Mundo futuro

ACCIÓN ESTATAL SOBRE LA ECONOMÍA / ROL DE LAS PYMES / PARTICIPACIÓN DE LOS SINDICATOS EN LAS DECISIONES / CONTROL DE LAS GRANDES EMPRESAS

Alemania. Las verdaderas razones de un crecimiento equilibrado

ACCIÓN ESTATAL SOBRE LA ECONOMÍA / ROL DE LAS PYMES / PARTICIPACIÓN DE LOS SINDICATOS EN LAS DECISIONES / CONTROL DE LAS GRANDES EMPRESAS / ALINEAMIENTO INTERNACIONAL / MEDIOS DE COMUNICACIÓN / LA SALIDA DE MERKEL Y LA CONTINUIDAD DE MERKEL.

( Por Gabriel Fernández *) Alemania venía creciendo de modo sostenido antes de la pandemia. Y si bien el desarrollo se frenó, la caída resultó tenue, amortiguada por un esquema que custodia, no sin desequilibrios, la dinámica interior y sus vínculos externos. Los datos que vamos a verter en este artículo explican buena parte del comportamiento político de esta singular potencia aunque es probable que la historia del riquísimo pensamiento surgido en su interior tenga mucho que ver con la acción concreta que condensa la aprobación pública.

CONTINUIDAD POLÍTICA. Pocos días atrás ese equilibrio y ese crecimiento tuvieron su correlato político. Angela Merkel, en el inicio del cierre de su andar al frente del Estado, logró aquiescencia de bases y referentes de la Unión Demócrata Cristiana (UDC) para la designación de Armin Laschet como nuevo jefe partidario. Se trata de un dirigente que comparte el perfil gubernativo y la mirada conceptual de la mujer que lidera esa nación desde el año 2005. La búsqueda de continuidad no fue sencilla, pues los mismos intereses que erosionan los poderes industriales en el resto del mundo intentaron hacerlo allí.

Laschet venció en la elección final a Friedrich Merz, un crítico de la canciller que pretendía fortalecer el llamado sector conservador del partido, mejor relacionado que Merkel con las corporaciones financieras. Un tercer candidato, Norbert Röttgen, había sido eliminado de la contienda en una ronda anterior. La elección significa que Laschet tiene sólidas perspectivas de convertirse en el candidato de la UDC de cara a las elecciones federales de septiembre. Estos comicios serán el final de la tarea política de Merkel.

En Alemania también a seguro lo llevaron preso: si bien Laschet se ha ubicado en la pole position, su eventual presentación depende del acuerdo que la UDC logre con los socialcristianos bávaros (CSU); varios candidatos aspiran a la cancillería que opera cual jefatura de Estado en toda la línea. Laschet es desde el año 2017 el líder regional en Renania del Norte Westfalia, el estado más poblado de Alemania con unos 18 millones de habitantes. Esta experiencia es considerada su fuerte, así como la tradición general del partido: esta corriente ha liderado el gobierno alemán en 52 de los últimos 72 años.

La elección del fin de semana pasado reveló las dificultades: Laschet recibió el 53 por ciento de los votos de los delegados, mientras su rival, Friedrich Merz, obtuvo el 47 por ciento. Asimismo, una encuesta de dos semanas atrás señaló que sólo el 28 por ciento de los alemanes considera que él podría ser un buen canciller. El 57 por ciento aseguró lo contrario. Esto tiene tres factores a considerar. Por un lado, una franja minoritaria avala un giro conservador, por otro la mayoría del electorado pretende seguir votando a Merkel aunque el anuncio de su retiro ya fue ratificado, y varios espacios cuestionan a Laschet su lentitud para encarar la pandemia de coronavirus.

ALINEAMIENTO INTERNACIONAL. Según denuncian, este gobernador, durante el primer tramo de avance virósico restó importancia a la cuestión y facilitó que las multitudes siguieran comiendo salchichas y bebiendo cerveza con escasas restricciones y cuidados. Sus defensores nos brindan una pista más interesante: sostienen que el Covid se expandió igual que en otras zonas, y que los críticos de Laschet necesitan golpearlo por su determinación para acentuar el vínculo creciente del país con Rusia y China. Como si esto fuera poco para fundar la simpatía hacia este líder hijo de minero, de baja estatura, firme carácter y sonrisa amable, tiempo atrás levantó polvareda al considerar al presidente sirio, Bashar al Assad, como el legítimo representante de su pueblo.

