Entrevistas

Entrevista de Nicolás Canosa a María del Carmen Alarcón

Argentina y China: desafío y oportunidades de una relación estratégica

(Por Nicolás Canosa) El rol de China en el escenario geopolítico mundial, la evolución reciente de la relación bilateral y las perspectivas a futuro de la asociación estratégica con el gigante asiático son algunos de los ejes de la entrevista que analizó María del Carmen Alarcón, ex Secretaria de Integración Nacional (2009-2015) y declarada ciudadana ilustre de la Gran Muralla China en 2018, en la entrevista que compartimos a continuación.

La actual Estrategia de Seguridad Nacional de Estados Unidos evidencia la profundidad de la disputa geopolítica a nivel mundial con la República Popular China [1]. En la misma abundan referencias a “amenaza china” y a la aspiración del país asiático, y de Rusia, de “expandir su poder alrededor del mundo”, particularmente, en el caso de China, a través de “prácticas de comercio desleales, préstamos y una rápida modernización militar”. En este marco ¿cómo analizás la disputa entre ambas potencias y qué impactos podría tener este conflicto sobre la Argentina?

La verdad que, desconocer que a nivel global China y Rusia son dos potencias emergentes de una gran envergadura, sumado a que ambos países han construido una alianza indestructible, como la denominan ellos, sería de una torpeza absoluta. En mi opinión, la confrontación con la política norteamericana, especialmente en el caso de China, tiene un fuerte anclaje en la disputa por la innovación científico-tecnológica y su deriva en el plano comercial, pero expresa, ante todo, la decisión de anteponer el respeto por la soberanía de los países en sus procesos de desarrollo.

Creo que, por primera vez en la política internacional, he podido observar que un emergente como China salga a defender a países en desarrollo, por ejemplo, en el Cono Sur, con una fortaleza muy importante, lo cual quiere decir que hay una decisión política y una estrategia al respecto. No creo que sea un imperio avasallando a los territorios y pueblos del mundo; creo que esto está muy claro, más aún cuando una escucha a los líderes como Xi Jinping o Putin hablando de lo que esperan obtener mediante este desarrollo. La R. P. China ha iniciado una gran estrategia en función de esto, junto con Rusia, en lo que se denomina la Nueva Ruta de la Seda y las inversiones en grandes infraestructuras, comunicación y desarrollos territoriales. Están empeñados en impedir que Estados Unidos se interponga en el camino hacia un mundo multipolar.

Respecto a nuestra relación bilateral como país, creo que no hay que tenerle miedo. No obstante, considero que hay que ser muy competitivos y estar muy preparados. También pienso que depende como uno mira a la Argentina. Si la proyecta desde una política económica neoliberal, que no son políticas que nuestro país necesita, al contrario, son las que aniquilan los desarrollos territoriales nuestros, es un peligro. En cambio, si la miramos desde una política nacional, de desarrollo, como la que nosotros hemos realizado desde el gobierno (2003-2015) y a la vista para atrás con el General Perón, creo que la relación con estas dos potencias, China y Rusia, son estratégicas y de una fortaleza enorme para encarar no solamente la deuda externa en la que nos han sumergido, sino también el desarrollo de Argentina y de otros países de Latinoamérica a futuro. Para mí es fundamental la alianza con estas potencias de Asia y Eurasia.

Wang Yi, Ministro de Relaciones Exteriores de la RPCH, sostuvo recientemente que su país ha tomado “un camino de desarrollo pacífico y cuyo éxito radica en la cooperación de ganancia compartida. Es un camino totalmente distinto a los que han recorrido las potencias tradicionales” [2], diferenciándose particularmente de Estados Unidos en su afirmación. En esa misma conferencia, el funcionario destacó la agenda global que tendrá el país liderado por Xi Jinping, a través de la Ruta de la Seda y la Organización de Cooperación de Shanghai, entre otras instancias y propuestas. ¿Qué pensás al respecto del rol de China como “jugador global”? ¿Qué riesgos, desafíos y oportunidades presenta?

