Entrevistas

“La Renta Básica garantiza un umbral de sostenibilidad para alcanzar una sociedad más justa”

(Por Estefanía Cendón) Motor Económico entrevistó a Pablo Sercovich, presidente de la Asociación Civil Argentina en Red, tras su participación en el Foro Global por la Renta Básica organizado el 14 de mayo por el Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (ICEFI), con la coordinación de la Red Latinoamericana de Renta Básica. En la siguiente entrevista compartimos el análisis acerca de los posibles alcances y consecuencias que tendría la aplicación de la Renta Universal en nuestro país.

Argentina en Red constituye un espacio de articulación de organizaciones sociales en defensa de los derechos económicos, sociales y culturales. A su vez, esta Asociación Civil integra la Red Latinoamericana de Renta Básica, institución encargada de coordinar el Foro Global en el que participaron importantes referentes en la materia a nivel mundial. Gabriela Carrera fue la moderadora del encuentro virtual que contó con las reflexiones de Gabriela Cabaña, por la Red Chilena de Ingreso Básico; Leandro Ferreira, presidente de la Red Brasileña por la Renta Básica; Julio Linares, integrante del Enlace Social para la Red Mundial de la Renta Básica, Lourdes Molina Escalante, en representación del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales y Pablo Yanes quien es coordinador de investigaciones de la sede subregional de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).

En su Informe Especial “El desafío Social en Tiempos de COVID-19, presentado el 12 de mayo, la CEPAL propuso avanzar hacia un Ingreso Básico de Emergencia (IBE) de rápida implementación que permita a la población más vulnerable superar los efectos del coronavirus, satisfacer sus necesidades básicas y sostener el consumo en sus hogares. A esto se suma la perspectiva de que el ingreso se extienda en el largo plazo de acuerdo a la situación de cada país. Estas recomendaciones abrieron una serie de debates acerca de su posible aplicación en Latinoamérica.

MOTOR ECONÓMICO: ¿Cómo es el vínculo entre el concepto de Renta Básica y la Pandemia de COVID-19?

Pablo Sercovich: El concepto de Renta Básica no surge a partir de la Pandemia. Es una escuela preexistente e, inclusive, en muchas partes del mundo se han concretado experiencias sobre poblaciones acotadas, con estudios académicos que miden el nivel de satisfacción y de búsqueda de empleo una vez que se percibe este ingreso. A modo de ejemplo, una experiencia importante se logró en Brasil, también en Finlandia, España, Suecia y Dinamarca.

A partir de la Pandemia se toma esta corriente que impulsa la Renta Básica como una solución no sólo a la Pandemia, sino al problema endémico del neoliberalismo que se desprende cada vez más de su fuerza laboral. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) toma esta idea y lo aconseja aplicable a la emergencia producto de la Pandemia.

ME: Inclusive la CEPAL, en su Informe Especial COVID-19, plantea la posibilidad de que la Renta Básica tenga permanencia en el tiempo asociado a la situación de cada país.

PS: Justamente, tomando como referencia los modelos preexistentes, la CEPAL lo convalida como alternativa. Lo que propone es que la Renta Básica debería ser universal: corresponder a todos los habitantes más allá de sus ingresos. También debería ser individual, ciudadana y preservarse sobre la línea de pobreza.

La secretaria ejecutiva de la CEPAL, Alicia Bárcena, propone abordar una primera etapa en la que la Renta Básica sea otorgada a la Población Económicamente Activa (PEA) por fuera del sistema formal de trabajo, para avanzar posteriormente hacia su universalización. Universalización que sería producto de un pacto fiscal capaz de generar los recursos para que todos los habitantes perciban un ingreso que permita sostenerlos por encima de la línea de pobreza.

ME: ¿Cómo surgió la Red Global por la Renta Básica?

