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NOTA DE MOTOR DE IDEAS/ REVISTA DIGITAL

Nuevo Centro de Medicina Nuclear: "No hubo grieta en la comunidad científica para reflotar este proyecto que frenó el macrismo"

(Por Estefanía Cendón) El primer Centro de Protonterapia de Latinoamérica es instalado en Argentina con la promoción de la CNEA y la capacitación de profesionales por parte de la UBA y el Hospital Roffo. La iniciativa, boicoteada y desfinanciada por la gestión de Juntos por el Cambio,fue retomada por el actual gobierno con el fin de brindar tratamiento a enfermedades oncológicas a partir de las técnicas más avanzadas en radioterapia y cirugía.

El proyecto del Centro Argentino de Protonterapia (CeArP) se enmarca en el Plan Nacional de Medicina Nuclear gestionado en 2014 durante el gobierno de Cristina Kirchner. La Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) es la promotora del proyecto, mientras que la empresa rionegrina INVAP se encarga de llevar adelante la ejecución de la obra que representa una inversión total de 171.000.000 de dólares.

Como primer centro de protonterapiade Latinoamérica, lo que lo convierte en una institución de referencia a nivel regional, se especializará en el tratamiento de enfermedades oncológicas a través de las técnicas más avanzadas de radioterapia y radiocirugía. También en este Centro se realizarán actividades de investigación y desarrollo con aplicación directa en la clínica, como la formación de recursos humanos de alto nivel.

El emplazamiento del CeArP en las inmediaciones del Instituto de Oncología Ángel H. Roffo y la Fundación Centro Diagnóstico Nuclear de la CNEA tiene el objetivo de contribuir a la consolidación de un Polo Oncológico en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Este centro de investigaciones se llevará delante de manera asociativa en una alianza con la Universidad de Buenos Aires (UBA) y el Hospital Roffo.

En diálogo con Motor Económico Alberto Lamagna, vicepresidente de la CNEA, explica cuáles fueron las trabas que pusieron en peligro la continuidad de este proyecto durante la gestión de Mauricio Macri. “El 80% de los equipos fueron comprados y se pagó bastante entre 2014-2015. Luego con el gobierno anterior fue muy difícil sostener el proyecto: querían vender, devolver o cambiar los equipos por unos más chicos. Aún así la iniciativa fue defendida por la comunidad científica de la CNEA y la UBA con la lógica y racionalidad de los informes técnico s. Iba a salir más caro devolver el equipo que traerlo”, sostuvo el físico.

Lamagnahace hincapié en que las dificultades con la gestión anterior fueron de índole “conceptual” ya que no lograron dimensionar que el proyecto era mucho más que un centro de medicina nuclear. “Argentina es uno de los pocos países de Latinoamérica que podía encarar un proyecto de esta magnitud. No traer ese equipo implicaba empezar a ceder a nivel mundial en el área nuclear y médica. Nuestro país exporta tecnología nuclear, como es el caso de los reactores exportados a Holanda. Resultaba lamentable, contando con casi todo el equipo pago, no avanzar con este centro estratégico”, detalló.

“El proyecto tiene un importante componente social en términos de brindar la posibilidad de acceso a este tipo de tecnologías por parte de los ciudadanos argentinos permitiendo, también, generar convenios de cooperación con otros países”, distinguió el tecnólogo de la CNEA, a lo que agregó: “En la defensa del equipo de protonterapia, del lado de los científicos y médicos no hubo grieta. Era unánime: había que traerlo”.

TECNOLOGÍA DE PUNTA EN ARGENTINA

Con la llegada del Frente de Todos al gobierno nacional se logró retomar el proyecto, iniciado durante el gobierno de Cristina Kirchner, tras culminar los pagos correspondientes a la compra del equipamiento estratégico para el CeArP. El equipo de protonterapiallegó al país el pasado 29 de abril y fue trasladado a la sede ubicada en la calle Nazca y Avenida San Martín, donde se está construyendo el Polo Científico y Tecnológico.

El edificio contará con una superficie cubierta total de 7.858 m2, distribuida en diferentes plantas: subsuelo, planta baja, primer y segundo piso. En sus instalaciones podrán ser atendidos entre 1.700 y 2.000 pacientes por año bajo las diferentes modalidades de tratamiento, lo que incluye protonterapia y radioterapia avanzada con fotones mediante aceleradores lineales Versa HD y radiocirugía robótica CyberKnife. Con este objetivo, el CeArpcontará con una dotación básica de 120 personas.

