Entrevistas

Entrevista al industrial Pyme Federico Cuomo

“En los 90 era el industricidio, hoy es la puja entre la ´Y´ y la ´O´”

(Por Héctor Sosa y Beatriz Chisleanschi (Especial para Motor Económico*)) Federico Cuomo es un industrial de las conocidas como Pyme (pequeña y mediana empresa) que dio sus primeros pasos en el rubro empresarial con una fábrica de hielo la cual cerró y reconvirtió en Agua Tronador.

Convencido de que el “emprededurismo” debe ser una meta que permita emprender cada vez más proyectos colectivos que generen trabajo, Cuomo es un militante incansable. Así fue que se constituyó en uno de los pilares de la Unión Argentina de Jóvenes Empresarios (UNAJE), presidió la Unión Industrial de Avellaneda y es uno de los impulsores de la recientemente lanzada Riel (Red de Industriales y Emprendedores Laudatistas).

“Lo que nosotros tratamos es hacer una ruptura cultural que tiene que ver con mantener cierto status quo pero a la vez, ir a las cámaras y comenzar a organizarnos de acuerdo a un criterio”.

¿Cómo sería en este momento socio-político “la estrategia” para las Pymes?

La organización. Participación y Organización. Para mí la respuesta es esa, porque, ¿cuál es la lógica en una cámara empresaria? Cuando yo digo que los empresarios no tienen vocación política-empresaria tiene que ver con esto. De la única manera que vamos a lograr ese objetivo es llenando de empresarios las cámaras, organizándolos y generando nuevos dirigentes con una nueva escala de valores. Y lo digo desde la experiencia personal, yo estuve cinco años al frente de la Unión Industrial de Avellaneda y dupliqué los socios. Mi frase de cabecera es “Res non verba”, hechos no palabras. Es un trabajo generacional donde hay que entender que el presidente de una cámara es el “Primus Interpares”, no el jefe.

¿Existe un grupo generacional que no está contemplado por las políticas anteriores?

Ese grupo generacional es un grupo en formación. Tiene idea respecto a la importancia de la capacitación de un mundo como el hoy y sí consideran que deben construir su propio mensaje como Pymes. El 60% de las empresas que nacieron están lideradas por personas menores de 45 años y más de la mitad son mujeres.

En estos últimos años se han incorporado muchos dirigentes en varias cámaras y eso fue responsabilidad de mi generación. Pero hay un valor no menor, el recambio y esa es una ardua discusión entre nosotros.

¿Y cómo se llega a formar dirigentes?

Hay muchos jóvenes que lamentablemente tienen una visión acomodaticia en la dirigencia y no es mi esquema. Yo creo que los procesos que han liderado las juventudes nunca vinieron articulados desde el estado y ese es el esquema que tenemos que buscar. Nosotros estamos armando un espacio que nos permita sentarnos a discutir una vez por mes, tres horas, sobre política internacional, o sobre cuáles son las movidas políticas que hacen los grandes grupos en las cámaras. Y esto no es menor, porque ellos están pensando las 24 horas y nosotros entre el depósito y la cámara nos quedan 10 minutos para hacerlo. Y algo fundamental, es la responsabilidad del aporte. El empresario ve como una pérdida poner plata en las organizaciones y la verdad es que cuando vos ponés, retirás mucha más.

¿En una sociedad cada vez más individualista, cómo se hace para que estos jóvenes entiendan la importancia de la organización, inclusive en beneficio de sus propias Pymes?

El 13 de marzo de 2013 se eligió un Papa que es un gran inspirador. Desde ahí lo que hago es anclar a un montón de jóvenes a quienes los motivo para que lean al Papa Francisco para luego traducirlo a nuestra organización. El individualismo no es una cuestión del empresariado, ni es un proceso argentino, es una cuestión mundial y creo que el Papa lo está contrarrestando.

Las nuevas generaciones de las grandes familias argentinas son muy interesantes y adhieren mucho más a las cosas que nosotros decimos que lo que muchos creen, y esa es una boca de esperanza. Pero la pelota está de nuestro lado, nosotros tenemos que ser creativos e inteligentes para que esa gente siga estando acá.

En un mundo donde los procesos son más vertiginosos y más dinámicos, ¿qué tiempo hay para la reflexión y la capacitación y para entender los procesos de comunicación? ¿Cuáles son los canales que deberían construirse?

A pesar de lo vertiginoso hoy tenemos a las redes sociales y yo soy un gran defensor de ellas porque he sumado mucha gente desde ahí. Sin duda la estrategia comunicacional nuestra tiene que pasar por esas herramientas, porque además son más democráticas. Lo vertiginoso, si sos más o menos inteligente lo aprovechás, mostrás una placa o un videíto de un minuto e inspiras a alguien a ser dirigente. A mí lo que me preocupa es crear y que nazcan cada vez más dirigentes.

¿Te referís a la formación de cuadros políticos?

Totalmente. Nosotros arrancamos la Juventud Empresaria Argentina el 10 de diciembre del 2001, la segunda reunión la suspendimos porque se cayó el gobierno. Arrancó un 10 de diciembre porque es el día de la democracia y yo creo que a más Pymes, más democracia.

En una entrevista anterior definiste a los años 90 como un “industricidio” ¿hoy que sería?

Creo que el “hoy” cambió el 8 de noviembre con el triunfo de Trump, más allá de las barbaridades de lo que él encarna, porque se volvió a poner en valor el modelo industrial nacional y Estados Unidos en eso es un faro en términos económicos. A ver, yo trabajo para que haya cien Techint o cien Arcor en Argentina, ese es mi interés. Si logramos eso eliminamos la pobreza. Pero para ello el estado debería articular, y no con propuestas de reconversión como el que plantea el gobierno actual donde sólo llegan a diez empresas por mes. Una cargada. Hoy pasa por la puja de intereses, así como nació un Grobocopatel, o a nivel mundial, un Steve Jobs o un Bill Gates, tenemos muchas posibilidades de lograr conformar un articulado empresarial que defienda el modelo productivo de país.

Para mí es el momento de cambiar las “O” por las “Y”. Veo muchos en el gobierno que son “O”, está el empresariado que no necesita nada, o el atorrante del conurbano. Yo lo que trato de transmitir es que es “Y” el de 28 millones de dólares y el de 280 pesos. En los 90 era el “industricidio”, hoy es la puja entre la “Y” y la “O”.

La “O” o la “Y” lo que conlleva en el fondo es una disputa donde veremos, como plantea el Papa, si gana o no la cultura del descarte.

*Editores de Motor Económico

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