OmegaSur: Tecnología con financiamiento estatal aplicada a una PYME
(Por Estefanía Cendón) OmegaSur es una PYME marplatense, con localización en el Parque Industrial General Savio, especializada en refinar aceite de origen marino característico por su alto contenido de ácidos grasos Omega 3. Desde su origen en 2001 la empresa aceitera apostó a la inversión en tecnología, lo que permitió abrir sus puertas al mercado local e internacional.
Motor Económico dialogó con Pablo Aiello, presidente de OmegaSur, quien dejó en claro cómo la presencia o ausencia de políticas de Estado destinadas a incentivar el sector PYME marcan la diferencia entre “crecer” y “sobrevivir”: “Entre 2003 y 2011 OmegaSur contó con personal de investigación en planta. El último año nos contentamos con preservar el número de empleados, a base de mucho esfuerzo, utilizando el 50 por ciento de la capacidad instalada”.
Más allá de los usos tradicionales que el aceite marino tiene, por ejemplo en la industria de barnices y pinturas, las propiedades nutricionales de sus componentes han generado un cambio tecnológico y cultural orientado a volver comestible esta materia prima. El refinamiento del aceite marino lo convierte en un producto apto para el consumo animal o humano, respectivamente. Aiello explica en qué consiste el proceso: “Compramos el último producto de la cadena de la pesca, aceite crudo, al que se le aplica un proceso de neutralización, blanqueado y desodorización”.
La puesta en valor de este insumo requirió de investigación y adaptación aplicadas a los procesos productivos. En este sentido OmegaSur es una empresa pionera en nuestro país: inicialmente se volcó al mercado de nutrición animal, para luego convertirse en una empresa mixta a partir de la elaboración de aceite apto para consumo humano. El Fondo Tecnológico Argentino (FONTAR), la Fundación Argentina de Nanotecnología y el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) fueron actores de relevancia en el proceso evolutivo de una empresa que contó con financiamiento estatal para expandirse.
Un caso que invita a reflexionar acerca del rol del Estado y la importancia de la investigación en Ciencia y Tecnología puesta al servicio del sector PYME. Dato de relevancia ante un gobierno nacional que destaca al conocimiento como herramienta de transformación. En palabras de Alberto Fernández: “El desarrollo de la investigación es central para que podamos pensar en otra Argentina”.
Origen
La empresa OmegaSur emprendió su actividad en 2001, pero el proyecto nació entre 1999 y 2000. El objetivo inicial era refinar aceite de origen marino: aceite crudo. Siendo precursora en el sector, OmegaSur se focalizó en desarrollar el mercado Pet-Food con abastecimiento a empresas locales y brasileras de renombre en el mercado: Royal Canin, Purina, Master Food Argentina y Vital Can. Es importante destacar que el EPA y el DHA son ácidos grasos Omega 3 presentes en el aceite marino, fuente energética de calidad para las mascotas que aporta beneficios como la mejoría del pelaje, entre otras propiedades.
La capacidad instalada inicial permitía obtener 40 toneladas de producto desodorizado. En 2003 se hizo viable la posibilidad de refinar aceite para el consumo animal, por lo que las ventas en ese momento oscilaban entre 16 y 17 toneladas mensuales, lo que equivale a 16.000 litros de aceite. Cuatro años después la empresa concreta las primeras exportaciones de aceite de pescado a Brasil, refinado y desodorizado, apto para consumo animal e incorporado al alimento balanceado de mascotas.
Estado que impulsa la productividad
Con el crecimiento de la demanda entre 2006 y 2007 la empresa aceitera decidió reconvertir el proyecto: el FONTAR colaboró con la financiación que permitió adquirir maquinaria producida en nuestro país, siendo el equipamiento inicial de origen inglés.
OmegaSur presentó un proyecto en donde la neutralización del producto jugaba un rol importante, así como la inversión para incrementar la productividad. Si en 2007 la capacidad instalada de la empresa era de 40 toneladas mensuales, los nuevos equipos posibilitan desodorizar y refinar 160 toneladas por mes. “El Estado tomó la decisión de prestarle dinero a las PYMES para generar actividad económica. Lo subsidios no reembolsables del FONTAR nos permitieron financiar parte del crecimiento de OmegaSur”, asegura Aiello.
Viento a favor para una empresa en ascenso cuyas ventas entre 2008 y 2011 alcanzaron las 130 toneladas mensuales, con la consiguiente comercialización de aceite de pescado refinado entre Argentina y Brasil.
Nuevo mercado: nuevas oportunidades
Hasta 2013 OmegaSur se especializó en la elaboración de aceite apto para consumo animal. A nivel internacional este tipo de productos alcanzan la categoría “grado FEED”. El desafío para la empresa era alcanzar el “grado FOOD” por lo que el hígado de raya, rico en Omega 3, fue la materia prima seleccionada para producir aceite apto para consumo humano. Un salto cualitativo que llevó años de desarrollo en los que se utilizaron insumos disponibles en el mercado, como los calamares, hasta optar por el hígado de raya debido a sus óptimas cualidades de procesamiento y rendimiento.
La extracción del aceite para consumo humano se realiza a través de un procedimiento de hidrólisis enzimática. Un kilo de hígado de raya tiene entre un 30 y 40 por ciento de rendimiento (rinde) que equivale a 300 o 400 g de los que se obtiene el aceite.
Entre 2012 y 2013 la empresa logra un nuevo salto de calidad a partir del trabajo conjunto con el INTI y la Fundación Argentina de Nanotecnología. Un crédito facilitó a la empresa adquirir un spray para secar el aceite y producir aceite microencapsulado en polvo. De esta forma se detiene el proceso de oxidación y el aceite puede agregarse a otros productos como panificados, comidas, alimentos para mascotas o de origen animal.
Macrismo: Estado ausente
“La falta de acceso al crédito lo determina no sólo la macroeconomía. En los últimos cuatro años el Estado no estuvo presente para las PYMES”, sintetiza el presidente de OmegaSur. Sumado a la falta de incentivo al sector por parte de la gestión macrista, el súbito incremento en las tarifas ha sido otro de los factores de gran impacto: en el caso de la empresa aceitera las facturas de luz ascendieron de 30.000 a 500.000 pesos mensuales durante el último gobierno. Realidad que se replica para muchas otras PYMES.
Asimismo, Pablo Aiello identifica el progresivo endeudamiento de las PYMES a tasas elevadas para sostener los costos de las tarifas y la adquisición de materias primas. “En 2019 se le otorgaron créditos a las empresas automotrices. La producción de autos cayó un 13 por ciento el año pasado. A quién ayudás y a quién le sacás la mano responde a cuestiones políticas”, afirmó.
Aiello también mencionó el incremento en las retenciones al sector pesquero y los efectos sobre el margen de ganancia de las empresas: “Las retenciones terminan siendo un costo a asumir. Un impuesto que no recuperás de ninguna manera ya que es agregarle un 9 por ciento a la venta, con la consiguiente pérdida de competitividad”.
El empresario PYME asegura que los subsidios otorgados por el Estado posibilitan dinamizar la actividad y mejorar las condiciones de trabajo en general. La empresa que supo contar con personal de investigación en su planta actualmente se contenta con conservar a sus empleados, 15 personas, utilizando el 50 por ciento de la capacidad instalada. “Las PYMES vivimos lo mismo que sucedió en los hogares argentinos: lo que se usaba para investigación se destinó a pagar las tarifas y los intereses del endeudamiento. Es muy difícil crecer en un contexto así: no sólo no nos ayudaron, sino que complicaron todo”, confirmó el empresario en referencia al gobierno de Cambiemos.
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