Continuando con lo mencionado antes, y en relación a cómo está actuando China como potencia emergente, debemos señalar, primero, que en el plano interno ellos tienen un método de gobernabilidad estructurado en planes quinquenales, que son muy programados y de cumplimiento efectivo, lo cual es una política de Estado. En el desarrollo de su política exterior, han planteado una serie de eventos globales a lo largo de este 2018: con los países más cercanos de Asia el Foro de Boao; la 10º cumbre Unión Europea-China; y la Cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái en Quingdao, que integran la China, países de la ex URSS (Rusia, Kazajistán, Kirguistán, Uzbekistán y Tayikistán), India y Pakistán, y que tiene mucha incidencia geopolítica en la región euroasiática y de gran relevancia en el comercio global. Además, se está organizando la Cumbre del Foro de Cooperación China-África y la XII Cumbre Empresarial China-Latinoamérica y el Caribe. En estos encuentros se expresa el poder de China en este mundo globalizado, cuáles son sus objetivos concretos y sus decisiones en materia de política exterior. También refleja su búsqueda de no solamente exportar manufacturas, sino también de desarrollar infraestructura en sectores como transporte, energía y comunicaciones en sus países socios. Ellos entienden que la demanda de China radica fundamentalmente en los alimentos y los productos de valor agregado que tengan que ver con la alimentación de su pueblo. Es la preocupación más grande que tiene China cuando se despierta: darle de comer a 1400 millones de habitantes. Pero también saben que muchos de los países que hoy tienen la materia prima no pueden terminar de desarrollarla por falta de inversiones, capital de trabajo, o bien por estar subyugados hace mucho tiempo a organismos multinacionales de crédito como el Fondo Monetario Internacional.

Como parte de la gestión que llevó adelante un nuevo capítulo en la relación bilateral, hasta alcanzar el nivel de “Asociación Estratégica Integral” entre Argentina y la RPCH en 2014, ¿cómo ves el estado actual de vinculación, y cuáles han sido los avances y retrocesos en la implementación de los acuerdos que habían sido firmados en aquel entonces?

Esto que mencionas fue un paso muy importante en el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, en el sentido de un afianzamiento de la relación con la República Popular de China. Es destacable la actitud y la decisión política que tuvo la ex presidenta para con China. Eso llevó a hacer un trabajo muy intenso e importante para nuestro pueblo, como firmar esta Asociación Estratégica Integral con China y también con Rusia. Esto fue en 2014. China no es similar al resto del mundo, por su peso demográfico, industrial y comercial. Es un país al que uno le debe dedicar muchas horas de trabajo. En la gestión, sobre todo, se debe tener un área completamente dedicada al Asia Pacífico y especialmente a China. Todavía no hemos alcanzado ese desarrollo de nuestras estructuras gubernamentales, y nosotros tampoco tuvimos tiempo de hacerlo.

No creo que se haya avanzado demasiado en este fortalecimiento durante el gobierno actual, ya que éste, al asumir, puso un freno de aquellas iniciativas mediante excusas, miradas para el costado y otras medidas para retrasar las obras. Lo cual me lleva a pensar que no ha querido tomar a China como uno de sus socios principales para el desenvolvimiento de su política. Indudablemente nosotros habíamos avanzado muchísimo en acuerdos de financiamiento, no solamente en las grandes obras públicas para nuestro país, sino también en materia de salud, tecnología, educación. Ninguno de esos desarrollos e inversiones tuvo un avance importante. Cada gobierno elige qué política de Estado va a llevar adelante. Y para nosotros la política de Estado tiene mucho que ver con la política internacional. Evidentemente, el gobierno del presidente Macri ha decidido una política internacional comprometida principalmente con Estados Unidos y Europa, y están convencidos que esa es la salida de Argentina.

Esto no me sorprende porque en la Argentina hay dos proyectos políticos en pugna muy diferentes. Te diría que son totalmente opuestos. El proyecto del gobierno es neoliberal y su relación principal es con los países que lideran estas políticas. En cambio, el nuestro es un proyecto de desarrollo nacional que se asienta de asociaciones con potencias que piensan en el desarrollo económico, científico y territorial, y en la calidad de vida de sus pueblos. Sobre todo, basado en principios de equidad e inclusión social. Esas son las miradas diferentes que hay en las políticas de Estado. Por lo tanto, creo que cuando termine el gobierno del presidente Macri y nosotros podamos volver a gobernar el país, el Estado argentino deberá tener un fiel cumplimiento a lo que se firmó en 2014, porque son políticas de Estado. El Estado chino ha comprometido en la Asociación Estratégica Integral muchos desarrollos para la Argentina y nuestro país se ha comprometido con el Estado chino a avanzar juntos en materia nuclear, logística, energética, etc. No tengo ninguna duda que un próximo gobierno estará enmarcado en estos desarrollos y en el cumplimiento de las políticas de Estado, y no preocupados por ver cada cuánto nos reunimos con el FMI. Esa es parte de la discusión que vamos a tener en 2019 y 2020.

