Motor Pymes

Hay 13.000 pequeñas y medianas empresas en riesgo de entrar a terapia intensiva

Hay 13.000 pequeñas y medianas empresas en riesgo de entrar a terapia intensiva. La contracara de eso: otros 300.000 puestos de trabajo en jaque. Por otro lado, según el Indec la Utilización de la Capacidad Instalada industrial llegó al 57,7% en marzo, nueve puntos porcentuales menos que el mismo mes de 2018.

Los resultados surgen de una encuesta que realizó el Observatorio Pyme que depende la Universidad de Bolonia y que sigue muy de cerca todos dueños de las fábricas locales como Techint, Arcor, Aceitera Deheza, Acindar y muchas otras que pisan fuerte en este sector que acaban de protagonizar una nueva caída del nivel de actividad, de acuerdo al Indec del 13%.

Los esbozos de recuperación que asomaron en las grandes industrias en marzo volvieron a marchitarse fuertemente y, así, dejaron los atisbos recuperación nuevamente lejanos en el horizonte. Por ejemplo para la Unión Industrial (UIA), que conduce Miguel Acevedo, 2019 sería otro año perdido con una caída anual cercana al 3% o 3,5%.

De acuerdo con este último relevamiento, el observatorio que conduce Vicente Donato, reveló que 4 de cada 10 pymes está actualmente amenazada por la competencia de productos importados. Además, el 28% de estas compañías, que emplean hasta 200 personas, (es decir un poco menos de un tercio de las empresas del sector) perdió participación en el mercado local debido a la competencia de importados. Es decir que el 68% de las pymes hoy confiesa tener un problema grave de ventas en el mercado local.

Este dato que alerta desde la perspectiva de la generación de empleo, no sólo a este Gobierno sino al que vendrá (sea cual fuere). No es casual que, por ejemplo en la reunión que hoy tendrá la mesa chica de la CGT timoneada por Héctor Daer y Carlos Acuña la pérdida de puestos de trabajo en el sector privado sea determinante para votar a favor o en contra de un nuevo paro general, esta vez de la central de Azopardo. Las bases presionan allí tanto por las suspensiones en automotrices y alimenticias como por las suspensiones de horas extras y de nuevos turnos en general.

Datos de Anses, interpretados por Daniel Arroyo, revelaron que ya de planes sociales para poder comprar alimentos. Los fondos de dinero para contención social éste y el próximo año también estuvo en la verba que los dirigentes sindicales le dispensaron ayer al representante del Fondo Monetario en la Argentina, Roberto Cardarelli. Un técnico del FMI de línea pero italiano en sus orígenes al fin con lo que "simpatiza" con la potencia de las pymes para generar empleo. En la Argentina, ese motor se está apagando.

Siguiente con el Observatorio Pyme, en el quinquenio 2012/1017 más de la mitad de las empresas que emplean hasta 200 personas experimentaron nuevas situaciones competitivas que derivan de cierres de competidores, nuevas empresas nacionales o ingreso de otros jugadores extranjeros. En condiciones de mejor acceso al crédito y mejores condiciones de re equipamiento esto podría ser un dato positivo.

El 21% de los encuestados pymes admitió que cayó la cantidad de competidores en el mercado pero también señaló que no tiene margen para aprovechar esa oportunidad de mercado. No con una tasa cercana al 70%.

13102017-lomanegra.jpg_258117318Loma Negra: Cierra su planta en Barker y habrá 330 despidos Entre las conclusiones del informe este sondeo manifestó que "la prolongación del escenario de estanflación actual seguirá provocando modificaciones en la estructura del mercado industrial argentino cada vez más profundas". También advirtió que "en ausencia de crédito industrial nada asegura que la reestructuración del segmento pyme en curso sea positiva".

Mientras que esas 2 de cada 10 pymes podrían tener la oportunidad de sus vidas entre manos hay otro 33% de pymes manufactureras que experimentaron un incremento entre sus competidores pero en este segmento estarían las compañías más grandes y con más espalda financiera y posibilidades de acceder al crédito. Para el resto, el panorama es desierto puro. También lo será esta herencia para el próximo Presidente, incluso si fuera el actual. Sobre todo porque la inflación núcleo no parece permitirle al Banco Central otra política que no sea mantener las tasas elevadisimas.

