Entrevistas

Primera parte de la entrevista a Sabina Frederic:

“Colocar problemas sociales y económicos en el plano de la inseguridad sólo potencia el problema”

(Por Estefanía Cendón) La antropóloga social Sabina Frederic, integrante de Agenda Argentina, participó en los grupos de asesoramiento del Frente de Todos en materia de Seguridad. A continuación compartimos la primera parte de la entrevista exclusiva con Motor Económico en donde analiza las medidas tomadas por el gobierno saliente en materia de Seguridad, cómo el endeudamiento condiciona el vínculo con Estados Unidos y la lucha contra el narcotráfico. Además, reflexiona acerca de la constitución de la Policía de la Ciudad y su funcionamiento.

MOTOR ECONÓMICO: ¿Cómo fue la gestión Cambiemos en términos de Seguridad?

Sabina Frederic: Tuvo un efecto negativo que se puede ver en el crecimiento de la tasa de población carcelaria que hay en Argentina: pasó del 3% al 12% de crecimiento interanual desde 2016. Esto generó un desborde, hacinamiento y sobrepoblación carcelaria alarmante. No está sólo ligado a la política del Poder Ejecutivo en Seguridad, sino a la política criminal que enlaza al Ejecutivo con el Poder Judicial. Si bien hay un cambio en el código de procedimientos penales y se dan a restringir las prisiones preventivas, uno de los aspectos por los cuales crece la población carcelaria, no es el único. Algunos creerán que es mejor que haya más gente presa. El problema es que esa cantidad de personas detenidas, lo que es un daño innecesario sobre personas que en ciertos casos podrían ser sancionadas a través de penas más blandas, no ha modificado los patrones delictivos y mucho menos la oferta de drogas, ni el consumo de drogas. Me refiero a las drogas porque ha sido el principal objetivo de Cambiemos, acabar con el narcotráfico, cosa que no han hecho. El último informe de la SEDRONAR que se hizo en 2017 muestra un incremento sustantivo del consumo de drogas sintéticas, no sólo cocaína, y una mayor facilidad de acceso a las drogas. Lo que vemos es que los resultados son malos y son acompañados por un discurso grandilocuente, una sobreactuación. Este discurso que operó en el plano simbólico, tiene efectos sobre la realidad, fue acompañado de una serie de protocolos y reglamentos aprobados desde el inicio de la gestión de Cambiemos como, por ejemplo, la habilitación al derribo de vuelos no declarados, la autorización y la discrecionalidad concebida a la policía de disparar sin dar la voz de alto, protocolos que tuvieron efectos sobre algunos de los integrantes de las fuerzas policiales. Hay un criterio que sobresale en esos protocolos, discursos y una extinción de la Justicia. Un énfasis y acrecentamiento del poder del Ejecutivo por sobre el de la Justicia concedido a la policía que castiga, a través del uso de la fuerza, antes de que la Justicia intervenga en el proceso.

ME: El periodista Ricardo Ragendorfer afirmó que Argentina siguió el dictado de Estados Unidos en relación a la lucha contra el narcotráfico, cuando esa doctrina fue cuestionada en el mundo. ¿Cuál es su opinión? ¿Cómo debería ser el vínculo con Estados Unidos al respecto?

SF: En América Latina esa doctrina sigue muy presente, coincido con Ragendorfer en que sería ideal que eso no ocurra. Ocurre en Brasil, en México están tratando de hacer algo distinto pero no es tan fácil. Hay todavía una inercia respecto de esa política, Argentina la aplicó en algún sentido, fue bastante fiel. Aun así nuestras fuerzas de seguridad, a pesar del tono ofensivo que le puso el gobierno de Cambiemos, y el respaldo indiscriminado a la actuación de las fuerzas de seguridad, no son las fuerzas de seguridad que tiene México o Brasil. No lo son porque han sido parte de un proceso de democratización que, aunque pueda parecer insuficiente, las pone en una situación diferente. Existe un sentido del uso de las fuerzas y una capacitación en Derechos Humanos. Por supuesto que hay quienes apretan el gatillo cuando no deben, pero no es algo generalizado. La letalidad policial en Argentina no es alta en comparación a otros países de la región, pero hay que reducirla.

En este último gobierno la Argentina ha sido fiel a la política de Estados Unidos, ha comprado tecnología norteamericana-israelí, siguiendo los cánones norteamericanos. Han metido a más gente presa, pero no ha liquidado tanta gente. Por suerte, no ha sido un combate efectivo. La restricción al discurso de la ministra de seguridad Bullrich la pusieron las propias fuerzas. No ha sido mérito del gobierno, sino que el freno provino de los integrantes de la fuerzas porque están formados en otro sentido. Hay contradicciones.

Con respecto a la política a seguir de acá en adelante con Estados Unidos es algo que hay que resolver sobre la marcha. Considero que no hay que comprar agendas norteamericanas. Este gobierno no sólo tuvo un discurso mucho más punitivo, sino que intentó introducir a las fuerzas armadas. Eso es parte de la Agenda norteamericana para la región, no es su agenda.

ME: ¿Cómo condiciona el endeudamiento el vínculo con Estados Unidos en términos de la lucha contra el narcotráfico?

