Medios y comunicación

2019, mucho por hacer

De los diarios de Yrigoyen a las TIC´s de Mauricio

( Por Néstor Piccone (* ) Para pensar la Comunicación de un próximo gobierno popular no está de más hacer un recorrido histórico del impacto que los Medios de Comunicación, el avance tecnológico y el poder real tuvieron en los gobiernos democráticos argentinos.

Si bien los diarios comenzaron a desarrollarse en el siglo XIX, fue en el gobierno de Hipólito Yrigoyen donde se desplegó la prensa gráfica en todo el país. Con el peronismo las radios vivieron su apogeo. Desde la agencia nacional de noticias Telam a las 40 emisoras de Radio Nacional fue el gobierno de Juan Perón el que dio comienzo a la era de la televisión, con la inauguración del Canal 7, en 1951. Raúl Alfonsín tuvo la oportunidad de aprovechar esa evolución a través del manejo de los canales de Capital Federal reconocidos por su alcance nacional. Alfonsín tuvo el control de los canales 9, las pantallas del 11, del 13 y la televisión pública.

Ese signo cambió con Carlos Menem. Bajo el modelo neoliberal global Menem renovó la privatización de los canales y radios, que en la década del 60 se habían instalado como parte de una radiodifusión atada al capital extranjero y a las grandes cadenas estadounidenses. Fue el momento de la aparición del Grupo Económico Integrado y los Multimedios, tiempo en el que Clarín adquirió una posición dominante manejando diario, revistas, libros, librerías junto a canales de televisión abierta y radios y las 350 emisoras de televisión por cable, con el control de la transmisión del fútbol de primera división.

A mitad del mandato de los Kirchner ya con Cristina Fernández en el gobierno, tras el enfrentamiento con la estructura de producción sojera que alió a pequeños y medianos productores con grandes firmas exportadoras, el gobierno entendió que algo tenía que hacer para ordenar el espacio radioeléctrico y entonces convirtió en política de Estado una discusión que hasta ese momento estaba encerrada en las universidades, los sindicatos de la comunicación y los miles de medios alternativos conocido bajo el fenómeno de las FM. En ese momento nació la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, en un proceso de participación popular y social inédito. Ante el avance tecnológico y sobre el final de su mandato Cristina Kirchner avanzó con la Ley de Argentina Digital. Ambas leyes tuvieron una aplicación que quedó inconclusa, por desconocimiento o impericia de quienes debían aplicarla.

Mauricio Macri, empresario que desde Socma en los años 80 introdujo la telefonía móvil en Argentina, avanzó en la transnacionalización de la comunicación. Sin respetar reglas prescritas abrió el sistema comunicacional a los nuevos dueños del poder comunicacional mundial: Google, Amazon, Facebook-Wahtsapp, Apple. Clausuró el incipiente avance tecnológico y de soberanía iniciado por el gobierno anterior, con el sistema satelital de ARSAT, y si bien Iluminó la Red Federal de fibra óptica dejó a la deriva la Televisión Digital, un servicio gratuito y universal.

Macri desmanteló los Medios Públicos fundados 70 años antes y a través de una planificada persecución económica y política logró neutralizar o cerrar, medios audiovisuales y gráficos como C5N, Radio Del Plata, América, El Mundo, Tiempo Argentino. Y por vía del manejo monopólico del precio del Papel para la Prensa avanza sobre los centenarios diarios provinciales y regionales fundados en la época de Hipólito Yrigoyen.

El Macrismo tuvo una política comunicacional integral, atada al negocio tecnológico, al manejo del bigdata y la inteligencia artificial demostró un conocimiento que no tuvieron los gobiernos anteriores.

HACIA FUTURO

  1. MINISTERIO DE COMUNICACIÓN. Para entenderse con este complejo entramado que va de la industria satélital a las radios comunitarias y de pueblos originarios; que contiene sin reglas claras empresas nacionales con extranjeras de pretensión hegemónica y posición dominante, un Estado Popular deberá contar con un Ministerio de Comunicación. Ministerio que, articulado con los de Cultura y Educación, promueva un dinámico proceso de alfabetización digital para el uso universal de las nuevas tecnologías. La introducción de nueva tecnología, un sistema indetenible en la realidad actual, además de ser accesible a toda la ciudadanía deberá estar al servicio de la creación de fuentes de trabajo y mantenimiento de las actuales a partir de la participación de los trabajadores y sus organizaciones de representación con una articulación entre los Ministerios de Trabajo y el de Ciencia y Tecnología. La Comunicación entendida en toda su extensión, desde las múltiples plataformas de distribución a la producción de contenidos, es un problema de Estado y de soberanía.

  2. LEY DE CONVERGENCIA TECNOLÓGICA. Tomando el modelo de construcción de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual con la participación efectiva de todos los sectores involucrado manera debería avanzar en la construcción de una verdadera Ley de la Convergencia Federal que permita el acceso a todos los ciudadanos al uso de las nuevas tecnologías.
  3. INTERNET SERVICIO PÚBLICO. Para comenzar, una de las primeras medidas a adoptar tiene que ver con Internet. El acceso a la información es un derecho humano. Internet como la luz, el gas y el combustible son un bien social. Por lo tanto debe ser declarado como servicio público con tarifas reguladas por el Estado. El primer paso para acceder a un derecho es garantizar que la falta de recursos económicos no sea un impedimento para el libre acceso.

***Un gobierno popular no debería caer en la ingenuidad de creer que el problema de la comunicación es Clarín. Un dato que no siempre se tiene en cuenta: los decretos macristas no derogaron los artículos que dieron legalidad a los medios populares, cooperativos y universitarios. Y tampoco demolió el concepto de que la Comunicación es un derecho humano, concepto con el cual la Ley de Medios rompió con la tendencia de creer que las plataformas, las herramientas y la tecnología son un derecho del sector privado.


(*) Psicólogo, periodista, integrante de Codehcom.

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