Entrevistas

Entrevista al secretario General de Conadu por Beatriz Chisleanschi

Carlos De Feo: "Hoy la posibilidad de estructurar un cambio en la Argentina tiene más que ver con la unidad de los trabajadores que con la universidad"

(Por Beatriz Chisleanschi) “No podemos entender la Reforma Universitaria del ‘18, si no analizamos todo el proceso que en los últimos cien años atravesó la universidad: los cambios que introduce el peronismo en el ´50 como la gratuidad, la libertad de cátedra, el compromiso o la extensión. Y lo sucedido en los últimos diez años donde la universidad empieza a tener un compromiso mayor y empieza a pensar en cómo garantizar el estudio.” -señala el actual secretario General de la Confederación Nacional de Docentes Universitarios (CONADU) como respuesta a la consulta de Motor Económico (ME) respecto a la Reforma que aconteció en los claustros universitarios en Córdoba en el año 1918.

La gesta universitaria conocida como la “Reforma de 1918”, de la cual el 15 de junio se cumplen cien años, fue un hecho histórico que marcó un hito dentro de las fauces estudiantiles en la educación superior. Imbuidos en el fervor de lucha de la Revolución Socialista Soviética y la Revolución mexicana, las reivindicaciones reformistas llegaron a la Universidad de Córdoba, regida hasta el momento por el obispado. Corría en Argentina la primera presidencia de Hipólito Yrigoyen (1916-1922).

"Confieso que nunca tuve una gran identificación con ese movimiento reformista -cuenta De Feo a ME- pero cuando llego a Conadu y comienzo a visitar universidades de Latinoamérica me sorprendo con el impacto que tiene la Reforma a la que llaman el “Grito de Córdoba”. Mariátegui (José Carlos, periodista e intelectual peruano) dice que la Reforma murió al nacer, ya que tuvo poca incidencia en la política de nuestro país. Yo creo que la Reforma se va resignificando con el tiempo”.

Las reivindicaciones reformistas apuntaban directamente a la renovación de las estructuras y objetivos de las universidades. Las bases programáticas que estableció la Reforma fueron, cogobierno estudiantil, autonomía universitaria, docencia libre, libertad de cátedra, concursos con jurados con participación estudiantil, investigación como función de la universidad, extensión universitaria y compromiso con la sociedad y poner fin a los claustros.

“Fue un movimiento universitario que se supone salió de los claustros, pero seguimos siendo el “claustro de profesores”, el “claustro docente”, el de alumnos” -dice risueñamente quien fue secretario General de la Conadu entre los años 2006 y 2012, y luego de ser secretario de Relaciones Internacionales de la organización sindical, volvió a conducirla en el año 2016. Carlos De Feo es Arquéologo de profesión, egresado de la Universidad de La Plata, e investigador del Conicet.

“Imagino que la visión que tenemos nosotros de la Reforma no tiene nada que ver con la que tenían los estudiantes entre los años 1955 y 1958 cuando, luego de haber destituido a Perón, se encara la normalización de la Universidad de Buenos Aires con la revitalización de la autonomía y el co-gobierno como eje. Tampoco en 1983, cuando vuelve a pasar por un proceso de normalización pos dictadura. Los radicales formatearon la universidad a su manera, tal vez hoy, deberíamos pensar en una nueva ley de Educación Superior, porque si bien la ley actual puede tener cosas buenas, la realidad es que vivimos con marcos jurídicos anacrónicos de carácter neoliberal como lo es la propia Constitución Nacional."

¿Qué reforma necesitaría la universidad hoy?

Creo que la universidad argentina empieza a dejar de ser elitista en el año 1966 con “La Noche de los Bastones Largos” (1) porque la Reforma Universitaria fue la reforma del radicalismo y de ciertas clases sociales. Cuando los sectores populares llegan a la universidad (después tienen que dejarla de nuevo) es con el peronismo. Es ahí donde empieza a pensarse a sí misma como la que garantiza el derecho a estudiar y a atender sus necesidades.

Sin embargo, si uno piensa que aún quedan sectores elitistas, y que en la universidad debe darse un proceso democrático, necesitamos una reforma enorme porque la universidad no solo debe garantizar la democracia interna, que además, no la garantiza (de los 26 mil docentes que tiene creo que los que votan para las autoridades y pueden ser electos no llegan al 15%). Desde Conadu tenemos tres reclamos claros:

1) La jubilación, que se logró con la presidencia de Néstor Kirchner.

2) el Convenio Colectivo que es el que homologó con la presidencia de Cristina Fernández de Kirchner en el 2015.

3) El nomenclador salarial.

