Medios y comunicación

Guerras comerciales de quinta generación

Google suspende negocios con Huawei y deja a sus teléfonos sin actualizaciones de Android

Los equipos de la compañía china no tendrán acceso a la tienda de aplicaciones de Google Play ni a herramientas como el correo electrónico Gmail/ Google suspendió los negocios con Huawei que requieran la transferencia de productos de hardware y software, según informó la agencia de noticias Reuters que cita a una fuente cercana.

Esto quiere decir que los teléfonos de la compañía china dejarán de recibir las actualizaciones del sistema operativo Android y no tendrán acceso a la tienda de aplicaciones de Google Play ni a herramientas como Gmail.

La decisión se da luego de que el gobierno de Donald Trump incluyera el jueves de forma oficial a Huawei en una lista negra comercial, estableciendo de inmediato restricciones que complicarán mucho que el gigante tecnológico pueda hacer negocios con compañías estadounidenses.

Trump acusa a la compañía china de ser riesgosa para la seguridad nacional y dijo que tomaba la decisión para proteger al país "de los adversarios extranjeros que están creando y explotando cada vez más las vulnerabilidades de la infraestructura y los servicios de tecnología de la información y las comunicaciones en Estados Unidos".

De acuerdo con el reporte, tras la decisión de Google la firma asiática aún tendrá acceso a los productos con licencias de código abierto, es decir las aplicaciones que pueden ser modificadas y compartidas porque su diseño es accesible para todo el público. Sin embargo, Google dejará de prestar colaboración y respaldo técnico a Huawei para sus servicios. Esto implica también que los teléfonos no contarán con los parches de seguridad mensuales por lo que su sistema quedaría vulnerable a ataques con malware.

Un posible escenario para Huawei sería crear su propio sistema operativo, sin embargo, sería una decisión que los dejaría en desventaja pues de todas maneras no contarían con las principales aplicaciones que están disponibles en Google Play Store.

Los detalles de los servicios específicos continúan siendo discutidos a nivel interno en Google, propiedad de Alphabet.

Ante este panorama, es posible que Trump esté usando a la compañía como ficha de cambio en la negociación con Pekín para que acceda a sus requerimientos comerciales. Las dos mayores economías del mundo están embarcadas en una guerra arancelaria que las ha llevado a elevar mutuamente los gravámenes sobre sus bienes importados.

La compañía china aún no se ha pronunciado sobre la decisión de Google pero el pasado sábado y antes de que se conociera el reporte de Reuters, el fundador y presidente de la empresa, Ren Zhengfei, había dicho que Huawei está preparada para resistir la presión. "Nos estábamos preparando para esto", dijo a periodistas

Ren afirmó que Huawei seguirá desarrollando sus propios componentes para reducir la dependencia de proveedores externos pues Huawei lidera la carrera en tecnología 5G, pero depende de proveedores extranjeros.

Cada año se gasta 67.000 millones de dólares en componentes, incluyendo 11.000 millones de proveedores estadounidenses, según el diario japonés The Nikkei.

El usualmente discreto Ren, de 74 años, ha saltado a la palestra en los últimos meses coincidiendo con el incremento de la presión sobre su compañía. El pasado militar de Ren y la opacidad de Huawei han despertado sospechas en algunos países de que existen lazos entre la empresa y los militares y servicios de inteligencia de su país.

Las agencias gubernamentales estadounidenses ya tenían prohibido comprar equipamiento de Huawei. "No hemos hecho nada que viole la ley", se defendió Ren, estimando que las medidas estadounidenses tendrán un impacto limitado. "Se espera que el crecimiento de Huawei se ralentice, pero sólo ligeramente", afirmó, según The Nikkei.

"No cambiaremos nuestra gestión a petición de Estados Unidos, ni aceptaremos vigilancia, como hizo ZTE", aseguró, refiriéndose a otra de las compañías chinas que está en la mira de Washington.

ZTE casi se fue a la quiebra el año pasado cuando prohibieron a las empresas estadounidenses venderle componentes vitales, pero Trump anuló la decisión a cambio de una multa de 1.000 millones de dólares y la supervisión del departamento de Comercio de Estados Unidos.

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