ¿Cómo es la composición del RENATEP y cuál es la génesis de esta iniciativa?
PC: Este registro nace de una reivindicación de las organizaciones sociales que decanta, luego, en la Ley de Emergencia Social a fines de 2016. En uno de sus puntos, la ley habla de la creación de un Registro Nacional de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular. Esto nunca se reglamentó, por lo tanto no fue implementado y ahora lo hacemos realidad en la política pública. Hablamos de un proceso y su génesis está vinculado con los saberes de las organizaciones sociales quienes lo propusieron al Estado y se vió reflejado en la Ley de Emergencia Social. Hoy RENATEP es una articulación de saberes populares y estatales para construir nuevas políticas públicas.
ME: Que recién ahora se alcance este registro para los trabajadores de la Economía Popular, cuando existe una ley desde 2016 ¿Esto habla de un desinterés por parte del gobierno macrista o la pandemia puso en evidencia lo numeroso que es este sector vinculado a la informalidad?
PC: Creo que hubo un poco de todo. La concepción de tener un registro ya estaba plasmada en la ley, por distintos motivos no terminó en una política pública. Gran parte de esa legislación no se implementó de manera eficiente, otra parte sí. Por ejemplo, la Ley de Emergencia Social establecía el Salario Social Complementario y hay un Programa chiquito implementado durante el anterior gobierno. Se desvirtuó la esencia de la ley, pero algo quedó. También preveía la creación de un Consejo de la Economía Popular, donde estén las organizaciones sociales y agentes del Estado representados, para que vayan definiendo los criterios del registro y cómo debía evolucionar el Salario Social Complementario. Este Consejo nunca se creó y el Registro, por tal motivo, nunca se implementó. La pandemia lo que hizo fue mostrar el tamaño del sector: todos creían que eran 3.500.000 de personas, mientras que al IFE se inscribieron 12.000.000 y quedaron 9.000.000, de los cuales estimamos que 6.000.000 de los inscriptos pertenecen a la Economía Popular. No son personas que circunstancialmente tuvieron una crisis de ingresos del sector formal por motivos de la pandemia, sino que estructuralmente desenvuelven sus tareas en la Economía Popular. Muchos de ellos son segunda generación o hijos de una primera generación, otro de los fenómenos que encontramos en este sector. Los nuevos ingresos a la Economía Popular son fundamentalmente jóvenes.
ME: El 49% de los registrados al RENATEP son mujeres, mientras el 33,6% de los registros fueron realizados por hombres. ¿Las cifras son reflejo de una composición mayoritaria de presencia femenina entre los trabajadores de la Economía Popular?
PC: El sector tiene que ver con cómo se fueron degradando las condiciones laborales del sector formal. Empezó siendo un sector que albergaba a trabajadores que fueron despedidos en los procesos de desindustrialización del país, aquellos que perdieron su empleo en los procesos de privatización, las crisis y nunca más lo recuperaron. Luego tuvo un impulso muy fuerte dado por mujeres que se incorporan a la Economía Popular en las tareas de cuidado, los merenderos y en la misma a agricultura familiar, donde hay mucha presencia femenina. Ahora tenemos el fenómeno de los jóvenes que tiene un impulso muy fuerte. En este contexto el registro contempla ocho ramas de la Economía Popular y 75 actividades. Por ejemplo, en la rama “Recuperación, Reciclado y Servicios Ambientales” dentro de las actividades-ocupaciones que contempla están los cartoneros, el carrero, el trabajador o trabajadora de limpieza de terrenos y espacios verdes. Luego está la rama de la “Agricultura familiar y Campesina” que incluye actividades como la ganadería, la pesca y acuicultura, la agricultura y el turismo rural, entre otras.
ME: Los 6.000.000 de personas que integran la Economía Popular representan el 25% de la Población Económicamente Activa (PEA). ¿El RENATEP promueve o incluye algún tipo de modificación en términos fiscales para un sector tan significativo?