Asimismo, la universidad tiene las tres funciones que vienen desde la Reforma que son docencia, investigación y extensión. Con la docencia y la investigación estamos totalmente de acuerdo, pero la extensión….ya el nombre nos pone en guardia, es como extender la luz para aquellos que están en la oscuridad. Tenemos que cambiar esos conceptos. Hace uno años se hablaba de la responsabilidad social universitaria, ahora se habla de compromiso social, desde Conadu preferimos hablar de compromiso político.

En este sentido, otro concepto que se discute desde la sanción de la Reforma hasta la fecha es el de la autonomía y autarquía universitaria.

La universidad es una institución que se piensa autónoma y es correcto que así sea, aunque hay que ver los alcances, porque la UBA es más como un protectorado que está por encima de las leyes. Muchas universidades se piensan como una república universitaria amparadas en la autonomía y para nosotros la autonomía tiene que ver con discutir nuestra estructura dentro del marco legal que el país nos da, pero también nos debería permitir pensar en políticas autónomas del gobierno.

La ley de Educación Superior, que de hecho nosotros no acordamos, supone que a las universidades se las subsidia. Nosotros discutimos la Paritaria Nacional unificada y la ley dice que no, que se debe hacer por universidad. Ahora, ningún rector quiere hacer eso porque sabe que queda librado a sus posibilidades y hay universidades que van a ser de primera, otras de segunda y hasta de tercera. La ley establece la autarquía y en cualquier momento el Ministerio de Educación puede apelar a ello. Cuando les conviene, las universidades son autárquicas, cuando no les conviene los aprietan con recursos. A nosotros nos deben 10 mil millones de pesos que no se ejecutaron, con la consecuente caída de alumnos y de programas.

El compromiso político está fuertemente ligado al tema de la autonomía y nosotros lo defendemos. Nuestra universidad es casi un milagro, es de calidad, masiva, gratuita y con ingreso irrestricto. Esto, no existe en ningún lado.

De Feo Chisleanschi.jpg

¿Cuál es la incidencia del neoliberalismo en la estructura universitaria?

Aún hay una incidencia muy fuerte de lo que fueron los ´90. El neoliberalismo entró con firmeza a la universidad porque planteó problemáticas reales y le dio soluciones que no fueron beneficiosas. Hoy, en un contexto de ajuste, de precarización, de mercantilización, debemos discutir cómo equiparamos el nivel educativo en todas las universidades.

La reducción de Ciencia y Técnica también es un problema de la universidad. Tenemos que ser capaces de incorporar una educación fuertemente ligada a la investigación, sino queda mutilada en uno de sus objetivos principales que es la generación de conocimiento.

Otro cambio es el de la articulación que se empezó a discutir tibiamente hace 10 años, y estamos a medio camino de tener estructuras que garanticen esa función.

En todo este proceso donde a la universidad fueron llegando primero hijos de trabajadores, luego trabajadores y después la universidad fue al lugar de los trabajadores ¿en qué condiciones está la educación superior de formar una vanguardia revolucionaria o transformadora?

Hoy no hay movimientos de estudiantes, están fragmentados. Los rectores están con las manos atadas y los no docentes estás desmovilizados. Conadu somos los que más nos movilizamos. La universidad hoy está perdida como si hubiese recibido un golpe muy fuerte y no sabe para donde ir. Nosotros hemos hecho muchos actos políticos y los docentes nos apoyan, lo que no veo es una decisión, como institución universitaria, de tener una voz cuestionadora, crítica y fuerte frente a este proceso. Esa voz institucional que debería tener por su propio carácter autónomo. Hoy la posibilidad de estructurar un cambio en la Argentina creo que tiene más que ver con la unidad de los trabajadores que con la universidad.

¿Cuál sería hoy simbólicamente esa franja que se la arrebató a los obispos como baluarte de triunfo?

Uhhh, hoy es mucho más complejo. Para mí una discusión muy intensa que nos tenemos que dar en la universidad es el tema del neoliberalismo y la mercantilización. Y otra cuestión central, pero ya a nivel global, es el acceso abierto al conocimiento y poder terminar con las redes de las comunicaciones.

Estamos hablando cien años después con una complejidad en la generación y distribución del conocimiento que no teníamos a comienzos del siglo XX. Hoy pensar una transformación de la universidad tiene que ver con la democratización, la soberanía, la inclusión y la articulación política con las clases populares.

Notas:

1) Se denomina como "Noche de los Bastones Largos" a los hechos ocurridos el 29 de julio de 1966, cuando la Policía Federal Argentina irrumpió en varias facultades de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y desalojó las instalaciones en las que se encontraban autoridades, docentes y alumnos que resistían la decisión del gobierno militar de intervenir las universidades y anular el régimen de cogobierno.

  • Editora de Motor Económico y Motor de Ideas. Lic. en Ciencias de la Educación. Docente. Periodista

(*) Fotos: Elizabeth Vega - Conadu

···