La revolución del mirar y ver/ Por TavoCibreiro
Y vos…cómo te informas?
( TavoCibreiro (*) ) El sociólogo y filósofo polaco, Zygmunt Bauman, es considerado uno de los referentes más importantes de la llamada “Modernidad Liquida”. Hasta el día de su muerte, el 9 de enero de 2017, analizó la incertidumbre, el desapego y la inestabilidad emocional que genera la inesperada cultura del olvido. Dentro de esta categoría sociológica, el pensador encapsuló su mirada de la sociedad actual y futura, basada en la inconsistencia de las relaciones humanas- en todos sus ámbitos - y en la angustia existencial que generan los cambios precoces e infinitos.
En la actualidad, la mirada del otro y sus sensaciones al respecto atentan contra la construcción de nuestro propio yo, creando una fuerte dependencia, una falsa idea de aceptación y un escenario carente de certezas tangibles. Esta moderna forma de transitar la vida diluye las instituciones estables y fijas del pasado. En consecuencia, dejar de lado los patrones establecidos, se ha transformado en una obligación para sobrevivir. En síntesis: ***la sociedad contemporánea se corroe en su propia egolatría y en una forma de vida superficial y momentánea.
A partir de esto, los medios de comunicación cambiaron. Se vieron obligados a modificar su estado, saliendo de su rigidez histórica y volviéndose anatómicamente más versátiles. Nuestra relación con ellos también mutó. La explosión de internet y su ya habitual conexión alteró los hábitos de consumo periodísticos.
Según un estudio realizado, a nivel mundial, por la Universidad de Oxford a fines del 2019, los diarios de papel han perdido muchos usuarios en los últimos años.
Por ejemplo, del 2017 al 2019, Clarín (el periódico de mayor tirada en el país) bajo del 30 al 22 % de personas que lo leen al menos una vez por semana. La Nación del 22 al 14 %. Asimismo, sus portales digitales han mermado sus visitas.
Durante el mismo periodo, Clarín cayó del 43 al 30 % y La Nación del 34 al 22 %. Es decir, en la nueva configuración mundial, las marcar exitosas del siglo XX, no lo son necesariamente en el XXI, al menos no por peso específico. Ahora, a partir de los datos obtenidos por el mismo informe, sabemos que el 93 % de los y las encuestadas se conecta, al menos una vez por semana, a la red de redes y navegan un promedio de 8 horas 16 minutos por mes.
Además, durante el 2019, el 78 % se informó primero utilizando el teléfono móvil o inteligente. En ese sentido, paradójicamente, el 63 % citó a Facebook como su principal fuente de noticias. Seguido por Whatsapps y Youtube con el 39 y 25 %, respectivamente. Por primera vez en la historia, las tradicionales corporaciones mediáticas no poseen el monopolio de la información. Estametamorfosis perturbó su propio ecosistema y, fundamentalmente, su negocio. Más jugadores para el mismo escenario.
Sin embargo, el soporte estrella de nuestro país continúa siendo la televisión. Para Media Ownership monitor Argentina, el observatorio ambulante de medios de Reporteros sin Fronteras, el 95.6 % de las y los argentinos encendió, al menos una vez en los últimos 365 días, la tele y pasó, en promedio, más de tres horas frente a ella. De ese extraordinario encendido, el 22.6 % se lo apropia Clarín en sus múltiples variantes (Canal 13, TN, TyS, etc).
El Grupo Viacom (Telefe) consigue el 15, 1 % y América (América y América 24) llega el 8, 7 del share. Por otro lado, la radio sigue dando pelea. El 70 % de las personas entrevistadas aseguró escucharla frecuentemente. El 47 % prefiere programas musicales, mientras que el resto (43 %) se inclina por los informativos. Casi la mitad, el 47.5 %, prefiere el sonido de la FM, el 12.5 % ama la fritura de la AM y el 12 restante sintoniza ambas frecuencias indistintamente.
En estas últimas dos décadas, hemos asistido al mayor cambio tecnológico en la historia de la comunicación. Nunca nada había sido tan veloz antes. Las distintas plataformas no sólo multiplicaron los accesos a la información, sino también, modificaron la cadena de valor. Hoy, el lector es usuario, corrector y multiplicador de contenido. Con un solo click, puede potenciar o censurar aquello que tiene frente a sus ojos. “La dimensión ética es la que permite integrar y respetar al otro, comprender lo cambios propios y ajenos, reconocer la injusticia y trabajar para revertirla, construir un sentido de autonomía y responsabilidad. Por eso, no puede estar ausente en ningún vínculo” dice Paulo Freire en “Pedagogía de la Autonomía” y así debe ser. En definitiva, todo cambio es una oportunidad. ¡De nosotros y nosotras depende que así sea!
(*) Comunicador Popular. Periodista. Integrante de Ucaya y colaborador de Motor Económico.
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