#MotorDomingo
Profundizar el camino emprendido
( Por Daniel Moreira/ Frente Productivo/ Especial para #MotorDomingo) Pandemia, contagios y recesión económica es una tríada que ha ido de la mano por todas partes del mundo, causando estragos a su paso. En Argentina, afrontar la segunda ola del coronavirus no ha sido tarea sencilla: esta semana, el Ministerio de Salud de la Nación brindó un número escalofriante y, con 39.652 nuevos infectados en las últimas 24 horas, Argentina alcanzó una cifra nunca antes suscitada, que se puede leer en paralelo con los récords de casos en otros países de Latinoamérica, como Bolivia, Paraguay y Uruguay -también esta semana-.
Esta emergencia sanitaria exige a los gobiernos coordinar esfuerzos y restringir lo máximo posible la circulación para bajar los contagios, a medida que avanzamos con la vacunación. Como hemos visto, el coronavirus es un fenómeno mundial y es responsabilidad del Estado tomar las medidas adecuadas (y a tiempo) para cuidar la salud y el bienestar de nuestra población.
En este contexto, se torna aún más importante seguir ubicando a la producción y el trabajo en el centro de la agenda pública nacional, apostando por estrategias que estimulen el desarrollo del mercado interno, ya que este es el único camino que garantiza la inclusión y aporta a la recomposición del tejido social del país, en estos tiempos tan complejos.
Partamos de un dato reciente de la realidad, para graficar mejor el asunto: según reveló el Indec, la utilización de la capacidad instalada en el sector manufacturero alcanzó en marzo de este año el 64,5%, superando ampliamente el nivel de marzo de 2019, que llegó al 58,8% (cuando aún gobernaba la alianza Cambiemos, sin pandemia de por medio).
Está a la vista cómo en la Argentina de Cambiemos la apertura indiscriminada de las importaciones, la desregulación del mercado, las altas tasa de interés y la dolarización de los precios de los combustibles y las tarifas fueron un combo explosivo para una economía que se sustenta fundamentalmente del consumo, y nos dejaron con 25 mil pymes menos que en 2015.
Como contracara, en una coyuntura adversa por la pandemia, hoy se torna indispensable seguir inyectando recursos desde el Estado a los más postergados y desprotegidos por el sistema, para generar demanda agregada y reactivar así el mercado interno (la reciente elevación a $18.000 en el monto que reciben las y los trabajadores de sectores críticos de empresas inscriptas al REPRO y la asistencia única de $15.000 a titulares de la AUH, AUE y asignaciones familiares que viven en el AMBA son un claro ejemplo de esta premisa). En esta línea, es igual de prioritario poner freno a quienes especulan con los precios, abusando de sus posiciones dominantes en el mercado para que no terminen absorbiendo por la vía del aumento los recursos volcados con mucho esfuerzo por el Estado nacional, tal como se ha hecho con los productores de carne recientemente.
A esta altura es evidente que el crecimiento y el fortalecimiento de la Argentina se logrará sólo con una federalización real de la producción nacional. Es por eso que el desafío, a largo plazo, es seguir generando condiciones para la producción en todas las regiones del país, para que los pequeños productores puedan desarrollarse. De otro modo, sólo seguiremos favoreciendo la concentración de la economía en desmedro de las economías regionales.
En este marco, pymes, pequeñxs productores y cooperativistas de todo el país nos juntamos para impulsar propuestas, que apuntalen un rumbo para consolidar un país para todos, todas y todes. Así fue que en abril de este año más de 200 representantes del Frente Productivo Nacional de Buenos Aires, Córdoba, Jujuy, La Pampa, La Rioja, Mendoza, Salta, San Luis, Santa Fe y Santiago del Estero identificamos las problemáticas del sector productivo y trabajamos en un documento con propuestas relativas a tres grandes ejes: frenar el aumento de los alimentos esenciales; introducir modificaciones en el esquema tributario para pymes, que contemplen una estratificación por tamaño, sector y rentabilidad; y velar por mejorar la conectividad en todo el país, para modernizar así los procesos productivos. Se trata, ni más ni menos, de empezar a discutir la riqueza para poder solucionar la pobreza.
Salir de esta pandemia no será sencillo. Y los actores ligados a la producción, al ser responsables del 80% de la mano de obra del país, no podemos ni debemos estar ajenos a la construcción que el momento histórico requiere: porque somos un sector dinamizador de la generación de empleo, de ingresos y de agregaduría de valor para el país. El futuro nos demanda solidaridad, unidad y consenso para impulsar un proyecto productivo a largo plazo, que promueva la reactivación del mercado interno y vuelva a generar empleo de calidad. Ahora es nuestra responsabilidad estar a la altura de este momento histórico tan difícil, y empujar entre todos, todas y todes para salir adelante.
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