Mañana el Indec difundirá la inflación de abril y anunciará otra mala noticia para un equipo económico que volvió a subestimar el movimiento en los precios, siempre ascendente. Lo peor es que la tendencia en mayo tampoco torcería esa curva para arriba.

En mayo ya se suman un incremento de 5% en los combustibles, un 27% en servicios de agua, un 4% en electricidad y un 33% en peajes nacionales, según un estudio realizado por la consultora INDECOM, que proyectó la inflación de abril en 4,2%; lo que acercaría sólo el primer cuatrimestre del año a un 20% acumulado, muy cercano a la meta oficial anual.

Indec reveló los datos de la utilización de la capacidad en la industria

En un contexto de caída generalizada de la actividad y fuerte impacto en la producción industrial, el uso de la capacidad instalada (UCI) en los diversos sectores manufactureros tuvo un nuevo tropiezo en marzo, registrando un nivel de 57,7% al cierre del primer trimestre del año, tras haber llegado en febrero al 58,5%.

Es el peor indicador para marzo en 17 años, al punto que para encontrar un escalón más bajo hay que retrotraerse hasta 2002, en plena crisis post Convertibilidad, cuando el uso del potencial de producción se ubicó entonces en 50,3%.

Según datos del Indec, en marzo la UCI registró un descenso de nueve puntos porcentuales respecto del mismo mes del año pasado. Hay que recordar, sin embargo, que en el primer cuatrimestre de 2018 la economía argentina parecía estar saliendo del letargo. A las pocas semanas se disparó la crisis cambiaria, subieron las tasas de interés y todo entró en un clima de turbulencias.

Entre las doce ramas de actividad relevadas por el organismo oficial sobresale el bajo nivel de utilización de la capacidad instalada en la industria automotriz, con apenas 35,0%, un nuevo retroceso frente al 42,1% que arrojó febrero pasado. El contraste es fenomenal si se compara con el 58,2% de uso de la capacidad instalada en esa industria en marzo de 2018.

13102017-lomanegra.jpg_258117318Loma Negra: Cierra su planta en Barker y habrá 330 despidos Otros sectores con bajos niveles de utilización de su potencial productivo fueron la industria metalmecánica, excluyendo al sector automotriz, con una tasa de 43,1%, la producción de caucho y plástico (48,7%), productos textiles (49,8%) y alimentos y bebidas con 55,7%. En los últimos cuatro meses la producción de alimentos y bebidas se ubicó por debajo del 59% de uso de la capacidad instalada, un nivel inusualmente bajo para esta actividad clave en el entramado productivo argentino.

Sólo cinco sectores tuvieron una mejora respecto del mes precedente, liderados por la industria textil, que llegó al 49,8% frente al 43,2% registrado en febrero, que no obstante, retrocedió respecto del 53,6% de marzo de 2018.

Por su parte, también tuvo un avance el rubro edición e impresión (58,1% vs 52,1% en febrero) y la refinación de petróleo, que llegó al 76,6%. La producción de sustancias y productos químicos, en tanto, registraron una mejora marginal de 0,2 puntos porcentuales el último mes y la metalmecánica sin contar autos, mejoraron en algo más de un punto su capacidad de producción.

Caídas por doquier

Más allá de sectores específicos, los datos de marzo permiten concluir que todos los sectores registraron una baja muy importante del uso de la capacidad instalada respecto de marzo de 2018.

El propio informe de Indec deja en claro que absolutamente todas las ramas de actividad tuvieron un retroceso en el porcentaje de uso de su potencial productivo en relación al mismo mes del año pasado. En el medio, se desató la fuerte recesión, que aún tiene efectos negativos en la producción y el empleo.

Con el presente nivel de capacidad ociosa industrial, es claro que la mayoría de las empresas archivaron sus planes de inversión. La excepción podrían ser nuevas líneas de producción o nuevos modelos y productos que requieran inversiones específicas.

Como fuere, la industria en general atraviesa una fase contractiva, que nadie avizora pueda revertirse durante el año. Los cálculos más conservadores estiman una caída de la producción industrial del 2,5% en 2019.

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