“Este centro tendrá como pieza central al equipo de Protonterapia y dos salas de tratamiento, más una tercer sala para uso exclusivo en áreas experimentales. Además, para diseñar los tratamientos modernos de radioterapia se requiere de equipos de diagnóstico por imágenes: un tomógrafo computado, que permite relevar la anatomía de los pacientes en ciertas condiciones y se prevé la instalación de un resonador magnético nuclear”, detalló Pablo Menéndez, director del Área Terapia Radiante y Medicina Nuclear del Instituto Roffo.

Menéndez especifica cuáles son los beneficios de la radiación con protones: “Al diseñar un tratamiento lo que uno busca es concentrar la mayor dosis de radiación en la zona del tumor y la mínima dosis posible en los tejidos sanos que están cerca. Esto es lo que nos permite la protonterapia: variando la energía del haz de protones podemos hacer que estas dosis se depositen a determinada profundidad, concentrándonos con más efectividad en la zona a tratar y reduciendo el impacto en los tejidos sanos”.

Una de las principales aplicaciones de la radiación con protones se da en pacientes pediátricos. Esto se debe a su efectividad en el tratamiento de tumores en niños donde los tejidos sanos presentan una sensibilidad mayor a la radiación. Además, será utilizado en zonas muy delicadas del organismo como, por ejemplo, tumores del sistema nervioso central o de la zona de la base del cráneo, tumores alojados en cabeza y cuello, el área de los ojos o los senos paranasales.

IMPACTO GEOPOLÍTICO

“De toda América Latina será el único centro de estas características. No sólo brindará servicios de salud y diagnóstico, sino que a esto se suma la investigación, desarrollo y la formación de recursos humanos”, enfatizó Lamagna. Y no es para menos, ya que el equipo de protonterapia es una nueva tecnología aplicada la tratamiento del cáncer infantil, por lo que requiere de capacitación el en el área médica y nuclear para encarar un proyecto de estas características.

“Hay dos argentinos en el exterior que dirigen centros similares al que instalará en nuestro país. Uno en Estados Unidos y el otro en España, ambos están muy vinculados con nosotros y aportando conocimientos y experiencia acerca del manejo de este tipo de centros”, confirmó el especialista de la CNEA.

Estiman que a fines de 2022 se pondrá en marcha la parte convencional del proyecto: los equipos de CyberKnife, radiocirugía robótica de precisión para destruir tumores malignos, y un acelerador de alta tecnología. El equipo de protonterapia, el más sofisticado con el que cuenta Latinoamérica, va a estar disponible a fines de 2023 e inicios de 2024.

CRECIMIENTO LOCAL, SALTO REGIONAL

El Plan Nacional de Medicina nuclear no sólo marca una trayectoria evolutiva para la ciencia y tecnología local, también implica la posibilidad de exportar conocimientos y formación profesional en la región.“INVAP es la empresa operativa que está instalando los centros de medicina nuclear convencionales junto con la CNEA. Gracias al Plan Nacional de Medicina Nuclear logró vender tres centros, llave en mano, a Bolivia. La formación de los médicos, técnicos e ingenieros la hicimos en Argentina en nuestros centros de medicina nuclear: Buenos Aires, Mendoza y Bariloche. Allí se formaron profesionales de Bolivia que ahora están poniendo en en marcha los centros que logró exportar nuestro país”, enfatizó Lamagna.

Por otro lado, además de las ventajas técnicas evidentes, elCeArPpotencia su alcance al estar emplazado en un centro universitario con numerosos especialistasdonde el caso oncológico es abordado en forma global.

“El Instituto Roffo es un hospital oncológico que en 2022 cumple 100 años de su inauguración. Al ser un hospital que depende de la UBA desarrolla una tarea en varios planos: el asistencial, tratando a pacientes oncológicos; las tareas de investigación básica y clínica; y tareas de docencia. Quienes se forman en el exterior terminan de formar a los compañeros y, probablemente, siendo el primer Centro de estas características en la región, esto va a facilitar el entrenamiento e intercambio a nivel local”, aseguró Menéndez.

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