En consonancia con la actual canciller, el nuevo jefe de la CDU pretende ligarse al bloque euroasiático sin romper lanzas con una Europa que, como puede apreciarse, observa de soslayo la nueva realidad norteamericana. Laschet no sólo conoce de primera mano la política europea —fue eurodiputado entre 1999 y 2005— sino que es el representante del Gobierno alemán en temas de cooperación cultural con Francia. En septiembre pasado visitó al presidente francés, Emmanuel Macron, en el Palacio del Elíseo y el diálogo resultó fluido. Como elemento a considerar en el futuro, el mandatario galo parece asemejarse a su par, el zigzagueante líder turco Recep Tayyip Erdogan, quien subió al caballo por derecha y a la luz de los conflictos inclina las riendas según su necesidad. Pero el tema no lo abordaremos hoy.

Por lo pronto, la primera gran prueba para determinar si Laschet tiene la popularidad para liderar Alemania llegará en marzo, cuando dos estados federados realicen elecciones regionales. Aunque en estos comicios se tiende a priorizar temas y candidatos locales, los resultados alcanzan un fuerte impacto nacional. Sobre todo porque preludian las elecciones federales. Si la CDU alcanza buenos guarismos en Baden Württemberg y Rheinland Pfalz, es probable que el perfil de Laschet se fortalezca. Si, por el contrario, la CDU pierde terreno, campearán las dudas.

Hay otro aspirante con cartas de época. El líder regional de Baviera, Markus Söder, quien aventaja a Laschet en el tema pandemia: según la opinión pública alemana, la combatió con ahínco y eficacia en su distrito. Esto le ha permitido hablar poco de política y mucho de salud, tocando una fibra sensible de la población y favoreciendo la inclusión de sectores que desconfían del multipolarismo de Laschet. La primera de las opciones que había barajado hasta el 2019 Merkel para la sucesión se retiró de la lidia: Annegret Kramp-Karrenbauer, quien anunció su renuncia en febrero de 2020 tras detectar ausencia de consenso interno para su liderazgo en el partido.

En septiembre, el candidato que escoja la Unión podría enfrentarse al actual ministro de Finanzas, Olaf Scholz, del Partido Socialdemócrata, auto calificado de centro izquierda. Scholz actualmente forma parte de la coalición de gobierno, pero aspira a presentar por primera vez su candidatura a la cancillería. Tanto esta vertiente como los Verdes han cuestionado al curso adoptado por Merkel por razones que pueden sorprender a los lectores. Aunque en apariencia se ubican a la izquierda de la ya muy popular jefa de Estado, el primero considera pertinente una mayor apertura hacia el sector rentístico y el partido ecologista cuestiona los acuerdos en materia de combustibles con Rusia y el creciente intercambio comercial con China. Las elecciones se concretarán el 26 de septiembre.

LAS RAZONES DE FONDO. Pero vamos al hueso. ¿Porqué Angela Merkel ha logrado una aceptación masiva de esta dimensión? Pese al desgaste que podría haber implicado una extensa gestión estatal y al impacto suscitado por el Covid 19, hoy lidera todos los sondeos y es la política más apreciada por el pueblo germano. Veamos los factores que ameritan tomarse en cuenta, y situemos los mismos en el marco adecuado. Alemania tiene una superficie de 357.580 kilometro cuadrados. Una población de 83 millones 166 mil 711 personas. El Producto Bruto Interno de esa nación alcanzó en 2020 tres millones 329 mil 030 euros, lo que permitió registrar una caída del 5 por ciento con respecto al tramo inmediato anterior.

Alemania es la cuarta economía más poderosa del mundo. Su indicador de nivel de vida, que excede la situación monetaria de los habitantes y contiene numerosos factores, es uno de los mejores. Sin embargo, y esta es una clave de comprensión, se encuentra en el puesto 24 de los países donde resulta conveniente invertir. Es decir, no es fácil adentrarse en la economía alemana para obtener rédito sencillo como sucede en otras naciones. ¿Porqué?