PC: Esta es una economía muy asociada a la informalidad, por lo que este registro es un primer escalón en la formalización, pero nosotros tenemos que seguir pensando y desarrollando instrumentos fiscales que estén acordes al sector. Un sector en su mayoría vulnerable, para poder contar con instrumentos fiscales que les permitan ingresar a la economía formal y poder facturar, por ejemplo, a través de un monotributo que sea con un costo cero por un tiempo. Que esto les permita mejorar su negocio y cuando estén en condiciones de tributar empiecen a hacerlo. Hoy tenemos a disposición el monotributo social que con un costo muy bajo da acceso no sólo a poder facturar, sino también a una obra social y a un aporte jubilatorio. El costo es el equivalente al 50% del aporte que se hace a la obra social. El monotributo social tiene un costo de 520 pesos y equivale a un monotributo categoría A, pero es para sectores vulnerables subsidiados. El beneficiario del monotributo social tiene exento el pago del tributo y se le reconoce el aporte jubilatorio, aunque no lo pague sino que es un derecho, y tiene que abonar sólo el 50% del aporte de la obra social que son los $520.
ME: ¿En qué otros ámbitos debe haber modificaciones teniendo en cuenta la naturaleza del sector y sus necesidades?
PC: Para formalizar al sector hay que avanzar en cuatro grandes áreas. La formalización fiscal, creando nuevas formas para acceder al circuito fiscal de tributación. Tenemos que diseñarle, a modo de metáfora, el “saco” que le quede bien a la Economía Popular. Esto se debe a que el saco de la economía formal no le sienta bien, por eso está por fuera, ni tampoco el saco de la economía solidaria, que serían las cooperativas. Otro paso es la formalización financiera, lo que incluye la posibilidad de acceder a una cuenta bancaria pero, fundamentalmente, incluirlos en los circuitos de créditos que los alejen de la usura de la cual es víctima el sector en su gran mayoría, tanto para comprar herramientas como para bienes de consumo básico. Hay que incluirlos también en el sector bancario o crearles un sector no bancario que tenga créditos razonables y con condiciones de repago acordes al sector. También debe haber formalización jurídico-comercial, formas que les permitan proteger su capital comercial y un formato jurídico acorde a su modelo de negocio y su emprendimiento. En definitiva, son formas jurídicas que protejan el negocio, el capital en la economía popular. Por último la formalización productiva implica la inserción en tramas productivas con la ayuda del Estado que les permita comercializar su producto a valores razonables. Para que puedan vender lo que hacen al valor que corresponde se necesitan herramientas que les permita insertarse en cadenas productivas y la protección ante las posiciones dominantes.
ME: ¿Cómo reconfigura este registro el concepto de Economía Popular contemplando los imaginarios que se ven involucrados?
PC: El registro tiene un eje central pensando en los imaginarios. Hay una idea de que existe una economía formal y otra economía informal y que lo hay que hacer es pasar gente que está en la economía informal a la economía formal. Lo que el RENATEP intenta realizar como primer paso de formalización de la Economía Popular es que para acceder a los derechos laborales, comerciales, etc, no haga falta que los trabajadores de la economía popular dejen sus oficios y tengan que ir a los oficios tradicionales de la economía que llamamos formal. Nuestro objetivo es expandir la economía formal a la economía popular, no tratar de meter gente de la economía popular a la economía formal. Queremos que aquellos trabajadores que han desarrollado su oficio y su vida en la economía popular puedan seguir haciéndolo y sean reconocidos con los derechos laborales que les corresponde. ME: Que el Estado diseñe una formalidad adaptada a la Economía Popular.
PC: Sí, que el Estado universalice los derechos, teniendo en cuenta la heterogeneidad del mundo del trabajo. Universalizar derechos no significa homogeneizar el trabajo. Buscamos ampliar la economía formal, es un engaño creer que hay dos economías. Es una sola la economía, lo que hay que hacer es ampliar la formalización de la economía.
(*) Doctor en Economía e Integrante de Agenda Argentina.
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