Motor Pymes

Por Raúl Hutin

Las Pymes tenemos que ganar espacios a mordiscones

El empresario textil, Raúl Hutin, secretario de la Central de Entidades Empresarias Nacionales (CEEN), vicepresidente de la Unión Industrial de Moreno e integrante de Fundación Pro-Tejer, realiza, en esta nota publicada en Motor de Ideas 8 #TresAñosNeoliberales, un análisis de la crítica situación que atraviesa el sector textil y llama a ganar los espacios que el Estado abandona.

(Por Raúl Hutin (Especial para Motor de Ideas)) La situación de nuestras Pymes bonaerenses, y especialmente aquellas del conurbano, es gravísima. Provocada especialmente por la caída del mercado interno, consecuencia del deterioro del salario real que alcanza la impropia cifra del 36,6 por ciento. Los constantes tarifazos que quitaron del mercado la posibilidad de tener una moneda en el bolsillo del pueblo por una doble vía: por el aumento de costos en las empresas y su posterior traslado a precios, y por los aumentos que provocaron en las casas particulares y obligó a cambiar los hábitos de compra. Otro factor relevante es la imposibilidad de financiación bancaria o extra-bancaria, donde las tasas, si se consiguen, llegan al 120 por ciento para pequeños establecimientos. En este contexto, desapareció la rentabilidad, con el agravante que se multiplicó la necesidad de capital de trabajo debido al permanente aumento de las empresas dominadoras del mercado que ejercen su poder.

De hecho, hace más de dos años venimos reclamando, pidiendo, exigiendo, rogando, por la necesidad imperiosa de contar con una "Ley de Emergencia Pyme" que la Gobernadora ignoró olímpicamente. Los Pymes fuimos a discutir a la legislatura de La Plata con todos los bloques políticos, fue inocultablemente dirigido la no presencia de Cambiemos.

La industria textil es uno de los sectores más golpeados por la recesión económica. Venimos cayendo todo el 2016, levantamos un poco en 2017, sólo para tomar envión en la picada este año. Estamos en el fondo del tacho. Todavía no llegamos a lo peor.

Octubre y noviembre son meses de mucho trabajo, previo a las fiestas y las vacaciones. Es en esos meses donde se solía acumular mochila para enfrentar los tiempos de vacas flacas. Si en estos meses tuvimos caída, no me quiero imaginar en enero y febrero.

Los números lo indican todo. Desde diciembre de 2015 hasta la actualidad se perdieron, al menos, 90 mil puestos de trabajo. 90 mil familias que quedaron en la calle.

Lo cierto es que a las Pymes nos derivan la responsabilidad del desastre que han hecho con la pérdida del salario real a nosotros que tenemos que discutir con nuestros trabajadores, en una pelea que no es nuestra.

Claramente pedimos líneas de crédito a tasa “0” basado en las super-ganancias de los bancos en este período. No un crédito para nosotros, sino para nuestra gente. Para ello tenemos el 931 a disposición de los bancos. Ese crédito debería ser por 180 días que es el periodo necesario para la recomposición del capital necesario para su devolución.

Plantear, como lo hizo el ministro Dante Sica, créditos al 45 por ciento es como regalarnos salvavidas de plomo.

Es imperioso que el Gobierno entienda que las Pymes se están ahogando y necesitamos que nos tiren una soga.

No piensan en la gente, no piensan en las Pymes, No tienen sensibilidad.

Por eso, nos corresponde a nosotros ocupar ese espacio, que no nos lo van a regalar, tendremos que ganarlo a mordiscones.

  • Empresario textil. Secretario de CEENArg, vicepresidente de Unión Industrial de Moreno y vocal de Fundación Pro-Tejer

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3 años de Neoliberalismo, 3 años de industricidio

Desde que asumió Macri la presidencia cerraron 10.000 empresas.

Solo en el sector industrial este industricidio se llevó puestos a 110.000 trabajadores.

Hundieron el mercado interno, con caídas del salario real de hasta el 23 por ciento.

Destruyeron el ingreso de jubilados y pensionados con una disminución inter-anual del 25 por ciento.

Lo poco que quedaba de mercado interno se lo regalaron a la importación, mientras que a las Pymes nos subían tarifas a niveles astronómicos e impuestos porcentualmente a los valores más altos del mundo.

El sector textil está trabajando 25 puntos por debajo de la actividad hace tres años. Ha perdido 20 mil fuentes de trabajo y está operando al 49 por ciento de la capacidad instalada.

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