SF: Ese es un gran punto y va a depender de las negociaciones que se realicen a nivel de presidencia de la Nación, no sólo de la cartera de Seguridad. Qué tan necesario es comprar la agenda de seguridad en Argentina para negociar nuestra deuda con Estados Unidos. Qué tan autónoma puede ser nuestra agenda de seguridad frente a la presión norteamericana o la negociación norteamericana en otros terrenos. Yo espero que el gobierno argentino tenga un margen, nosotros no tenemos los problemas de seguridad que tienen los colombianos o los brasileros. Nuestros problemas de seguridad tienen que ver con nuestra ubicación en la región. Frente al tráfico de drogas hay que tener una política estratégica para reducirlo, pero no con los procedimientos que se utilizan en otros países y que han demostrado que en cuanto Estados Unidos define, sin mediaciones, la política contra el narcotráfico los resultados son pésimos. Para negociar con Estados Unidos tenemos que fortalecer nuestros sistemas de información estadística sobre el problema. Es importante demostrar que sabemos cuál es el problema que tenemos, encontrar nuestras soluciones. Por ejemplo, en relación a la triple frontera los diagnósticos norteamericanos sobre ese territorio no son adecuados. Debemos confrontar con nuestra información, que la tenemos, pero no está procesada. Tenemos que ser muy hábiles para producir rápidamente diagnósticos que muestren la problemática y así negociar condiciones, aprovechar los recursos.

No considero que todo lo que viene de Estados Unidos es negativo, pero hay que saber usar los recursos que realmente nos convienen. Necesitamos un conocimiento exhaustivo de lo que ocurre en Argentina. En ese punto el gobierno de Cambiemos fue un fracaso porque no fortaleció la investigación criminal, no pudo reconvertir a la policía federal en una policía de investigación. Es sólo con investigación criminal que podemos ir a la trama que sostiene el tráfico de drogas en gran escala, y no andar persiguiendo consumidores.

ME: ¿De qué manera se puede potenciar la lucha contra el narcotráfico, a nivel regional, a partir de la llegada de Alberto Fernández al gobierno?

SF: Alberto Fernández está haciendo mucho para tratar de sostener una integración regional a pesar de lo que ocurre en Bolivia, Chile, Brasil. Eso es clave. Si no fortalecemos ni desarrollamos la integración regional en términos de seguridad bien hecha, apuntando a las grandes organizaciones, es imposible. La única forma es integrando a las policías de los países de las fronteras. Participé de un Seminario sobre la frontera Colombiano-Venezolana en donde hay proliferación de organizaciones ilegales, economías ilegales por ausencia de los dos Estados. La falta de cooperación en las zonas fronterizas incrementa las economías ilegales. Es importante diferenciar, al interior de las economías ilegales, que una cosa es el contrabando de alimentos o ropa y otra el contrabando de drogas. Tampoco se pueden penalizar de la misma manera. Me refiero, sobre todo, a la frontera Argentina de Salta con Bolivia.

ME: En la Ciudad de Buenos Aires se fusionó la policía Metropolitana con la Policía Federal dando origen a la Policía de la Ciudad. ¿Cómo analiza su accionar durante la gestión actual? ¿Cuáles son los pasos necesarios para constituir una policía eficiente y que tenga proyección a nivel federal?

SF: En CABA esta integración de dos policías es un proceso de mucha conflictividad que no se traduce en el plano público, conflictividad intensa entre los policías de la Ciudad que rechazan los regímenes de trabajo, tanto los que vienen de la Federal como los nuevos. Cuando hablamos de la Policía de la Ciudad no es raro ver cinco patrulleros o dieciséis efectivos queriendo reducir a dos chicos. Existe una desproporción considerable y una serie de problemas que se manifiestan entre los reclamos de los vecinos, asociados con una policía que no está aceitada.

ME: ¿El error en esta fusión entre fuerzas policiales es de concepto o hablamos de la ausencia de un plan integral de seguridad?

SF: Hay una Ley de Seguridad Integral en la Ciudad de Buenos Aires que está entre las más modernas de Argentina. El problema es que se aplica el 60% de la ley, no mucho más. Esta ley crea la Policía de la Ciudad y el Defensor del policía, una figura que no se implementó. También hay una serie de elementos que no se han implementado, entre ellos qué concepto hay de policiamiento de proximidad que es el que se supone que haría la Policía de la Ciudad. Para el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires policiamiento de proximidad es enviarles a los vecinos que corresponden a una determinada comisaría un correo electrónico para poder tomar un café con el comisario del barrio.

ME: En términos de proximidad, también hablamos de una fuerza muy represiva.

SF: La Policía de la Ciudad es una fuerza muy represiva, que ejerce una desproporción en el uso de la fuerza y ha cometido los peores atropellos en las manifestaciones que ha tenido que contener en la Ciudad de Buenos Aires, produciendo más desmanes de los que los manifestantes estaban generando. Es una policía incompetente y una muestra de esto es que las zonas más conflictivas de la ciudad no están siendo contenidas por la Policía de la Ciudad de Buenos Aires. Por ejemplo, la zona sur de Buenos Aires está siendo vigilada por la Gendarmería Nacional, la Prefectura Naval y una unidad de la Policía Federal de prevención barrial en la Villa 31. Ahí existe un problema: hay 1.800 gendarmes en la zona de Lugano, Zavaleta, pero no hay un policía de la Ciudad. Son las zonas más delicadas y esto es un acuerdo del Ministerio de Seguridad de Bullrich con el Ministerio de Seguridad de la Ciudad. Cuando cambie el signo político va a ser problemático. Desde el punto de vista de la responsabilidad del Gobierno Nacional, no se va a poder sacar la Gendarmería de un día para el otro de esa zona porque la gente no quiere que se vaya. La Policía de la Ciudad no está capacitada para hacer lo que hace la gendarmería ahí.

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