Economías regionales

La semana más movida que hemos tenido los mendocinos desde la vuelta de la democracia.

Una muerte anunciada o dos

( Por Gustavo Torres / Especial desde Mendoza) El mendocino habitualmente tranquilo, montañes uraño, desconfiado y hacedor de siestas, salió a la calle a protestar, se movilizó y se le plantó a un gobernador que llevaba 15 días de gestión con una consigna simple: defender el agua e impedir la modificación de la ley 7722 que prohíbe la utilización de ácidos en la industria minera.

Rodolfo Suarez, gobernador de la alianza UCR-PRO que llegó a la casa de gobierno con el voto del 52% de los mendocinos, hizo sus cuentas, y envió el proyecto de modificación, con un análisis -de manual- vienen las fiestas, hace calor, obvio con mayoría propia en ambas cámaras, habrá algunos gritos, pero pasa y además razonaba,:"fue promesa de campaña". Error.

Más de 80.000 mendocinos decidieron participar y desde diversos puntos de la provincia se manifestaron, en la legislatura, en la casa de gobierno y en la calle.

La ley fue sancionada como un trámite por ambas cámaras, la gente seguía en la calle, hubo represión, balas de goma, heridos y un "ruidoso" silencio mediático. Al caer la noche de un día agitado, el gobernador tomó dos decisiones politicas: promulgó la ley y fue a visitar a un policía aparentemente lastimado, jamás visitó los heridos de la represión que ordenó. O sea dobló la apuesta: Error.

Las manifestaciones seguían y se profundizaban, ya no habria veto.

El PJ repudiaba la represión e invitaba a abrir caminos de diálogo, similar postura propiciaba el Arzobispo, y diversos sectores sociales. Siete intendentes (algunos oficialistas) suspendían sus fiestas vendimiales. Suarez en conferencia de prensa informa que no reglamentará la ley e invita a una mesa de diálogo.

Desde todos los sectores se repudia la propuesta y siguen las protestas. Acorralado por la realidad y la presión de la gente el viernes 27 el gobernador se reúne con intendentes y autoridades legislativas y les informa que el próximo lunes envía a la Legislatura un proyecto de derogación de la ley 9209, que será tratado y aprobado en el dia.

Todo lo citado precedentemente es un sucinto resúmen de unos días que incluyeron los brindis navideños, donde se puso en crisis la institucionalidad misma, una clara crisis de legitimidad.

Surgen de todo ello, conclusiones, ideas y formas nuevas que merecen un análisis.

*La dirigencia política jamás midió la repercusión social que tendria la idea de modificar la ley y lo que es más grave subestimaron a la gente y su capacidad de organización y movilización.

*Algo pasó, se rompió el contrato social del voto, los mendocinos acaban de descubrir que pueden participar y decidir en la cosa pública.

*No alcanza ya con delegar en sus representantes, todo el poder, necesitamos mas participación.

*Frente al reclamo y tal vez sin que el mendocino de a pie sea consciente que esta pariendo una sociedad nueva, el estado y quienes lo conducen tienen obligaciones nuevas y que seguramente será pertinente analizar en profundidad.

*Se ha vuelto imprescindible la participación ciudadana en esta democracia, en forma efectiva en las decisiones que nos atañen e involucran, estamos discutiendo el uso del agua, recurso escaso en el desierto donde está nuestra provincia, seria también importante tener mecanismos de control social con participación ciudadana y finalmente el gobierno debe fomentar, favorecer y propender la participación ciudadana efectiva en la cosa pública.

Nos pasó a los mendocinos, de repente nos encontramos frente a una crisis y creo que estamos frente a la posibilidad histórica y cierta de un cambio de paradigmas.

El gobierno debe convocar a una amplia mesa de diálogo donde participen todos los que consideren que tienen algo para aportar y jerarquizar la discusión más allá del binarismo al que somos tan afectos.

La ciudadanía tiene la obligación de prepararse, de formarse y repensar con argumentos sólidos y sujetos a derecho y a la ciencia que Mendoza dejaremos a nuestros hijos, nuestra matriz productiva histórica está casi agotada, como nos desarrollamos, en que terrenos y como distribuimos lo que generamos, esas son algunas de las preguntas que tenemos que respondernos muy seriamente.

Un párrafo aparte merecen los medios de difusión concentrados de esta provincia, muy proclives a estar muy atentos a las facturas y con un silencio muy complaciente por las necesidades de la gente.

Hemos puesto en crisis el modelo democrático tradicional, pretendemos participar en las desiciones y en la disputa por la hegemonía cultural y comunicacional.

** Ello implica producir una cultura democrática participativa efectivamente que sea capaz de cuestionar lo que hay, lo que se hace y lo que se nos informa. Para conseguir la concreción de los fines propuestos debemos recrear lo simbólico y disputar los sentidos comunes modernos, generosos y efectivamente participativos y debemos desarrollar alternativas comunicacionales independientes y profesionales .

Gustavo Torres

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