Motor Pymes

Por Raúl Hutín

CORTINA DE HUMO, PERO QUE PUEDE SER VENENOSA

( Por Raúl Hutín (*) / Especial para Motor) Con mucho despliegue mediático se informó sobre la firma del acuerdo Mercosur-Unión Europea, que de hecho se viene intentando cerrar desde el año 1.999. Lágrimas de alegría de los negociadores argentinos y declaraciones rimbombantes de los europeos encuadraron la escena. La realidad es bastante contrapuesta, ya que solo se firmó un nuevo avance para que en el término de seis meses se pueda consolidar dicha unión.

Esta reúne tres partes fundamentales: Política, comercial, e institucional. De hecho a nivel general, todavía no ha entrado en la verificación legal del mismo, lo que en la práctica llevaría meses. Más allá que, más luego necesita ser traducido a los veinte idiomas de los distintos países firmantes, aprobado por cada una de las legislaturas y recién entonces se podrá poner una fecha de puesta en marcha real del acuerdo.

Las entidades PYMES en su conjunto, rechazamos enfáticamente su firma y el avance de las negociaciones y así se lo hicimos saber a los Diputados y Senadores que en su momento nos recibieron para su discusión. Aclarando, que en ninguna de estas participaron los representantes del oficialismo. Si se hizo presente el Secretario Pyme que poco pudo agregar ya que las negociaciones se consideran “secretas”. Los motivos del rechazo, basado en el poco conocimiento que nos brindan los negociadores, se basan en lo siguiente:

1) No hay ningún estudio sobre el impacto que este acuerdo tendrá sobre las distintas economías, sobre el trabajo y sobre la condición ambiental.

2) No se contemplan las asimetrías de potencia y desarrollo, tanto en lo tecnológico como desde lo financiero, entre uno y otro componente del acuerdo. Es como si: Imaginemos un partido de futbol y los europeos jugasen con profesionales y a nosotros no nos permitieses poner jugadores de más de diez años. Aseguro que esa es la inter-relación más exacta.

3) No está claro el sistema de verificación de “Normas de origen” y cuál es el grado de integración de producción europea para considerar al producto exportable como tal. Si esto no queda claro, vendrán zapatos, carteras, prendas, electrónica, etc., etc. fabricado en los países con mano de obra semi-esclava, le pondrán la etiqueta italiana, francesa o española y entrara por este acuerdo de libre comercio. Ya pasamos por esta experiencia y sabemos que es muy difícil su verificación.

4) No está claro que pasa con el “Compre Nacional”, con la contratación de la obra pública, arma fundamental para la reactivación de la economía y para el manejo de las políticas públicas de trabajo y crecimiento. Si las empresas europeas podrán actuar bajo el mismo status, no solo por las lógicas asimetrías, sino por volumen destrozaran a las locales y será un nuevo flujo de divisas hacia el viejo continente sin dejar nada a cambio.

5) No está claro cuál es la ventaja de un acuerdo con semejante inequidad, ya que experiencia de otros países firmantes de acuerdos similares (y son muchos) muestran que el déficit comercial que produjo en sus economías es terrorífico, sin agregar ni conocimiento ni inversiones.

6) No queda claro cómo puede avanzar el Mercosur en el área tecnológica, si prácticamente Europa se hace “dueña” de todas las patentes y de la forma en que se producen las distintas manufacturas, con lo cual volvemos para atrás un siglo, dejándonos solo la posibilidad de exportar materias primas básicas y comprándoles todo tipo de productos manufacturados.

7) No está claro que en los productos agro-ganaderos, donde si tenemos ventajas
comparativas, se pongan cupos y para los productos manufacturados, donde las ventajas son de la UE, sea de libre exportación. Pero lo más complicado Y QUE NO SE ACLARA, son a que controles bio-sanitarios y sobre que normas, podrán ser sometidos nuestros productos alimenticios. Tanto que esto puede dar lugar a barreras para arancelarias de hecho y no de derecho.

8) No está claro que el sistema de transporte de los productos y la navegabilidad por los ríos internos de los países de la región, tenga carácter comparativo, ya que contamos con una flota reducidísima y profundamente atrasada tecnológicamente para competir de igual a igual. Muchos criollos bien habidos dejaron su sangre en la Batalla de Obligado tratando que los buques ingleses y franceses no avanzaran por nuestros ríos, para ahora regalarles todo en bandeja de plata.

9) No está claro cuál será el balance neto de inversiones europeas como resultado del acuerdo. De hecho, para la integración de cada país en la Unión Europea, esta puso el capital necesario y suficiente para la nivelación de las condiciones de competitividad, mientras que aquí, las mismas se vienen deteriorando año a año y sobre esta realidad nos invitan a negociar. Una empresa europea cuenta con una financiación para la exportación a tasa prácticamente cero, con un plazo de hasta un año, mientras aquí estamos pagando tasas del 75% anual. Pagamos por exportar $ 4 por dólar, mientras otros países tienen reembolsos.

10) No está claro como las economías regionales, ejemplo: vinos, quesos, azúcar, te, miel, etc. o los productos industriales con valor agregado puedan competir con la escala reducida que venimos soportando. Sabiendo que la cantidad hace al precio y a la vez a la calidad final del producto.

Soólo son algunas de las dudas que nadie, desde las más altas instituciones del país se encargó de aclarar y que significarían miles y miles de puestos de trabajo perdidos y miles y miles de pequeñas y medianas empresas con años de experiencia tiradas al cesto de una Integracion por demás inequitativa en estas condiciones y bajo este perfil político.

Las nuevas autoridades deberán encargarse de poner las cosas en su lugar. Hay tiempo para ello, nada de esto es perentorio. Sabemos que con yuyos cualquiera es brujo, pero nuestra región, hoy por hoy, cuenta con dos palitos y eso no alcanza para pelear mano a mano con las mayores economías del mundo. Recapacitemos por favor

(*) Empresario Pyme, sector textil.

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