PS: Esta corriente, que tiene años, se desarrolló principalmente en Europa producto del cuestionamiento a la cooptación de los estados por parte del neoliberalismo. Poco a poco distintas experiencias corroboraron que la iniciativa de la Renta Básica era viable. De esta manera diversos espacios desarrollados en torno a esta idea se fueron articulando en una Red Global conformada por 96 organizaciones que se extiende a lo largo de todo el planeta, entre ellas la Red Latinoamericana de Renta Básica. Argentina en Red forma parte de este espacio, así como diversas organizaciones de la sociedad civil.

ME: En un reciente encuentro del Foro Global dentro de la propuesta de Renta Básica para América Latina se mencionó la reforma fiscal tributaria como vía para obtener recursos. ¿Cómo sería el abordaje para el caso de Argentina?

PS: Ante todo destaco que hablamos del derecho a la subsistencia que todo Estado debe garantizar. Está claro que los derechos no existen sin los recursos necesarios para hacerlos efectivos, por lo tanto una Renta Básica Ciudadana implica la necesidad de construir un nuevo pacto fiscal tributario que permita su implementación.

En nuestro país ya está planteado el debate sobre el impuesto a las grandes fortunas y, en general, sobre la necesidad de una reforma tributaria progresiva que permita afrontar los desafíos de la Argentina que viene.

ME: Si en primera instancia la Renta Básica es orientada a los sectores más vulnerables ¿Qué sucede con los recursos necesarios una vez que se extienda el beneficio a toda la población?

PS: Según el INDEC 25 millones de habitantes componen nuestra población económicamente activa (PEA) y más del 50% de este sector poseía trabajos inestables en el último trimestre de 2019. Cabe destacar que fueron, precisamente, esos 12 millones de trabajadores precarios quienes se inscribieron solicitando el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE). Este hecho confirma que la Pandemia modificó el concepto de vulnerabilidad a partir del cual se daba cobertura a 1,5 millones de personas a través de la Asignación Universal por Hijo (AUH), el Salario Social Complementario u otros beneficios.

Si este contexto lo solapamos con otros beneficios vigentes, tanto nacionales como provinciales, veremos que no es tan grande la diferencia necesaria para la implementación de la Renta Básica en Argentina. Es perfectamente posible.

ME: El IFE sacó a relucir a aquellos sectores de la población que no están incorporados al mercado de trabajo formal, no están bancarizados y tampoco fueron incluidos en registros sociales actualizados. Teniendo en cuenta estas limitaciones y lo que se ha logrado en el último tiempo para contrarrestar esta situación: ¿Es posible pensar una implementación del Ingreso Básico en el corto plazo?

PS: Diría que no sólo es posible, sino urgentemente necesario para estos sectores que carecen de ingresos en el marco de la cuarentena. La base de datos de ANSES ahora está actualizada gracias a las pre-inscripciones para el IFE. Allí figura la información de todos aquellos que no se encuentran integrados formalmente al mercado de trabajo y serían los primeros beneficiarios de este derecho, pero ya no como una asistencia a la familia, sino a los individuos.

La respuesta por parte de la ciudadanía fue inscribirse masivamente: 12 millones de personas dejaron actualizados sus datos en ANSES por esta vía.

ME: ¿Cómo se estimaría el porcentaje destinado al Ingreso básico en nuestro país?

PS: La CEPAL propone 140 dólares, que son aproximadamente $12.000 por persona, según la canasta básica necesaria en promedio para América Latina. Esta cifra comprende que debe estar vinculado con la línea de pobreza, ya que el objetivo es que esta herramienta es garantizar que nunca más se vulneren en extremo los derechos de la ciudadanía.

Con la Pandemia la economía se concentra y los grupos hegemónicos aprovechan esta instancia para consolidar sus posiciones dominantes. De esta forma se acentúan las desigualdades, por lo que hay que garantizar que nunca más haya hambre en la Argentina. Debemos lograr extender el Ingreso Básico a toda la población como un derecho que pueda ser reclamado al perder el empleo y eliminando, de esta manera, la estigmatización.

