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ATOM PROTECT: “Creemos que la Ciencia es el camino, sin ciencia y producción no hay nación”

(Por Estefanía Cendón) Motor Económico recorrió las instalaciones de la empresa KOVI, la PyME textil de La Matanza productora de los barbijos “AtomProtect”. Una experiencia que combina innovación y desarrollo a través de la alianza entre el saber productivo, el conocimiento científico y el apoyo de las políticas públicas. “El cambio de la industria argentina es un cambio de composición: las buenas ideas deben acompañarse de la capacidad de transformación para concretarlas, lo que requiere de un Estado presente”, destacó Fernando Peirano, presidente de la Agencia I+D+i, durante la visita.

En el marco de la conmemoración del día de la Industria Nacional, celebrado el 2 de septiembre, acompañamos a las autoridades de la Agencia I+D+i en su visita a la fábrica que produce los barbijos AtomProtect. Los tapabocas de uso social, popularmente conocidos como “el barbijo del CONICET”, son elaborados por la fábrica textil KOVI SRL en una de sus plantas ubicadas en el municipio de La Matanza.

Como se repite en el origen de muchas empresas argentinas, KOVI es una PyME con una historia familiar detrás. “Mi bisabuelo fue uno de los tantos inmigrantes que llegaron en barco a este país. Mi abuelo se encargaba de las ventas, mientras mi abuela cosía en la casa. Mi papá también se dedicó al comercio”, mencionó Alan Gontmaher, dueño de la empresa, en diálogo con el presidente de la Agencia I+D+i, Fernando Peirano, la directora del FONARSEC, Laura Toledo, y el jefe de gabinete de dicho organismo, Guido Giorgi.

Los barbijos AtomProtect no sólo lograron convertirse en un éxito de ventas a través del diseño de un tapabocas que, gracias a la aplicación de nanotecnología en su confección, posibilita la neutralización de virus, hongos y bacterias. La empresa textil abocada a la fabricación de toallas y sábanas, logró evolucionar y reconvertirse al ritmo de la pandemia ofreciendo una serie de productos adaptados a las necesidades de protección y sanitización que la sociedad requiere.

¿Cómo es que una PyME argentina, ante un contexto mundial de falta de insumos médicos y sanitarios, desarrolló una experiencia de este tipo en plena pandemia? “Para que AtomProtect se convierta en el proyecto que es hoy intervinieron distintos actores. La asociación con el Conicet, la UBA y la UNSAM nos aportó los conocimientos científicos necesarios, sumado a una PyME con ganas de crecer, aportar y arriesgarse. Básicamente creímos que esto era posible”, explicó Gontmaher.

Al saber productivo y el conocimiento científico se suma un tercer elemento indispensable: las políticas públicas. Cabe destacar que KOVI, textil con 30 años de trayectoria abocada a la producción de toallas y sábanas, fue seleccionada en el marco de la convocatoria IP COVID-19 impulsada por la Agencia I+D+i junto al Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación y el CONICET. El objetivo de esta convocatoria fue destinar proyectos de investigación, desarrollo e innovación orientados a mejorar la capacidad nacional de dar respuesta ante la COVID-19.

“De esta empresa nos llevamos algo más que un barbijo: nos llevamos un modelo de trabajo donde el conocimiento, la universidad, las fábricas y el Estado se pueden encontrar. El verdadero emprendedor no es quien nada contra la corriente, sino quien sabe integrar las distintas piezas de nuestro sistema de innovación”, destacó Peirano. *

Industria nacional

Desarrollar AtomProtect a gran escala implicó un gran desafío, con la incorporación de personal, nuevas maquinarias, procesos e investigaciones que permitieron mejorar la calidad y eficiencia de los productos obtenidos. Sin ir más lejos, la empresa Koviamplió el número de trabajadores en un 150% y actualmente cuenta con más de 100 empleados.

