Por TavoCibreiro (*) : "el estado debe garantizar la pluralidad de voces"
Por más pluralidad y diversidad informativa
( Por TavoCibreiro (* ) ) Desde hace tiempo sindicatos, medios y organizaciones relacionadas con la comunicación no hegemónica vienen trabajando en diferentes propuestas para resolver los problemas históricos del sector. Dentro de esa lógica, las ideas resultantes no sólo resaltan las necesidades básicas insatisfechas durante tantos años, sino también visibilizan, y dejan al descubierto, posturas añejas incapaces de adaptarse a un mundo líquido que modifica su configuración casi a diario.
No obstante, de esa “lluvia” de conjeturas superadoras, sobresale una que apunta al verdadero y, quizás, único problema real de los medios alternativos, populares, cooperativos y PYMES hoy: el financiamiento. Todo el resto, a esta altura de los días, es conversable. Si, capacitaciones, legalidad, alcance, todo es discutible.
Seguramente habrá excepciones, sin embargo, muchas y muchos comunicadores populares han demostrado, con sus productos, estar a la altura de cualquier comparación odiosa. Su capacidad periodística, su buen gusto y su honestidad intelectual ocultan la falta de presupuesto y la inequidad existente con los más poderosos desde casi siempre.
La pregunta obvia es, entonces : ¿qué pasaría con esos trabajos si, además de talento, tuviesen financiamiento? La respuesta es una verdad de perogrullo. En otras palabras, nuestro país padece, en el día a día, las consecuencias de la concentración mediática y cultural, además de la falta de riqueza y abundancia reflexiva.
Como decía, a partir de este diagnóstico conocido, y de aquel torbellino de opiniones comunitarias, surge “la iniciativa para el fomento del pluralismo y diversidad informativa” - una suerte de colectivo de colectivos del ámbito de la comunicación - con una propuesta concreta de financiamiento para los medios no corporativos.
En principio, el proyecto tiene tres ejes centrales, relacionados con una cuarta parte que se desprende del impuesto a los servicios digitales importados (Netflix, Spotify, etc) que cobra el estado desde 2019. Con ese dinero recaudado, la idea es, por un lado, crear un fondo de financiamiento para los espacios no masivos; Y en esa misma dirección, por otro, buscar beneficios impositivos para las empresas que publiciten en los medios mencionados, tener la posibilidad de destinar crédito fiscal a los aportes patronales, beneficio que ya tienen los grandes jugadores del sector (equidad impositiva) y, bajo la órbita de la economía del conocimiento, extender las regulaciones existentes en materia de subsidios y desgravamientos. Sin lugar a dudas, el estado debe garantizar la pluralidad de voces, con las mismas responsabilidades, pero también con los mismos derechos y, fundamentalmente, con idénticas oportunidades. Actualmente, el desequilibrio estructural dentro del ámbito de la comunicación es obsceno, impune y letal. Bajo este formato, la democracia corre peligro real. Es preciso corregir las desigualdades, profundizando las políticas de fomento y aumentado la participación de la sociedad en general.
(*) Comunicador popular. Periodista. Integrante de Ucaya. Colaoador de Motor Económico y Motor de Ideas
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