
Notas2018/ Medios/ Rovira
Dentro de esta sociedad red, nos trasladamos hacia el dominio pleno y escenográfico de los “paraísos artificiales”
“Según el investigador y activista Javier Toret “existe una diferencia entre la tecnopolítica y el clicktivismo”, en el primero les redes se usan para tomar las calles, el segundo concepto se limita a firmar peticiones virtuales o compartir enlaces en las redes sin hacer nada más”.
(Por Edgardo Rovira(*) Especial para Motor) Son tiempos neoliberales, tiempos donde se exalta lo individual por sobre lo colectivo, donde el discurso hegemónico nos uniforma y acartona dentro de un mundo monopolizado por apariencias asépticas, alejadas de cualquier ideología y conflicto. El macrismo entiende bien ese relato y esa metodología de orden y comunicación, porque Cambiemos es una creación neoliberal.
Con Macri, la hegemonía neoconservadora retoma el control del Estado y desde ese lugar impone límites al discurso, suprimiendo valores y conceptos, condicionando la pluralidad de voces, cuestiona enunciados, porque el neoliberalismo tiene como estrategia central destruir todo lo que al pueblo le representa algo. Cambiemos vuelve aún más ´liquido´ -en el sentido en que lo plantea Zygmut Bauman- el presente que vivimos. Hoy todo es temporario, pasajero, efímero, sin referencias reales y cuestionadas estructuras tradicionales. El neoliberalismo encarnado en el macrismo, lleva como todo proceso de este tipo a la anulación del sentido de comunidad. Lo colectivo y las ideologías se invisibilizan.
La crisis de confianza y legitimidad en casi todas las formas de poder, amplifica el individualismo. La identidad deja de ser algo dado y pasa a ser algo que debe crearse, el territorio donde eso sucede ya no es físico, sino virtual. Hoy en día, son las redes sociales donde construimos nuestra identidad y nuestra comunidad –de followers y likes-. El neoliberalismo busca “naturalizar” su forma y lo hace a través de las redes sociales, por eso el Gobierno Nacional invierte tantos miles de millones de pesos en manejarlas y controlar las redes.
Cambiemos ha logrado asociar las políticas de identidad con el liberalismo hegemónico a través de una narrativa coherente y altamente beneficiosa para sus intereses. La articulación de un discurso emancipador –de una “pesada herencia”-les funcionó de maravilla para acumular voluntades, prometieron un cambio y eso le permitió ganar en 2015 y aún hoy les permite resguardar parte de su poder. Las redes sociales permiten que el macrismo tenga ventaja, ya que controla las plataformas y posee recursos y conocimientos para manipularlos a su antojo.
El neoliberalismo se articula en torno a ciertas nociones sobre la libertad individual y el derecho a desarrollar el potencial creativo. La logística de las redes presupone un individualismo implícito en la construcción de perfiles como registro del capital social, un espacio que reproduce el ordenamiento de afuera, potenciando nuestras características. Dentro de esta sociedad red, nos trasladamos hacia el dominio pleno y escenográfico de los “paraísos artificiales”. Cambiemos trabaja en este campo de interacciones virtuales para cimentar su relato, buscando apropiarse de las fantasías y deseos de los individuos, acomoda su discurso según el perfil al que le esté hablando. Sobre esta idea debemos trabajar en nuestras estrategias comunicativas, para equiparar en parte la discusión. Eso no significa renunciar a consignas populares, bajar banderas o modificar nuestros valores.
El macrismo forma estructura a partir de un sistema de comunicación sólido, sustentado tanto en el sistema público como en el sistema privado de medios
Ningún otro espacio, partido u organización utiliza la comunicación, las operaciones y la desinformación mejor que Cambiemos, en principio, porque es el único Partido que profesionalizó su aparato de comunicación de una manera integral. Pero tengamos en cuenta que la suerte de Macri no depende de lo bien o no que pueda manejar Twitter o Facebook o de las publicidades oficiales que paute en los grandes canales, sino que depende de los proyectos, programas y planes que lleve adelante mientras dure su mandato. Si Macri continúa por el camino del ajuste y el recorte, no habrá marketing político que pueda evitar su caída. Si la situación no mejora y la gente comienza a vivir cada vez peor, el descontento social tarde o temprano va a estallar.Una demostración de eso se vio en diciembre en las movilizaciones y cacerolazos contra la reforma previsional y en otro contexto, en los cantos en las canchas argentinas que se comenzaron a oír hace un mes contra el líder de Cambiemos.
Mientras los medios de comunicación mostraban al Presidente de vacaciones o en alguna reunión protocolar de compromiso;comenzó a oírse en los estadios de fútbol, escenarios de teatros, centros culturales, estaciones de subtes, paradas de colectivos,movilizaciones y manifestaciones sociales una canción que no dejó de crecer y repetirse: “Mauricio Macri la puta que te parió”. De un día para el otro y por medio de las redes sociales que lo viralizaron, ese canto se volvió el #HitDelVerano. Insultar al presidente se convirtió en algo gracioso para todos, pero para algunos damnificados por el sistema neoliberal que representa el Gobierno, una posibilidad cierta de expresar su enojo y rechazo alas políticas de ajuste llevadas adelante por Macri.