Los controles estatales son importantes y la acción recaudatoria a través de impuestos, intensa. El Gobierno no se preocupa por “atraer inversores” bajando cargas tributarias y favoreciendo actividades especulativas, sino efectuando fuertes contralores. El que se quiere ir, que se vaya. El que se queda, pasa a formar parte de una economía pujante y rentable. El Instituto Hall para la Investigación Económica (IWH) de Alemania, enfatiza que el modelo germano se diferencia “claramente” del anglosajón de Estados Unidos y Reino Unido.

"Es un sistema basado en la cooperación y el consenso más que en la competencia, y abarca al conjunto del entramado socio-económico, desde el sistema financiero al industrial o al estado", precisó la entidad citada en un informe presentado a requerimiento de la BBC. Fíjense: "En el centro se encuentran los sindicatos y las patronales que coordinan el salario y la productividad teniendo como meta el aumento real del salario y el mantenimiento del empleo. La integración es tal que por ley los sindicatos están representados en la junta directiva de la compañía a cargo de las decisiones estratégicas".

El ocultamiento de estas determinaciones institucionales por parte de los medios internacionales controlados por el capital financiero permite la difusión de falsedades que simplemente fundamentan el desarrollo alemán como resultado del capitalismo y las empresas privadas, sin entrar en detalles sobre su funcionamiento. El informe añade, para preocupación de tantos: “En el sistema financiero, las cooperativas financieras y los poderosos bancos públicos se encargan de que el crédito alcance a todos sin que importe el tamaño de la firma o su cercanía con un centro financiero”.

"Los bancos públicos de ahorro tienen claras reglas de juego. Por ejemplo, para favorecer el desarrollo regional pueden prestar a empresas en su zona, pero no de otra región. El gobierno tiene representantes en estos bancos que son fundamentales en la toma de decisiones. Un principio rector de su política crediticia es el mantenimiento del empleo", afirma el Instituto Hall, que al igual que la administración central germana no se percibe populista, comunista o totalitario. Por supuesto, estas instancias económicas reciben a diario los empellones de quienes bregan por “liberalizar” y “modernizar” el sistema. Hay críticas a la “interdependencia” entre el Gobierno y los bancos, lo cual resta movilidad a los siempre dinámicos empresarios financieros privados.

La industria alemana juega un rol fundamental. Esa zona de la producción representa cerca de un 29 por ciento del valor agregado bruto total (el mayor de los países del G7). Los sectores más importantes son: fabricación de vehículos, industria eléctrica, fabricación de maquinaria y química. La tasa de comercio exterior, es decir, la suma de las importaciones y exportaciones (bienes y servicios) dividida por el PBI y multiplicada por cien, es del 84,4 por ciento. Como comparación: la de Estados Unidos es de 26,7 por ciento.

Para revelar otro ocultamiento significativo, en el cual los medios argentinos participan con esmero, cabe señalar que las Pequeñas y Medianas Empresas (Pymes) juegan un papel crucial. En Alemania, este tipo de firmas es definido como todos aquellos emprendimientos con una facturación anual de menos de 50 millones de euros y un personal que no supera los 500 empleados. A esa categoría pertenece el 99,6 por ciento de las empresas. Las pequeñas manufactureras medianas (llamadas mittelstand) que se especializan en productos tecnológicamente avanzados, suelen ser de propiedad familiar. Se estima que alrededor de 1.500 empresas alemanas ocupan una posición alta en su respectivo segmento de mercado en todo el mundo. El Estado, mediante normativas antimonopólicas, impide que las mismas sean absorbidas por corporaciones de mayor porte.

