Medios y comunicación

Por TavoCibreiro

Góndolas invasoras vs producción nacional.

(Por TavoCibreiro (*) ) En 2019, el trapero puertorriqueño, BadBanny, se transformó en el artista más escuchado por los y las argentina en Spotify, la plataforma musical con mayor cantidad de usuarios en nuestro país y el mundo. En poco tiempo, y a partir de un catálogo extenso, ecléctico y de acceso sencillo, logró superar ampliamente los 200 millones de suscriptores activos. Desde su expansión, la industria discográfica debió abandonar su rígida estructura y enfocarse en los cambios promovidos por el nuevo escenario volátil.

Sin dudas, el ya habitual acceso a internet y la explosión de los teléfonos inteligentes multiplicó, no sólo la necesidad de tener muchas melodías disponibles a un clic de distancia, sino también, la fatiga de escuchar discos completos.

Hoy, paradójicamente, las canciones se alquilan, no se compran. Algo similar ocurrióen el rubro televisivo. El “te veo cuando quiero” (ondemand) rompió la cadena de valor y reconfiguró las demandas del mercado. En consecuencia, los televisores se llenaron de “góndolas” desbordas de películas, series y documentales foraños, sin identidad ni regulación nacional.

Paralelamente,las hegemonías culturales encontraron una excelente herramienta para potenciar sus alcances, olvidando singularidades y, entro muchas otras cuestiones,afirmando aún más su centralidad. En Argentina, por ejemplo, la producción monopolizada por el centro (Buenos Aires) relegó – y relega – los materiales pensados, e imaginados, en el resto del país. Con el arribo de las multinacionales de streaming audiovisual, esa lógica se repite a escala mundial.

Ahora, los productos locales y latinoamericanos hallan poco espacio donde mostrarse y quedan enterrados en los buscadores virtuales. Además, y como si ya aquello fuera poco, la convergencia tecnológica aceleró la escalada, derribando las fronteras preexistentes y transformando lo heterogéneo en homogéneo.

Hace algunas semanas, por otro lado, el congreso argentino sancionó la esperada “Ley de Góndolas”, enviada por el oficialismo nacional durante los primeros días de Febrero.

Con este instrumento administrativo, estableciendo máximos y mínimos, el gobierno intentará regular la formación de precios y la distribución de los alimentos que conforman la canasta básica. En esa misma dirección, aparte de vigorizar el mercado interno, se fomentará el ingreso de pymes y de empresas no monopólicas a las principales cadenas de supermercado del país. Sin lugar a dudas, esta decisión clara y contundente por parte del estado, no existe, lamentablemente, en la industria del entretenimiento. Allí el mercado decide quién puede participar,quien noy cómo hacerlo. El derecho a la comunicación casi no existe. En momentos de digitalización de contenidos y góndolas audiovisuales globalizadas, resulta impostergable un cambio de actitud por parte de los organismos oficiales. La soberanía cultural, al igual que la alimentaria, deben ser prioridad. Visibilizar nuestra concepción del mundo implica motorizar el fuerte ingreso a esos andenes de información; Sin olvidar, claro, la pluralidad, la diversidad y la creación de empleo genuino. **

(*) Comunicador popular. Periodista. Integrante de Ucaya y colaborador de Motor Económico

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