Camila Rocío García
Ceo-cracia vs. Pymes
(Por Camila Rocío García) Cabrera fue el Ministro que abrió indiscriminadamente las importaciones, fue el culpable del cierre de más de 6 mil Pymes que no pudieron afrontar los efectos del tarifazo, la recesión y la ausencia de financiamiento. Su última acción de gestión fue operar para desmantelar un encuentro de sectores de las cadenas textiles para reclamar políticas activas en defensa del empleo y la producción.
En medio de este desastre de gestión, semanas anteriores Vidal apeló al maquillaje de la política para apartarse del veto de la Ley contra el tarifazo y puso en marcha un plan de ayuda a las Pyme. ¿Es suficiente una línea de créditos blanda, y algunas exenciones tributarias para paliar la crisis de recesión? Acá algunas claves para entender qué pasa con las Pymes.
La realidad
Según datos Buenos Aires en la provincia hay 265.470 PYMES que emplean a 4,4 millones de personas o sea que concentran el 75% del trabajo privado a nivel provincial. Del 2015 hasta hoy.
Durante el primer trimestre del 2018, según datos del Centro de Política Económica Argentina (CEPA) el aumento de importaciones para bienes de consumo fue de un 40% en relación al 2015. Ante esta situación las Pyme no solo debieron afrontar la baja de las ventas por el escenario recesivo de la Argentina, sino que se vieron obligadas a competir con productos del exterior que se ofrecen a menores precios.
“Las pymes hoy atraviesan el peor del los mundos porque tienen un cambio en su ecuación de costos fundamentalmente por el aumento tarifario”, reconoce Roberto Feletti, Ministro de hacienda de La Matanza. “Las mediadas de Vidal Para la Provincia son un parche, son medidas de urgencia”, admite el Ministro y agrega que hoy un empresario pequeño y mediano se encuentra que no sabe cuál va a ser el precio de reposición de stock por la incertidumbre cambiaria y el precio de las tarifas que es un factor decisivo a la hora de fijar el valor de un producto final.
La supervivencia
Todo el combo anunciado para las Pymes de la Provincia de Buenos Aires es de 11.200 millones de pesos que se van a invertir en créditos blandos, garantías de financiamiento y facilidades de acceso a las grandes cadenas comerciales y de supermercados.
Hoy la mayoría de las empresas pequeñas y medianas del país tienen que afrontar sus pagos a los 30 días y normalmente tarda para cobrar 90, es decir hay una brecha de 60 días que lesiona al capital de trabajo por eso las PYMES buscan financiamiento alternativo con proveedores o bancos que facilitan el descuento de cheques, facturas o adelantos en cuenta corriente.
“La decisión que tomó Vidal al permitir un financiamiento del capital del trabajo a una tasa del 25% en un monto total de 11.200 millones de pesos es insuficiente y parece más una respuesta desesperada a una política que está rompiendo la cadena de pagos”, admite Feletti.
Marcelo Ragonese es dueño de una empresa de Kayac y salvavidas en San Martín. En su mejor momento tenía una planta con 20 trabajadores empleados que hoy tuvo que reducir a dos y tercerizar la mayoría de los servicios necesarios para comercializar su producto. Hoy trata de sobrevivir.
Al preguntarle si eran suficientes los anuncios de la Gobernadora para paliar su situación de emergencia, Marcelo resignado contestó: “no son suficientes porque es todo el plan de gobierno lo que nos está perjudicado. Por más que me hagan una quita en los impuestos adeudados, por más de que me den préstamos, si no se reactiva el mercado interno, como hizo el último gobierno, es lo mismo que nada porque lo que falta ahora es capacidad de compra de la gente”.
Créditos blandos a una tasa del 25 por ciento
Entre los anuncios de Vidal se ofrecieron unos créditos blandos a una tasa del 25 por ciento ¿Es suficiente esa tasa?
Como bien explica Feletti la tasa de interés de las Lebac en un 40% hace que la tasa de los créditos a los que acceden las PYME suban al 60% y eso rompió el sistema de pagos de la argentina sobre todo para las PYME “Se daba la paradoja que cuando más vendían, más capital de trabajo necesitaban consecuentemente más financiamiento”, explica el Ministro.
En una economía donde la tasa de las Lebac fija un piso en la tasa de interés, los agentes bancarios eligen no invertir en el sector privado ya que demanda más riesgo y más costos administrativos en relación con la compra de títulos del BCRA donde tienen una ganancia asegurada con garantía de pago.
Para Ragonese, sacar un préstamo con el 25 por ciento es inútil. “Si el crédito lo invierto en la fabricación no gano nada porque no tengo ventas, es un absurdo, son paliativos momentáneos. Si, puedo pedir dinero para pagarle a los empleados, puedo comprar materia prima, pero me queda en stock”. A punto de experimentar el naufragio de su empresa admite que una tasa del 25% está buenísima para una economía que funciona con pleno empleo. Según su análisis, hoy las Pymes solo pueden aspirar a un crédito para cubrir los gastos corrientes ya que no tiene sentido producir dentro de una economía en recesión donde los productos no se venden.
(*) Fuente: Revista Hamartia
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