ME: La CEPAL también mencionó en su informe la falta de agua, un recurso indispensable en el actual contexto de Pandemia para la higiene personal y del hogar. ¿Cómo se debería complementar la Renta Básica en relación a garantizar servicios elementales como el acceso al agua potable?

PS: La implementación de un ingreso que garantice la canasta básica no exime al Estado de sus otras responsabilidades, menos aún cuando se evidencia su necesaria presencia como garante de derechos. El Estado ya tiene asumida una responsabilidad en términos de asegurar el acceso a una vivienda digna, junto a los Derechos Humanos básicos de Salud y Educación. Se suman a estos derechos un Ingreso Básico para terminar con el hambre en forma efectiva, logrando trasferir recursos para que todos logren resolver su situación.

Desde la Red Global consideramos que la Renta Básica garantiza un umbral de sostenibilidad para alcanzar una sociedad más justa. Hablamos de $144 mil millones que se volcarían mensualmente al consumo interno posibilitando tanto el sostén como la creación de nuevos puestos de trabajo en distintos sectores de la economía formal. También permitiría direccionar gran parte de estos recursos al desarrollo de la economía social y cooperativa. Es así como se logra encadenar la renta básica con la promoción estratégica de una economía sostenible, fortaleciendo el comercio de cercanía o el consumo de productos de estación mediante la gestión inteligente de tarjetas de pago, como es el caso de la tarjeta AlimentAR. Por esta vía podemos evitar su apropiación por parte de las grandes cadenas concentradas de distribución de alimentos, las empresas energéticas o de telefonía que son, como hemos visto, los principales tomadores y fugadores de divisas del país.

ME: ¿Por qué debería ser individual la Renta Básica?

PS: Si hablamos de un ingreso de $12.000 hay que considerar que en un hogar de 4 integrantes, con 2 adultos, estos adultos sostienen a menores de edad. Dentro de un núcleo familiar sería insuficiente si se piensa en conjunto. También debería ser individual no sólo por una cuestión monetaria, sino por una perspectiva como es la de empoderar a todos los integrantes de la familia. En el caso de la problemática de género sería clave para la mujer de esa familia disponer de sus propios recursos y de la libertad de tomar sus decisiones. De igual forma sucede con las políticas de cuidados, el trabajo reproductivo que no es remunerado.

ME: ¿Cuál es su opinión respecto a las corrientes que plantean el Trabajo Universal incentivado por el Estado como alternativa a la Renta Básica, ya que sostienen que esta última genera “estigmatización social”?

PS: Afortunadamente la Pandemia terminó con esa estigmatización, ya que todo quien no es esencial se convirtió en vulnerable y, a diferencia de lo que puede creerse, la implementación de una Renta Básica no significa el abandono de la búsqueda de empleo formal con el que se obtienen mayores ingresos. Las experiencias y estudios realizados indican que todos los beneficiarios mantuvieron sus trabajos o continuaron su búsqueda pero que es el mercado de trabajo, tal y como lo conocemos, el que resultó insuficiente para garantizar un ingreso digno a la PEA. Y todo indica que va a empeorar: ya sea en el sector privado o público el trabajo es insuficiente.

La Pandemia nos permitió revalorizar y rejerarquizar el papel de los Estados Nacionales y entendemos que deben profundizar la implementación de sus políticas públicas para garantizar aquellos derechos que fueron precarizados por los procesos neoliberales. La coyuntura actual hace que estemos en condiciones de reclamarlo y desde la Red Latinoamericana intentamos analizar e interpretar cómo impactaría la Renta Básica en todos sus aspectos, ponderando el bienestar de las personas, sus expectativas de futuro y su felicidad. Análisis como estos no se contemplan dentro de la lógica del libre mercado, pero resultan fundamentales para el ser humano. En este sentido, también debemos evaluar cómo impactaría la Renta Básica en la promoción del trabajo para quien quiera contratar un trabajador que tenga sus necesidades básicas cubiertas. La Renta Básica podría acompañar los procesos económicos en todos los países de la región.

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