Entrevistas

Camila García, integrante del Grupo Callao

América Latina: “Lo que está en riesgo es la elección del pueblo y de las mayorías”

(Por Estefanía Cendón) La politóloga Camila García, integrante del Grupo Callao y de Agenda Argentina, de Agenda Argentina, nos aporta su mirada sobre la región: cómo se reconfigura Latinoamérica en el contexto actual, los desafíos a los que se enfrentan las democracias, la necesidad de constituir un bloque regional. El rol de nuestro país en el escenario internacional y de Agenda Argentina de cara al próximo gobierno: “Alberto Fernández va a inaugurar una nueva forma de hacer política y de ejecutar los acuerdos necesarios para alcanzar el desarrollo y la inclusión social”

MOTOR ECONÓMICO: ¿Cómo se modifican las relaciones exteriores de nuestro país considerando las diferencias entre el modelo de gobierno que ejecutó Cambiemos y la propuesta del Frente de Todos?

Camila García: Es un tema complejo, para trabajar cuidadosamente debido al escenario latinoamericano que hoy se presenta. Hay una serie de demandas insatisfechas por gran parte de la sociedad que actualmente la política no las puede traducir en forma de políticas públicas para conseguir paliar esas necesidades. A nivel personal considero que será un modelo de integración latinoamericano en donde Alberto Fernández va a inaugurar una nueva forma de hacer política y de ejecutar los acuerdos necesarios para legitimar una política de desarrollo e inclusión social. Esta nueva forma se materializará a partir de acuerdos con diferentes sectores de la política de los países latinoamericanos de corte más progresista. Se buscarán establecer lineamientos básicos para que Latinoamérica vuelva a ser un continente que esté a favor de la inclusión social y el desarrollo económico, que sea un potencial actor a la hora de negociar en el marco internacional. En este sentido Alberto Fernández tiene la idea de empezar a establecer los lazos necesarios con los diferentes gobiernos latinoamericanos, a partir de la fundación del Grupo de Puebla, para construir un nuevo equilibrio progresista que haga frente a los proyectos neoliberales.

ME: ¿De qué manera puede generarse una integración regional que vaya más allá de los acuerdos comerciales?

CG: Llevar adelante esta idea que enuncié no va a ser fácil debido a que hay muchos gobiernos que no son proclives a este modelo de desarrollo inclusivo. Creo que estamos en una etapa política a nivel latinoamericano que va a ser fundacional, para lo que van a ser necesarios nuevos acuerdos sociales, políticos y diplomáticos que permitan hacer frente a un contexto internacional que no tiende al progresismo, donde también la lucha comercial entre China y Estados Unidos vuelven necesarios una mayor cantidad de aliados para poder ser un actor fuerte que permita legitimar las políticas de desarrollo inclusivo.

Esta es la idea, al asumir el gobierno se irá evaluando. Por eso el eje directo con México, con España y otros países que tienden a una idea de nación y un proyecto político similar al que presenta el Frente de Todos. Las relaciones se van a basar en eso, considerando las cuestiones institucionales que suceden en otros países latinoamericanos. Este momento fundacional de la política internacional y la política regional debe asociarse con una capacidad de consenso y acuerdo diplomático muy grandes.

ME: Ante los recientes sucesos en el plano internacional, ¿Cuáles son los desafíos que enfrentan las democracias de América Latina y la Argentina, en particular?

CG: Los desafíos que hoy estamos enfrentando son muy complejos porque lo que sucedió en Bolivia modifica los ejes del debate, los transforma definitivamente. Al haber un golpe de Estado a la vieja usanza, con un proceso de toma del poder por parte de las Fuerzas Armadas, esto implica otras matrices de análisis. Los últimos cuatro años hablamos de una derecha aggiornada, que se había democratizado y había ganado elecciones. Si bien vivimos los efectos de los golpes blandos, por ejemplo a través del impeachment (proceso de destitución) de Dilma en Brasil, el golpe en 2010 a Rafael Correa, hay cuestiones que es necesario trabajarlas. Hoy, después de lo acontecido en Bolivia, percibimos el riesgo: se toma el poder en nombre de las democracias. Sin embargo, las Fuerzas Armadas no tienen esa vocación de quedarse en el poder y refundar un nuevo proyecto político en la región en donde están, sino que buscan volver a llamar a elecciones con un mecanismo de proscripción o algo similar. Sería algo más parecido a la etapa de 1973 en Argentina, con la diferencia de que las Fuerzas Armadas no son un actor que busque perpetuarse en el poder. Esa es la sensación que genera la derecha hoy, no sabemos a futuro.