Los cantos contra el Presidente rompen la formalidad del discurso dominante, ponen lo correcto en el lugar de lo incorrecto y de esa manera quiebran el blindaje mediático, permitiendo visibilizar el descontento social. Con cada insulto, la imagen del Presidente –que se construyó a fuerza de mentiras y engaños- se destruye. Ese simple hecho saca a Macri de su lugar de confort y derriba el montaje comunicacional construido a su alrededor.Con cada insulto se reafirma una característica negativa del Presidente, como que es un mentiroso o que “gobierna para los ricos”.
No hay que creer que a partir de esos insultos o cantos surja una revolución o se modifiquen conciencias o se construyan sujetos históricos que permitan la liberación colectiva. Apenas son manifestaciones aisladas en un contexto determinado que detonan, breves expresiones que nacen, crecen y mueren en un par de minutos, afectando sólo a los que están ahí en ese momento. Más de la mitad de los argentinos se enteraron de los cantos en contra de Macri gracias a Facebook y Twitter, por eso son importanteslas redes. Pero hay que saber usar las plataformas para sacar el mayor provecho. Según el investigador y activista Javier Toret “existe una diferencia entre la tecnopolítica y el clicktivismo”, en el primero les redes se usan para tomar las calles, el segundo concepto se limita a firmar peticiones virtuales o compartir enlaces en las redes sin hacer nada más. Necesitamos que no seamos clicktivistas, necesitamos tomar las calles.La red sirve para “multiplicar” los acontecimientos, para conseguir “un contagio tecnológicamente estructurado” para movilizar a la sociedad.
La figura presidencial es un símbolo y a los símbolos se los ataca desde lo simbólico y si eso simbólico se relaciona con lo cotidiano el efecto es mucho más fuerte. Por eso les duelen y molestan tanto los cantos, como los hashtag que se usan en las redes para denunciar algún ajuste o el resultado de sus medidas. Alterar el código es más subversivo que destruirlo y desde las redes sociales eso es posible. Los códigos son poderosos recursos simbólicos que enmarcan la información y refuerzan el sistema, si se alteran los códigos replicando cantos o presentando memes, cuestionando consignas, deformando programas, se consigue rompercon el relato y los aparatos represivos. Por eso es tan relevante la batalla que se desarrolla en torno a ellos.
La mediación comunicacional no expresa la complejidad de las representaciones políticas y sociales de la Argentina, o por lo menos no lo hace desde el lado de la oposición política a Macri. Quedan muchas cosas por afuera, hay que aprender a verlas, a analizarlas y sobre todo, a presentarlas en este complejo mundo virtual en el que pasamos gran parte del día. Un cambio en las circunstancias iniciales, por más pequeño que sea, puede alterar la dinámica del sistema y hacer que una canción de cancha o convocar a una actividad por las redes se conviertan en un movimiento imparable.
Por lo que señalar y combatir los aspectos opresivos del programa macrista es parte de toda lucha en red y fuera de la red. El poder neoliberal utiliza el consenso para disimular la dominación, pero no existe ningún consenso en nuestro país, no hay procesos participativos ni discusión entre representantes de los diferentes sectores.
Denunciarlo y habilitar canales de discusión, debate y participación es importante. Romper con la dominación impuesta a través de la dependencia a una serie de dispositivos que conforman la subjetividad es central. Debemos desarrollar el activismo en las redes, resistir a través de esas plataformas. Las redes se han convertido en una arena de protesta y denuncia sin igual. La velocidad con la que viaja la información y la posibilidad de librar la censura mediática posibilitan alcanzar sectores y librar la censura mediática para terminar con tanta dependencia y manipulación. La estructura de las redes conforma una suerte de capital social-activista que bien utilizado permite alcanzar ciertas posiciones de poder en la red.
En las redes sociales los excluidos tienen voz y pueden conformar sus propias redes de influencia. Así se dinamizan las comunidades con la aparición de nuevas identidades, con sus propios patrones de relación que permiten conocer nuevos discursos. Las nuevas tecnologías permiten crear un estado de ánimo colectivo y eso es importante para la movilización. El lenguaje se cohesiona a medida que crece la red. La cohesión ejemplifica un cambio de paradigma y ese cambio posibilita el fin del proceso neoliberal en el país. 2019 no está lejos y con un canto o un flyer no alcanza, hay mucho que hacer si queremos que otro proyecto político gobierne la Argentina.
(*) Especialista en comunicación digital. Asesor en Comunicación Digital Sec. De hacienda de La Matanza. Coordinador de Social Media/Community/Manager de Comunicación/ Poweryuon.TV
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