Entrevistas

Entrevista a Mercedes Marcó del Pont por Diego Colao

“El gobierno ha restaurado un modelo de acumulación financiera”

(Por Diego Colao) Mercedes Marcó del Pont señaló como lo “más preocupante y de fondo” de la economía argentina “es que este gobierno ha restaurado un modelo de acumulación financiera y no de acumulación productiva”.

“Ese discurso de que todo esto que se está haciendo es un trago amargo para que vengan las inversiones, una vez más como siempre ocurre en estos modelos que privilegian lo financiero por sobre lo productivo, no ocurre”, sentenció la ex presidenta del Banco Central y agregó que “no creo que vaya a ocurrir en el futuro”.

En este diálogo con Va Con Firma, del Pont analizó la economía del año 2017 y remarcó que si “se creció fue gracias al consumo” y adelantó que al preguntarse “por qué este año vamos a crecer más que el año pasado, la verdad es que no tiene asidero, porque si no se recupera el salario va a ser muy difícil crecer este año”.

Sobre la reforma laboral expresó que “no hay evidencia empírica ni nacional ni internacional que indique que bajar el salario o el costo laboral promueva la inversión y promueva la creación de empleo digno”.

¿Cuál es su apreciación sobre la situación económica en que se encuentra el país?

Lo que preocupa de la economía argentina es el proceso más largo, en términos de un modelo que está ampliando desequilibrios macroeconómicos. Quizás en el año 2017 no se vio tan palpablemente porque el ciudadano de a pie lo que mira todos los días es lo que pasa con la inflación, con sus ingresos; y si bien hubo una serie de aumentos de tarifas, en el año 2017 el gobierno concedió en la negociación paritaria una cierta recuperación que no compensó lo perdido en el 2016 pero recuperó parte de esa pérdida. Entonces en el 2017 la economía argentina creció, poco, pero creció, con una cierta recomposición del consumo, hubo mucha inversión pública; pero mientras ocurría eso en la economía real lo que uno advierte a nivel más global es que todo el comportamiento de la economía argentina está atravesado por una conducta fuertemente de valorización financiera. Es decir, que en Argentina lo que se advierte es que la noticia tiene que ver no con lo ocurre en la esfera de la producción del empleo o del trabajo sino básicamente en las finanzas. Lo que está hegemonizando todo hoy es qué pasa con la tasa de interés, si es medio punto o dos puntos, y todo eso tiene que ver con lo que yo veo lamentablemente como la cuestión más preocupante y de fondo; y es que este gobierno ha restaurado un modelo de acumulación financiera y no de acumulación productiva.

¿Cree que el gobierno está en un callejón sin salida por el tema de las tasas y el dólar; y sin poder salir de este modelo financiero que usted describe?

El Banco Central, con su política de liberalización absoluta de la cuenta de capital del mercado financiero se metió en una encerrona; eso no lo digo yo, ni por haber estado al frente del Banco Central; creo que hay mucha literatura universal, mucha evidencia empírica que dice eso, que si un país decide liberar, absolutamente el ingreso y salida de capitales, tanto de afuera como de adentro, de dolarización de esos capitales para entrarlos y sacarlos, se tiene que olvidar de poder manejar el tipo de cambio y la tasa de interés. En esa encerrona está el Banco Central en el sentido de que sabemos que si baja mucho la tasa de interés vamos a tener una presión en el mercado de cambio producto de la dolarización. Como muestra basta un botón y todas estas sobre reacciones que hubo en el mercado de cambio a finales de diciembre y a principios de enero, un poco frente a la eventualidad de que baje la tasa de interés, están marcando la cancha.

Muchas veces cuando escucho que dicen que le Banco Central tiene que ser independiente del poder político, que es el planteo histórico de la ortodoxia de los sectores más neoliberales, creo que el Banco Central está cada vez más dependiente del mercado; no del poder político sino de lo que decida el mercado. Esta cantidad de Lebacs que ha emitido durante estos dos años tiene una capacidad de presión muy fuerte si se dolariza al menos una parte en el mercado de cambios. Y yo no advierto que el Banco Central esté tomando con preocupación todas estas señales hacia adelante. Está muy emperrado en querer resolver el problema de la inflación con la tasa de interés cuando ha quedado demostrado históricamente que el problema de la inflación en la Argentina no se resuelve manejando la tasa de interés. Y que sí está afectando la actividad productiva y que sí está generando esta burbuja que nunca es saludable para una economía que tiene excedente; y que le convenga más meterla en la bicicleta financiera que en la producción.

¿Usted considera que de esta manera la famosa lluvia de inversiones no va a venir?

Es que no llegó, esa es otra de las ficciones. Se desreguló todo, se devaluó el año pasado y no mejoraron las exportaciones, y no vinieron los dólares que pueden servirle a la mayoría de los argentinos que son los que puedan invertir en fierros, en capacidad productiva. De hecho, los datos del Banco Central lo que muestran es que en los primeros once meses del año pasado ingresaron inversiones especulativas, ellos lo llaman inversiones, pero no son inversiones, son dólares financieros que vienen a especular a Argentina por casi 15.000 millones de dólares, que es casi 7 veces más de lo que entró por inversión productiva. Entonces ese discurso de que todo esto que se está haciendo es un trago amargo para que vengan las inversiones, una vez más como siempre ocurre en estos modelos que privilegian lo financiero por sobre lo productivo, no ocurre y no creo que vaya a ocurrir en el futuro.