“Recuerdo que en agosto de 2020 tuvimos 1.000 pedidos de un día para el otro, cuando aún en esa instancia armábamos paquetes y los señalábamos con un marcador. El cambio fue vertiginoso por lo que tuvimos que generar el área de e-commerce (comercio electrónico)”, detalla Candelaria Guerreiro, desarrolladora de productos en AtomProtect y diseñadora del e-commerce de la empresa.

El crecimiento y reconocimiento social alcanzado por este barbijo encontró en el fútbol argentino un nuevo espacio de visibilización. “ATOM Protect se convirtió en el barbijo oficial de La Liga: estamos donando mensualmente 500 barbijos a los 26 clubes para todos sus planteles. También se destinan 2.000 unidades para la asociación de árbitros y otros 2.000 orientados a los organizadores y demás. Todo el fútbol argentino cuenta con AtomProtect”.

De la mano de la expansión a nivel local también se abren posibilidades de exportación de los tapabocas desarrollados por la empresa KOVI. “Son numerosas las consultas respecto a ventas en el exterior. Muchos países necesitan protección y la variante Delta está golpeando fuerte en múltiples lugares, lo que no es algo menor. Se abre una ventana interesante para poder exportar productos argentinos”, destacó el dueño de la PyME, quien también confirmó que se encuentran en diálogo con países como Estados Unidos, Perú, Uruguay, Paraguay, España, Italia y Alemania, interesados en la adquisición de sus productos.

Innovación al alcance de los argentinos

Si bien el proyecto fue exitoso desde el comienzo, las nuevas investigaciones, desarrollos y certificaciones alcanzadas permitieron efectivizar los procesos y lanzar al mercado nuevos productos. “El Alcohol en crema de la línea de AtomProtect surgió de la observación de la realidad: una persona con diabetes se higienizaba las manos con sanitizante a base de alcohol y luego se aplicaba crema de manos para evitar lastimarse. Generamos así un producto para sanitizar y humectar a la vez asociando el alcohol a la crema”, ejemplificaron durante el recorrido en la empresa.

Cabe destacar que recientemente AtomProtect adquirió la certificación internacional que confirma que su textil tratado con nanotecnología es eficaz contra la variante Delta de la Covid-19. “Creemos que la ciencia es el camino. Seguir investigando entre todos es el futuro para los argentinos porque sin ciencia no hay nación. Actualmente nos estamos focalizando en desarrollar textiles biocidas. El próximo mes estaremos lanzando toallas, sábanas y repasadores bactericidas. También estamos trabajando en telas repelentes de mosquitos, para que la sociedad pueda estar al aire libre más cuidada y contribuir a combatir el dengue, un problema serio en nuestro país hace años”, enumeró Gontmaher.

Estado presente

Actualmente la Agencia I+D+i administra 8.000 proyectos con la evaluación, estructuración y seguimiento que cada uno requiere. La Agencia fue pensada hace más de dos décadas como un espacio orientado a la promoción, que busca aliviar el riesgo tecnológico y el costo de hacer innovación en la Argentina. “Alentamos la investigación científica desde una perspectiva aplicada. Trabajamos con empresas, en especial las PyMES, que presentan propuestas como las de KOVI”, expresó Toledo.

“Queremos que sepan que en este gobierno hay gente que los va a escuchar. Hay cosas por cambiar y mejorar, como es el aspecto regulatorio y la protección a las buenas ideas. Nos quedamos con esta agenda de trabajo donde la misión es combinar inversión con innovación”, destacó Peirano

Agregó: “El cambio de la industria argentina es un cambio de composición. Hay que lograr una alianza entre actores: las buenas ideas deben acompañarse del management, la capacidad de transformación para concretarlas, lo que requiere de un Estado presente”.

Con respecto a la experiencia de AtomProtect, el presidente de la Agencia I+D+i reflexionó: “A esta PyME familiar la pandemia los sorprendió, como a todos, pero no los confundió. Sabían muy bien por dónde salir. El saber productivo, el conocimiento científico y el apoyo de las políticas públicas lograron una metamorfosis fabulosa: que lo complejo de transforme en algo simple, sin perder potencia. Que lo exclusivo sea para todos”.

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