Alemania no es un paraíso. La polémica sobre la dimensión de la pobreza es de interés y se registran dos polos interpretativos. Están los funcionarios del área social oficial que admiten un cinco por ciento de pobladores en esa condición, y los críticos que señalan un 23 por ciento aproximado con dificultades serias. Cuando se observan los criterios de mensura surge clara la distancia: mientras los primeros hacen hincapié específicamente en niveles de ingreso, los objetores involucran educación, salud, vivienda y transporte. El debate es sano y contribuye a evitar el adormecimiento de la gestión y de los sindicatos involucrados en la distribución a la hora de persistir en la brega distributiva. Sin embargo, es preciso indicar que el piso desde el cual emerge la polémica es elevado; no ya en comparación con los países emergentes sino también con aquellos que se posicionan en los primeros puestos de PBI.***

EL CLIMA COMUNICACIONAL. Una rara encuesta de la Fundación Korber sirve para el empleo de espejos. La opinión pública alemana tiene una mirada cada vez más negativa de la situación económica norteamericana y europea mientras avala el proceso local. Aunque no existe registro de la contracara europea, el estudio precisa que en el pueblo norteamericano se detecta una mirada valorativa de los progresos germanos. Sin embargo, existe otro elemento que –lo admitirán sin dudar, lectores- cabe considerar. Se trata de los medios de comunicación. Primero, un somero panorama: en Alemania hay numerosísimos canales locales (145) que ofrecen tanta variedad de programación como es posible imaginar. En ese marco los canales estatales son de gran importancia y congregan altos niveles de audiencia. Una situación semejante se percibe en el orden radial, y perviven numerosos diarios, revistas y agencias noticiosas. El soporte web ha ido avanzando sobre las ediciones de papel.

El medio más grande del país, y el que cautiva en conjunto mayor audiencia es el ARD. (Arbeitsgemeinschaft der öffentlich-rechtlichen Rundfunkanstalten der Bundesrepublik Deutschland). Como es impronunciable para nosotros, transcribimos la traducción: Consorcio de instituciones de radiodifusión de derecho público de la República Federal de Alemania. Se trata de un conglomerado federal, configurado por nueve centrales en otros tantos distritos del país. La radio más escuchada es la emisora pública Deutschlandfunk. El Süddeutsche Zeitung es el periódico con el mayor número de subscriptores de Alemania; su sede está en Múnich. Es famoso por sus grandes secciones de política, cultura y sus editoriales. A diferencia de las formaciones previamente citadas, con presencia estatal, se define como independiente. La clave no está solo en la matriz empresarial de cada espacio sino en la cultura comunicacional que lo entorna.

De todos los medios recorridos para la elaboración de esta nota, apenas el sensacionalista Bild puede aproximarse a lo que en nuestro país y en la región occidental en general consideramos difusor de noticias falsas. Aunque existen críticas y cruces –algunos bien duros- sobre las vicisitudes políticas, resultaría inadmisible la liviandad con la cual se presentan aquí en primera plana imputaciones de corrupción a diestra y siniestra, sin fuentes y sin investigaciones. Algo de eso intentaron los opositores liberales y los verdes para limar la imagen de Merkel durante el año 2018, pero la acusación resultó tan indirecta que la canciller quedó indemne; los medios que publicaron esas acusaciones (ligadas al ingreso de migrantes), se cuidaron bien de encomillar y remitir la autoría de la sospecha a las fuentes originales. El tono del análisis, sin resultar ideal, es sobrio y el empleo de adjetivaciones que damnifiquen a priori un dirigente, es inhabitual. Para sorpresa de los argentinos: son escasos los medios que, ante el funcionamiento económico citado, objetan la presencia gremial en la discusión de las políticas que se aplican.

Lo que viene es, como siempre, una incógnita. Pero claro, tras un ciclo exitoso y con parámetros externos que evidencian la debacle de modelos rentísticos y anti productivos, es probable que sea quien fuere el candidato vencedor en la contienda de septiembre los grandes trazos de la política alemana sean ratificados. Los ejes de ese crecimiento están planteados en estas líneas con la mayor precisión que nos resultó posible. El Estado presente, las pymes, los sindicatos, la inversión productiva y la distribución interna equilibrada, han dado resultados significativos que cabe valorar. Las narraciones simples, que sólo muestran los avances pero no explican de dónde surgieron y que sintetizan su concreción en “el capitalismo” sólo sirven para confundir zonas de la opinión pública mundial que buscan afanosamente una salida, cuando la tienen a mano.

· Director La Señal Medios / Area Periodística Radio Gráfica / Sindical Federal

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