Si partimos de la idea que Argentina -y América Latina y el Caribe-, precisan delinear una política exterior soberana, ¿pueden encontrar un aliado estratégico en China, tanto en términos geopolíticos, como para el desenvolvimiento comercial y potenciar las capacidades productivas-tecnológicas? ¿En qué aspectos creés que se sustenta esta posibilidad? ¿Cuáles son los puntos de complementación para la negociación de acuerdos que permitirían una relación “ganar-ganar”, es decir, de beneficio mutuo?

Creo que nosotros tenemos que trabajar con mucha seriedad, responsabilidad e inteligencia para pensar cómo vamos a gobernar el próximo período. Debemos diseñar proyectos de desarrollo para la Argentina que nos vamos a encontrar y dar continuidad a gran parte de lo que veníamos proponiendo como políticas de Estado durante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. En ese marco, es imposible no establecer una alianza estratégica fortalecida con China y con Rusia. En el tema de China es muy interesante, porque a pesar de la gran diferencia demográfica y económica, nuestros países son complementarios sin ninguna duda. Nosotros tenemos un competidor muy cerca de China, hablo de Australia y, en menor medida, Nueva Zelanda, en cuanto a la provisión de la demanda china de alimentos. No solamente de materias primas sino de alimentos con valor agregado. Pero, por otra parte, ambos países comienzan a verse superados en varios rubros al momento de abastecer a China. Esto China lo sabe y, además, nunca va a pensar en depender de un solo país porque la demanda es muy alta.

En ese sentido, nosotros tenemos que usar la inteligencia para desarrollar las cadenas de valor, que no tiene que ser una frase hecha ni discurso. Es una realidad para nosotros haber podido comenzar a elaborar proyectos para que China pueda inyectar la inversión en cada uno de los componentes de la cadena. Eso implicaría producir en cada uno de los eslabones con trabajo argentino, con desarrollo de tecnología argentina y con tierra argentina, y que China compre el producto elaborado en nuestros circuitos productivos. Para dar un ejemplo concreto: desarrollar la cadena de las carnes, ya que China demanda proteínas fundamentalmente para su alimentación, es inyectar capital de trabajo e invertir desde la alfalfa y el maíz, pasando por el corral y los feed lot, hasta terminar en la creación de una industria frigorífica competente, con tecnología moderna, que preferentemente esté cerca de un puerto de exportación. Esto quiere decir que la tierra, los productores, los trabajadores y los insumos son nuestros. Doy este ejemplo de la carne, pero se puede extender a otras cadenas de valor.

Este es el nuevo desafío para la Argentina: generar empleo y divisas, promoviendo el desarrollo de las provincias del país en su conjunto. No sólo la Pampa Húmeda, sino también, por ejemplo, la Patagonia, que es un territorio no desarrollado para lo productivo pero que tiene una riqueza superior a todo el resto de las regiones, y es incluso única en el mundo, porque tiene “Sanidad Cero” [3], lo cual no pudo ser aprovechado por nuestro país todavía. Creo que el próximo gobierno tendrá la oportunidad de mirar esta cuestión y también pensar a dónde apuntar y dirigir las inversiones extranjeras, en qué desarrollos, y en cómo eso va a redundar en el bienestar de todo nuestro pueblo.

Notas

[1] Administración Trump. (2017). Estrategia de Seguridad Nacional de Estados Unidos de América. Estados Unidos: Washington.

[2] Entrevista a Wang Yi, Secretario de Relaciones Exteriores de la República Popular China. (2018). Diario del Pueblo. República Popular China.

[3] La Patagonia es una Región Protegida de plagas y enfermedades agropecuarias.

  • Lic. en Sociología (UBA). Miembro e investigador del OCIPEx. Actualmente cursa el posgrado “especialización en estudios en China contemporánea”. (UNLa).

(*) Fuente: Ocipex

···