¿Ve posible alguna medida del gobierno para revertir el déficit de la balanza comercial?

Creo que el gobierno tendría que tomar nota de que estamos en un desequilibrio comercial histórico, y que en gran medida es producto de que el comercio mundial está creciendo muy poco, de que el mundo está muy proteccionista y que la región no ha mejorado demasiado el intercambio. Brasil quizás este año crezca un poco, pero está sumergido en una situación bastante crítica y la peor de las recomendaciones de política en ese contexto es abrir la economía a las importaciones como ha hecho el gobierno; que se ha olvidado de la administración del comercio. Y las pruebas están en que este desequilibrio comercial fundamentalmente se da por un ingreso de bienes importados que están destruyendo trabajo argentino. Otra vez esto que ya se ha vivido en nuestro país, y está reconocido por la misma discusión que se está dando a nivel global donde lo que predomina es el proteccionismo; las economías están cerrando, hay una cierta desglobalización comercial, entonces este autismo que muestra el gobierno que frente a este mundo nos abrimos, o queremos hacer un acuerdo con la Unión Europea, queremos entrar a la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) y liberalizar todo más. Estas son las señales que a mí me preocupan seriamente, de cómo pueden ir condicionando el futuro de la economía argentina para plantear otras alternativas de desarrollo con inclusión que sean viables en el país.

¿Cómo vislumbra el 2018, un año sin elecciones donde va a bajar la obra pública y va a aumentar la inflación?

Este año la inflación va a ser menor que la del año pasado, si bien va a estar por encima de lo que proyectan con esta revisión del 15%. Creo que como bien usted plantea este no es un año electoral y que el año pasado se creció menos del 3% gracias a que el gobierno puso toda la carne en el asador para las elecciones. Se llegó al punto máximo expansivo en octubre y después, se empezó a desacelerar y a enfriar bastante la economía porque le metió mucha pata a la obra pública y después le saco el pie del acelerador. Y para este año está proyectado en el presupuesto que no va a tener un rol tan dinámico la obra pública y por el otro lado, si el año pasado se creció es porque en las paritarias se negoció una pauta que en la mayoría de los casos le ganó a la inflación, estoy hablando del sector formal de la economía, no del sector informal. Entonces fue gracias al consumo. Y cuando uno piensa por qué este año vamos a crecer más que el año pasado la verdad es que no tiene asidero eso, porque si no se recupera el salario va a ser muy difícil crecer este año y la verdad es que están con todas las fichas para tratar de disciplinar a los trabajadores. Esta propuesta de reforma laboral, con todos los funcionarios diciendo que el aumento no sea más del 15%, sabiendo que la inflación va a ser mayor, o sea que va a haber pérdida salarial. Uno tampoco tiene que ser ingenuo de la persecución que se está haciendo al sindicalismo, si bien es bienvenido que en muchos casos se sinceren situaciones de corrupción hacia el interior de los sindicatos, lo que es cierto es que esto no es casual. Esta persecución tiene que ver con una descalificación muy generalizada donde están pagando justos y pecadores en contra del movimiento obrero, un movimiento que tendría que resistir no solamente una paritaria como la que está planteando el gobierno, sino que tendría que resistir activamente la reforma laboral, entre otras cosas.

¿Considera que las reformas laboral, tributaria y previsional van a tener algún impacto positivo?

Sería engañarse; y el gobierno no ha dado ninguna razón, más alla de las expresiones de deseo diciendo que estas van ser buenas señales para los inversores. No hay evidencia empírica ni nacional ni internacional que indique que bajar el salario o el costo laboral promueva la inversión y promueva la creación de empleo digno. Sabemos que esto va a llevar a una precarización adicional en el mercado de trabajo y eso lo que va a achatar, en última instancia, es el mercado interno, la capacidad de consumo. Ni hablar de lo que fue la reforma previsional que va a suponer un recorte en las jubilaciones y las asignaciones familiares para el 2018. Eso también supone un recorte en la capacidad de consumo de los sectores más débiles, que están siendo los más castigados con estas políticas. Y por el lado de la reforma tributaria, yo no creo que el problema de la Argentina sea el crecimiento, o que la falta de inversión se vincule al tema de costos, de competitividad como plantea el gobierno. Creo que en primer lugar es muy difícil empardarle la rentabilidad a las Lebacs. El que tiene plata, entre comprar una máquina o poner en las Lebacs; está claro que no hay margen de rentabilidad tan alto salvo en algunos nichos como el que otorga esta bicicleta financiera. En segundo lugar, si no hay demanda nadie arriesga inversión, si no hay un horizonte de crecimiento de la demanda, del mercado interno, sobre todo porque el mundo está complicado, va a ser difícil que las empresas nacionales y extranjeras que de hecho están transfiriendo muchas de sus ganancias al exterior tomen la decisión de hundir inversiones en la Argentina. Lamentablemente se está reeditando esta dicotomía que existe entre el discurso y las condiciones objetivas de la economía subdesarollada como es la Argentina. Toda la política de negocios financieros se está haciendo a costillas de un endeudamiento muy fuerte, y en algún momento esta fiesta se va a tener que pagar.

(*) Fuente: Va con firma

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