Es evidente que Bolivia cambia el eje del debate, por lo que el desafío que enfrentan las democracias es tratar de crear un cuerpo político, como en su momento fue UNASUR, para tratar de cuidar a las democracias. Más allá de los errores políticos que haya tenido Evo Morales en su gobierno, que tienen que ver con una política interna, es importante garantizar el ejercicio del poder que tienen los presidentes latinoamericanos que fueron votados por su ciudadanía. Esto es esencial y hay que resguardarlo. El nuevo gobierno de Alberto Fernández va a tener que trabajar mucho el tema de la democracia como un plusvalor porque lo que está en riesgo es la elección del pueblo y de las mayorías. Va a ser difícil trabajar al respecto porque no hay muchos aliados: Chile está convulsionada, con un presidente vaciado de poder absolutamente; vemos una Bolivia con una presidenta que va a llamar a elecciones en Enero y no tiene legitimidad; hay problemas en Ecuador, en Colombia, ya conocemos la situación en Venezuela. Hablamos de una región agitada a nivel político, tendremos que ser cuidadosos en el armado de un bloque regional que realmente sea catalizador y pregone la democracia como un valor a la hora del ejercicio del poder.

ME: ¿Qué mecanismos de participación ciudadana contempla el Frente de Todos?

CG: Alberto Fernández tiene una idea muy definida: tratar que las demandas de los territorios y aquellas organizaciones que están trabajando y que resistieron al modelo de pobreza estructural del macrismo lleguen a los ámbitos principales de gestión. La política de erradicación del hambre en Argentina reúne una serie de actores heterogéneos que trabajan estos temas. Estar debatiendo esta cuestión nos permite convocar una pluralidad de actores, sentarlos en una mesa y pensar políticas que definitivamente permitan abordar esta cuestión tan importante. Esto da una pauta de una de las formas en que se va a trabajar y es un ejemplo de política de participación ciudadana. Pensar la política pública junto a aquellas organizaciones que tienen que ver con esta cuestión en particular. En base a esto se pondrá a la Argentina de pie.

ME: ¿Cómo se logra conjugar un sistema que combine la atención de las necesidades urgentes y, al mismo tiempo, posibilite en el largo plazo el ascenso social de los sectores excluidos?

CG: Es importante resolver el endeudamiento con el FMI porque hablamos de una deuda enorme que hay que reperfilar y pagar vía renegociaciones, acuerdos. Creo que se va a llevar delante de manera similar a como se hizo en 2003, estableciendo un sistema de prioridades. El hambre en Argentina es una prioridad, al respecto se piensa una gran política pública que permita motorizar la economía interna. Si podés acordar que en góndolas figure la yerba de una cooperativa de Misiones, lográs que lleguen las bananas de producción local y no importarlas de Ecuador, si en góndolas están presentes los productos de las economías familiares, de esa forma alcanzás motorizar la economía. Más gente se involucra en la cadena de comercialización y empieza a tener trabajo.

Cómo se legitima el ascenso social es una gran pregunta. En 2016 Álvaro García Linera visitó nuestro país y comentó que uno de los motivos por los que los proyectos populares de principios del siglo XXI no habían podido legitimar el ascenso social era porque hubo ascenso social sin politización. Esto significa que faltó esa vuelta de tuerca más ideológica en un mundo desideologizado, en el cual se establezcan los lineamientos generales que definan que el hambre y el ascenso social no los va a resolver un proyecto neoliberal, los pueden resolver los proyectos progresistas. Esto es esencial para comprender la política pública hacia futuro. Será un gran desafío, en una sociedad desideologizada, poder darle un marco ideológico y político para legitimar el ascenso social. Que el voto del pueblo se pueda traducir en los proyectos progresistas nacionales y populares que tienen esta raigambre.

Hay una batalla para ideologizar todo lo que puedas brindar que será clave. La forma es a través del consenso, el diálogo con los diversos actores que realmente son catalizadores y son fuertes en la política pública. En base a esto debe haber mucha construcción con una convocatoria a todos los actores de la Economía, aquellos que representan a la sociedad civil, las clases populares, las grandes élites. Todos tirando para el mismo lado, tratando de poner el sello ideológico sobre eso. Somos nosotros los que vamos a resolver el problema estructural en la Argentina, no la derecha lavada que habla de meritocracia.

ME: ¿Cuál será el rol de Agenda Argentina en el gobierno de Alberto Fernández?

CG: La idea es que Agenda Argentina, que nació como una usina de pensamiento crítico de la línea de Alberto Fernández, empiece a potenciar ese rol en base a la construcción territorial del gran acuerdo social. En este sentido pensamos bajar al territorio a través de las distintas organizaciones que representan los diversos actores heterogéneos de la sociedad. El objetivo es que estén representados en el marco de Agenda Argentina para empezar a trabajar sobre las cuestiones más urgentes producto de la crisis económica, social y política que estuvimos viviendo estos últimos cuatro años.

Queremos que esa agenda sea tomada en cuenta y se pueda traducir en políticas públicas. Siempre manteniendo el rol del pensamiento crítico, analizar la política y las cuestiones sociales y económicas desde un lugar mas alejado de lo que es la gestión en sí. Buscamos generalizar esos debates del acuerdo social para que todas las demandas puedan llegar a los ámbitos de alta gestión de la política. El rol de Agenda es trabajar el acuerdo social de forma acabada y territorialmente.

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